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Historia

Capítulo 2 Suspiros.

Palabras:1211    |    Actualizado en: 13/05/2022

o tan bajo que parecía ridículo, al menos así le dijo su hermano cuando le preguntó la ubicación semanas atrás. Miró rápidamente a la otra ventana pero no habí

gó a su teléfono- ¿Sí, Nathan? Estoy en la casa embrujada... ¿Qué pasó, papi? ...Bien, bien ¿Estás con Sebastian? ¿Dónde están exactam

ebas y Nathaniel? -

quedó sin corriente o algo así dijo.

si necesitan ayuda.

Alexander nec

puedo ayudarle. -habló

-miró hacia el menor que se bajaba del carro- Mathie... -el mencionado se asomó por la ve

n. -sonrió, se alejó del

u mascarilla y tocó el timbre el cual liberó el sonido d

Llegaste antes de la hora acordada... -cruzó los bra

ecerró los ojos mientras giraba la cabeza confundido-¿Cat? -dij

así. Así que el mayor no dudó

sino o algo así. -se separaron del abrazo y le invitó al interior aún iluminado por la débil luz del atardecer- ¿Y tu hermano no quiso venir? ¿o l

do a Nathan y a Sebas, se quedaron sin corriente y les fue a auxiliar. -se sentó en un

es, no tendrá licor; de hecho, es pensada para ti. -el menor sonrío tímido con aquello- En realidad si necesito algo de ayuda, pero con el vestuario. -le llevó un vaso rojo con

as paredes y cortinas blancas. Afuera habían lápidas con nombres, calabazas escalofriantes, esqueletos y tablas mal co

ntó el menor luego de haber escaneado la c

udó. -tan sólo esa mención tensó al menor, quien mostró una mueca de desag

abitación dejando

-le enseñó dos disfraces, un

, era sencillo, un traje formal en color negro con la camisa de abajo roja, corbata negra, una gran capa v

abeó, mirándolo s

si quieres, yo me voy a cambiar. -hizo el amago de levantarse la cami

en. Ignóreme. De

o y el menor se sonrojó más que hace un rato, tornando sus orejas rojas- ¿S

e me prohibas beber licor, cumplí veinte años hace p

ndo mi mocoso favorito. -esa

de valor- Yo no quiero ser

da por la mascarilla, notando el sonrojo en s

rofundo mirando al suelo, cuando levantó la mirada, dirigió los ojos

o saliva, tratando de alejarse

ayor colocó sus manos en los hombros ajenos, percatándose de

era pequeña y la

ellos ojos de ciervo que le miraban fijamente, así que solo bajó los parpados esperando el tacto de los labiales en los suyos. Matheo al verlo di

ierta? -preguntó al menor, éste negó mirando a otro lado con una mueca- Será que... -escuchó un coche llegar- Ese debe s

suspiro, uno de frustraci

ía de las escaleras

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