mente siempre dirá que está mal? Aunque todos te feliciten, te den hal
ntaña a la que papá había querido subir, me temblaban las piernas y podía escuchar cada latido de mi corazón. No siempre he tenido
stidiar su momento de felicidad decidí respirar hondo y l
y decidimos irnos al rato, con pánico, sudores y bajadas acelerada
esta historia si n
dida entre tantas dianas. Algunos me odiarán y otros me amarán. M
erso. Mi vida nunca fue fácil, lo que conlleva a que la suya fue peor todavía por
mpo antes de que se volviera adicta a la droga tras la muerte de su hermana por cán
ados años viviendo con mi madre, papá decidió que lo mejor era mudarnos los dos, lejos de ella. Yo vivía con mamá en sus años... ¿Felices? Fiesta
rrastrado con ella, me encontraba viendo cegada las luces de las farolas en la
que cene
ue
cho muy bien -miré a papá conducir - Nos hem
nunca me decía, normalmente eran gritos, insul
onreí- ¿Donde vamos a ce
os castaños y brillantes, inten
un americano que va
mis m
mos cenar allí, hay buena comida -su expr
a verla? -subí una ce
a ensalada de al
-reimos en alto dejándonos inundar por
mos a que vinieran a atendernos co
Elisa? -sonreí al
sé, pue
UBIA! -saltamos de la si
ás lejos de la cafetería solo para dar un gran y amoroso a
sus manos a la cara- es fantástic
todo? - as
í -reí al ver el codazo que le acababa de meter a
aclaró la garganta y
e -sonrió gentil y amable
a césar con extra de pollo p
a con gas, gracias. -con un "Marchando!" se marchó a dejar la comanda
é te
-burló la manera
n gas estabiliza el estómago,
-no terminó de decir la frase cuando le
burle
ese agua lleva gas. ¿No te darán más gases? -lo miré lo más
cuenta de que nos habían puesto los platos equivocados miré a papá para decirle que me diera mi plato, sin
te arrancaré la mano antes de que te des c
Dame mi ensalada acaparadora, d
rlo y mi expresión facial llegaba a lí
ainilla con un trozo de tarta para compartir. Elisa sonreía a papá cada vez que pasaba
, das
? -sus ojos vol
tán deseando. -papá parpadeó tanto que pa
atención a los platos rotos que estábamos oyendo, Elisa estaba con una mesa en la que habían cinco hombres,
sarte, siempre estás recogiendo la
do para esto, estoy trabajand
y que posiblemente se haga barullo...o que vaya papá y haya pelea. Entre miradas decidí leva
¿Estás bien ? -le di
ás joven! -alzó uno su vaso al c
abía que quería que me fuera del lugar cuan
s después? -pude sentir el a
de que te vayas y dejes el sitio libre a gente que de verdad necesite
de los Vitale? -pregun
verdad e
do asegurar que tú linda bocaza no
el piso. Papá jugó con los demás haciéndole señas para que se levantarán y pelearan, pero ninguno accedió. Un muchacho apareció por la puerta, llevaba una sudadera negra con la capucha puesta, sus verdosos o
o de mierda y salid d
e tal Marco y el chico de la sudadera ya no estaba. Un chico con la piel
chico joven con ojos azules como el cielo y gruesos labi
o, no me asusta un madu