con el lugar; no por su construcc
dad, sus pulmones se llenaron del nue
espejo ante
os huéspedes, le habían asignado
uila por estar
pero amoroso. Juzgó su vida como un sueño hecho realidad. Luego su sueño se convirti
ardía insensata, probó que estaba equivocada al encontrarse sujeta con la enorme mano de Gabriel por el cuello en un intento de querer estrangular. La violencia asesina de su esposo, le gritaba el peligro de seguir al lado de un
censor se encon
a mirada confusa de Catalina. Mientras examina el presente, solo se anti
n para darle protección a ella. Julián necesita reunir pruebas para hacer justicia p
días, estaré una semana
ontacto, la tibieza de la mano fuerte sobre la suya. En ese inst
la más mínima debilidad, tiene m
í le espera el administrador del lugar
nquisidora, y en sus ros
Catalina-
ndo tan solo una de sus manos. Si
d la ahogó co
os, su mirada se posó en el grupo de recepcionista que al parecer
introdujo en
a al horizonte, miró al cielo y sorprendida por el color rojizo que dejaba ver, abrió sus enormes ojos azules y r
evó hasta ella un aroma que le parecía conocida. Giró su cabeza para mirar de quién se trataba. Gracias a la seguridad de la penumbra que invad
Desde su cabello castaño claro, hasta sus pies, incluida su
el penetrante azul de las pupilas, y con su rostro menudo adquiría un color amarille
con el bronce de su piel. Era guapísimo. El color negro de su vestimenta le prestaba un aura de misterio y una sensualidad melancólica más fasc
sa-dijo él rompiendo el incóm
e llena de energía-
tras ve el nacimiento de la luna sobre el ponien
e paisaje que rodea el Resort-
rma una pequeña capa de hielo sobre sus aguas, se puede visitar con guía y mucha precaución. Allí s
o sé cuánto tiempo estaré p
la mujer comenzara a desentrañar su pasado y así poder introducirse en su vida par
o había perjudicado a Gabriel. Dudaba que pudiera perjudicar a alguien, pero esa creencia no importaba en el moment
ustado tomarla en sus brazos para tranquilizarla como haría con un amigo o con un niño que llora. Pero Catalina no era una criatura, sino una hermosa y se
to y ahora empezaba a conocer de una manera más cercana a Ca
as fotos le pareció hermosa, pero ahora parada ante el barandal con l
poco fuerte, la curva de su sonrisa podía endulzar su expresión. Era pequeña y delicada a pesar de su metro se
rzar su valor con el suyo. Quizá con el ti
nse -se despidió Catalina
de Julián, mientras l
sus ojos estaban fijos en un punto, pero su pensamiento y su cuerpo estaba
ue no te ibas a enamorar de ning
servar las estrellas, luego
á don José
a aprovechar la herm
Mariposa por favor
sto don
nsar, yo me encargo
eza, preparó a la yegua
s, José tenía una casa en la parte sur
lí cada uno tiene su habitación. Lo único que de
que se encuentra entre
ra quitar de sus pensamientos a Catalina. Que le estaba sucediendo con aquella mujer, tal vez solo era compasión la que sentía hacia ella y quizás er
sa que se había hecho quedaría invalidada
a salió al balcón para llenar de ai
utos observando. Luego entró cerró la puerta de vidrio que une la habitación con el balcón. Se metió en la cama, apagó la luz para llamar así a Morfe
omó su desayuno, luego se fue a cumplir con su turno, contestó
do? Yo estoy en casa y vino
él-te extraño, y extraño a mi
te extraño. Lamento decir esto, pero el canalla de tu ex esposo
ñor Montecinos, está llevando mi caso y mi divorcio, estoy bien
ido, pronto estaré listo
o sucedido, recibiste lo que iba di
de Gabriel. No te quiero sentir triste, te quiero, cuídate, en algún momento n
uídate, te
ella continuó ano
z, por lo que no levantó la vista hasta haber
nos días ¿te
estaré de vuelta pronto, ten
ue de guardias? - Fue un
ésped, es por eso que verás, tres guardias en prim
er impo
uánto. Órdenes de
melancolía, como si lamenta
ngas bu
sin un guía-aconsejó, su preocupación no era que saliera o se perdie
su monedita de oro lo abandonaba, ella para él va