ef
familia Jones, había pedido permiso en su trabajo para llegar a tiempo
cualquiera", pensó para sí misma, mientras caminaba a la inmensa puerta; con total naturalidad, llevando puesto un
su rostro se distorsionó. Respiró profundo aguantando un poco su disgusto, y con u
mujer que había amado por tantos años, volvió su cabeza p
la mano de su hermanastra.
hos, pero a ella le provocó un terrible escalofrío
ia-[...] la niña miró a su padre sintiendo que su corazón latía más rápido, por lo que escucharía a continuación. -¡Quiero anunciarles a todos que mi hermosa y querida hija Liz, s
cieron esperar, aturdida ella sacudió su ca
eza y trató de adelantar el paso para acercarse, per
ercó a él, sujetándolo por el brazo. -¿Qué estás haciendo hijo?... no hagas
madre con enojo, luego miró a su prometida con disgusto, y sosteniendo una copa
portamiento de su hijo, para ella no había
o pudo acercarse a la mujer que ama
a al ver como se habían confabulado para ter
de su hijastra, la miró de
saliendo de su trance, respiró h
a, era una mujer desagradable que nunca había querido a su hi
tentó esbozar una sonrisa. -Hola a todos -musitó y lu
sa, se dirigió a ella: -Mey, te agradezco que hayas podido venir, de verdad
do de hablarle pero Liz, lo sostuvo fuerte de
i hermana -se detuvo un momento mientras recogía una
sentes mientras recibía la copa, su hermo
un momento: -¡Enhorabuena, les deseo lo mejor para toda la
lo agradezco! -con una enorme sonrisa, levantó otra copa de vino y se la ent
tro amor es tan grande-, terminó de decir y bebió la copa de
r el rostro de su madre enojada, tuvo que hacerlo, to
dos de la pequeña chica que sufría allí, su alma estaba sangrando, había amado a este hombre por muc
rimonio será
al ver el cuadro conmovedor que tenía enfrente, sintió que no podía seguir en ese lugar,
a pequeña chica luchaba por no dejarse caer, su madrastra
re chica, la llevaré a desca
e que la chica era mala para beber, así que con esto en mente, de
on fuerza, y al sentir esto, Meylin intentó soltarse pero no pudo hacerl
e hombre, no tú, así que para que te olvides de él y no lo vuelvas a buscar; alguien está esperando por ti, fue
n? -replicó. -¿M
lla, la mujer señaló a un hombre gordo no muy lejos de la entrada -. Meylin, este hombre tiene dinero, nunca te faltara nada y así todos ganaremos, tu padre saldará la deu
enseguida lo que querían hacer. -Eres una desgraciada -masculló, y como pudo
! -ordenó
za, por más que intentaba luchar, la droga pronto hizo reacción entre sus piernas, haciendo que se detuviera, cerró sus ojos con fue