Lu
n la que me dejé
r "tienes que deslumbrar esta noche". Según él, un vestido ceñido es lo que necesito, pero ninguno de los
, te juro que me pongo mi pijama y así
or fin – Ese – seña
e voy a cambiar – lo
egra, muy ceñido, corto, pero nada que grite "me vendo al mejor postor", con la espalda descubierta y mangas largas. Lo acompaño con unos botines negros brill
cción – dice observán
– pregunto ign
lega con picardía y lo golpeo e
Conduce a través de la ciudad y literalmente no ha dejado de hablar ni un solo segundo desde que nos subimos al auto. Eso me alegra ya que no
egándose, besándose y bebiendo por doquier. Me sorprende que el jefe idiota tolere este tipo de lugares. Me imaginaba un club snob lleno de hombres en traje y mujere
os se me acercan, invitándome a bailar. Nunca he sido una persona antisocial, de hecho, soy muy buena entablando conversaciones y en el colegio era la más popular, pe
aile con alguien pegado a mi pecho, demasiado pegado. La cerveza de este lugar tiene un efecto más inmediato en mi sistema y u
pregunta quien me trajo ha
o apoyándome en el lavabo – La cerveza de
s la mejor en todo Londres –
s de los británicos, no para una muje
guien? – pregunta
jefe idiota para el que trabajamos. Por cierto, ¿lo has vi
fe ya s
ausencia – digo tomándolo de la mano y a
s manos van a mis caderas y juro por Dios que nunca en mi vida un simple toque me había puesto tan calie
nta cuando empiezo a ar
rada, pero la abstinencia de sexo y la el
Qu
ga – Mereces un lugar mejor. Una ca
tu auto? – pr
tás desespe
la mirada – No soy la única a la que la situ
de la mano y me sac
í, levantando mi vestido y arrancando mis pantis de un tirón. No se acerca a mi cuerpo, simplemente acerca su rostro a mi intimidad y luego del primer lametón, me pierdo en el espacio con gemidos des
ando a un departamento. Llegamos al sofá luego de sacar mi vestido de golpe. No traigo sostén debido al diseño del vest
haciendo. Empieza a moverse más con cada sentón de mi parte. Araña mi espalda, chupa mis pezones, muerde mi cuello y alcanzamos el clímax que nos deja inmóviles
rmelo y eso me entristece, ya que nunca repito un amante. Es una ley de vida. Es el número uno en mis mandamientos. Nunca acostarme con la misma persona más de dos veces. El punto número dos en mis mandamientos es: nunca dormir con mi objetivo
moverme, pero no puedo – Princesa, ya regresé,
és de no sé cuánto tiempo, unas manos vagamente familiares viajan por mis p
la vida. Me acostumbré a ti, y si pudiera hace
sito hacerlo. No puedo quedarme sin saber quién es, así que hago un enorme esfuerzo y entreabro los ojos, encontrándome con la mirada celeste de la
n a cerrar, terminando con tod
que se caerá si muevo un dedo y maldigo al idiota que creó esa basura de cerveza. Juro que lo demandaré. Me incorporo del enorme sofá en el que pasé la noche y los recuerdos
mi ropa y salir de este lugar. Lo último que necesito es a un tipo intenso declarándome
lza hasta la puerta, cuando una vo
dice despacio y con burla –
po con el que dormí, maldigo tres mil vec
💰🌙💰