img TAURED: DESCENSO A LOS SENTIDOS  /  Capítulo 4 3 | 80.00%
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Historia

Capítulo 4 3

Palabras:2390    |    Actualizado en: 17/01/2023

era demasi

dulc

s míos, un suave sabor a tabaco se filtraba de su boca y se mezclaba con el sabo

ón, adormeciendo mis sentidos principales, y elevando mis sentidos

nectados en todos los sentidos, lo que me hacia querer pedir más. Solo quería sentir más aquel mágico toque de sus labios, que hacía erizar mi piel. Sus fríos dedos jugueteaban

agunas mentales, sacando el lado más salvaje de mi persona. Aunque, francamente no sabía si era culpa del alcohol o de este extraño lugar, la cuestión es que en algún momento mis manos habían terminado en sus hombros, c

ía que no tenía control de mis propias acciones, me sentía una espectadora ante los movimientos que realizaba involuntariamente mi cuerpo, sorpren

ra aquella pista. Sentía una verdadera química entre nosotros, como si hubiera

como estar en el paraíso pero en la tierra y la verdad me importaba poco o nada

o cambio de temperatura o porqué me aferraba a su cuello como si de eso dependiera mi supervivencia en esta larga noche. La piel de mi brazo derecho se encontraba demasiado caliente, llevándome a pensar en sí me había quemado en algún momento durante el t

e otra forma. Lo que trajo mis sentidos de nuevo a la realidad, en estos momentos había estado besándome apasionadamente con un desconocido en medio de u

del cual estar orgulloso, era un ser que parecía haber sido esculpido y de no ser por nuestras acciones an

derecho hubiera sido capaz de hacer otro tipo de cosas con él, c

entra mi razón? D

su agitada voz me atraj

que, viéndolo mejor parecía ser un caído, un caído con el que tan solo unos segundos antes habí

a terminar

día insistentemente mis labios hinchados, tratando de que enten

mis acciones anteriores, aunque observando detenidamente su rostro podía notar rastros d

a que recorría de pies a cabeza, escaneando cada centímetro de mí ser-. ¿O qui

pasar mis acciones anteriores. Y yo estaba dispuesta a repetirlas fuese un caído o no, por algu

er lo que hacíamos o decíamos, lo que lo volvía un juego muy peligroso y e

entras los dedos de mi mano restante recorrían el tramo de piel que quedaba expuesto en

an sorpresa ante mis palabras, tal ve

cuanto mis dedos comenzaban a juguetear en su pálida piel que me reco

nocerte -dijo, mientras agarraba mi otra man

año, como si hubiese estado esperando esto por demasiado tiempo y ahora no pudiese ponerle un freno a mis emocione

ositar un beso en la superficie de está- . Y me encantaría saber el nombre de la persona

da mientras miraba el desastre que

ba a sus espaldas y soltó mis manos de las de Daemon en un movimiento bru

itamos ¡Ahora mismo! -una mano conocida me tomo y me arr

e perdía en la multitud. Adiós caíd

mpañada por un poco de alivio, no sabía en que podría haber terminado aquel encuentro que tuve, ¿o tal vez sí?. Pero era

el, algo realmente extraño, significaba que algo importante debía haber sucedido. A

fueras d

ndo desde hace media hora a que llegaran los últimos miembros del escuadrón para escuchar lo que Luke tenia para decir cuando finalmente vimos a Elías de regreso con Harr

eunión -solté, tratando de evitar la mirada de Rachel que se en

s al cuartel para averiguar qué es lo que está sucediendo -Luke guardaba su intercomunicador den

tes que a la Capitana Evans? -espetó Elías quien se encontr

mier

or eso Rachel fue a buscarla -so

estaba en problemas con los superiores, ahora seguramente recibiría un largo monólogo

icador en mi liguero estaba activado y no se en que momento pude haberlo

abía causado tanta distracción a mi person

o? -pregunte, en lo que trataba de sacar las llave

Rachel, echándome una mano con el liguero-. Maldición Lyre, ¿Qu

aba parcialmente derretido y lo levanto para que lo observara-, ¿Cómo mierd

nios había oc

aldito brazo? -Oh, y aquí vamos de nuevo, ¿aho

r, no podía ser el veneno de aque

impresión me invadió al ver que mi brazo derecho tenía una extraña marca que par

a moviendo como si tuviese vida propia en mi antebrazo derecho. Ludwing quien tenía demasiadas copa

estar en camino al cuartel, lo que no estaba sucediendo. En su lugar todos se enc

r mi brazo con un pañuelo que Elías le había quit

daba de mi liguero, ya que el platico derretido había consumido una gran parte de este. Llevándome a pensar en como no sentí

ue sería llevar a los chicos al cuartel general sabiendo que tenía unas copas encima, por lo que de

oche se había ofrecido a llevar al otro grupo y los demás habían regresado a ca

sar por alto, ya que los caídos eran los únicos seres capaces de redimir lo que quedaba de la huma

salvar lo poco que quedaba de Taured luego de l

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