Libros de Verónica Medina
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La obsesión de Eros (Libro #La obsesión de los Parker)
— Por favor, Eros, me duele. Ya no me pegues —sollozó la omega, mientras era golpeada otra vez con el cinturón en su abdomen desnudo al igual que su cuerpo. — Eso lo debiste de pensar antes, Hazinem —habló con ese acento inglés que derrite a cualquiera. Y que, en un principio, Jade quedó cautivada. — ¡Pero yo no hice nada! —le gritó de vuelta, y lo único que recibió fue otro golpe en sus piernas. — ¡No me grites, mierda! ¡Eres una perra que no se cansa de ser follada por mí y va con otros para que le rompan…! — Solo estaba hablando —murmuró—. Y según yo; tú y yo no tenemos nada, para el mundo y para ti soy invisible —susurró dolida, y Eros la miró con más odio que antes. — Pues resulta, que para mí no lo eres, porque eres mía y esta noche lo tendrás en cuenta una vez más. Pero, sobre todo sabrás que nadie más que yo puede tocar tu cuerpo y tampoco sentirlo como lo hago yo cuando se me da la gana —dijo antes de quitarse la ropa y acercarse a Jade quien aún estaba en la cama y estaba amarrada a esta. Jade tragó saliva ruidosamente y dejó que sus pensamientos fueran hacia otro lado mientras sentía como el alfa se posicionaba entre sus piernas para entrar en ella sin prepararla antes como hacía siempre.
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Ciegamente Mío
Yeray pagó todos los pecados de sus padres al quedar completamente ciego desde su nacimiento. Era un omega que no había visto la luz del día en toda su vida, y que por azares del destino creyó conocer a su alma gemela. No obstante, no era la persona que se imaginó que era. Era el hijo de dos de los causantes de su ceguera. Jace, ese maldito alfa que sólo busca humillar a los omegas por el simple hecho de que sus dos padres son alfas. La única forma en la que puede recuperar su visión, es siendo marcado por su alma gemela. Yeray cree en el amor, piensa que lo puede encontrar en cualquier persona. Jace creció en una familia de sólo alfas, siempre ha creído que los omegas sólo sirven para ser un desahogo. El amor es jodidamente ciego si cae en las manos equivocadas.