s des
l, ni iba a permitir que un hombre tan cruel como el Emir de Arabia Saudí le impusiera algo. Karim no había nacido para doblegarse ante na
con esa joven que elegí para ti y lo harás bajo
con ella. Por lo tanto tendrás que buscar
nera como te diriges a tu pad
y otros terminaron mu
futuro Emir de este Emirato. -Espetó Karim. -Pero por mí puedes d
as a casar con esa joven. -Demandó Hudad y Karim le dio la espalda para sal
a cabeza ante nadie y menos delante de un
si no tu hermana Farah p
o que la había violado y la envió a Estados Unidos donde la escondieron. El Gobierno
uedas hacerle algo. -Escupió Karim y Farid le enseñó unas fotos de su herm
rah de vuelta con su marido y te puedo asegurar que é
infeliz Hudad! –Ru
us mayores debilidades. Su hermana Farah que tanto había su
!-Cuestionó Karim en cólera, pero su padre se veí
ucios secretos.–Bueno, querido hijo, supongo que debo felicitarte. Dentro de muy poco serás un hombre muy bien casado y empezarás a formar una familia como es debido, con una mujer
al humillación, ella no se merece eso. - Habló Kar
a hombre. – Hudad señaló la salida a su hijo indicando que había terminado y
aldito desgraciado. Pero que sepas que algú
ometida era una chica humilde comparada a su estatus social, algo extraño pues el Emir siempr
qué
ver a su hijo una vez más y fru
e habéis querido verme casado con Samira Al Maktum, la princesa de Dubái? -
espacho de su padre asqueado, lo cierto es que no le importaba más razones de su padre. Él no quería casarse con nadie que no fuera el amor de su vida. La ch
amás me lo va a perdonar. -Se lamen
e acercó a la mesa de
ría saber toda la verdad sobre la relación que tiene usted con la fam
im porque en el aquel entonces tenía a mi primogénito, pero infelizmente mi hijo mayor murió antes de cumplir los diez años. Solo por ese motivo esa tal Rania se casará con Karim, pero encontraré la manera de deshacernos de ella y de su asquerosa familia. Conocí a su madre y era una mujer a
con rabia e impotencia, a la vez que Rania tiraba de las cadenas y que tenían sus tobillos e
no que no habían elegido, pero que iba
a Rania de su habitación para hacer