/0/2760/coverbig.jpg?v=056525ee0219c3de727a3c00a2b1eea3)
Jericho, una adolescente que en su día a día tiene que luchar con la drogadicción y el alcoholismo de un familiar muy cercano, su madre. Desde pequeña ha vivido momentos que no son para nada agradables a una niña pequeña. Diversas parejas de su madre han pasado por sus vidas, pero ninguna ha sido la figura que tanto esperaba para ayudar a su madre. paterna que tanto deseaba ella. Un nuevo comienzo se desarrolla cuando decide mudarse con su padre. Un mundo envuelto en alcohol, drogas, fiestas, flechazos... envuelve a Jericho haciendo que olvide su vida pasada. Su mayor secreto es su voz, desde pequeña le gustaba cantar mientras paseaba, en la ducha, en la cocina... pero por un motivo personal decide no volver a cantar en lo que queda de su vida, pero no entraba en sus planes un chico llamado James, cantante y famoso que hace que vuelva la ilusión por lo que más le gusta hacer, que es cantar. ¿Conseguirá James desarmar los muros de Jericho y comenzar una vida junto a la música? Un accidente hace que su vida de un giro de 180 grados. ¿Quieres descubrir qué pasa con Jericho? Adéntrate en esta historia para que tus emociones sean una montaña rusa.
¿Alguna vez tuvieron la sensación de que hicieran lo que hicieran, su mente siempre dirá que está mal? Aunque todos te feliciten, te den halagos, aplausos o las enhorabuena. Dentro de mí, nunca será suficiente.
Por esa razón estoy pensando en estas cosas ahora mismo, me encontraba mirando las piedras con arena del suelo de la cima de la montaña a la que papá había querido subir, me temblaban las piernas y podía escuchar cada latido de mi corazón. No siempre he tenido este miedo a las alturas, desde que empecé a tener trastornos de ansiedad este tipo de cosas fueron comunes en mi vida cotidiana.
Papá disfrutaba las vistas como un niño chico, para no fastidiar su momento de felicidad decidí respirar hondo y levantar mi cabeza del suelo, y joder, estábamos altísimos.
Sonriendo con cara de póker papá y yo nos hicimos un par de fotos y decidimos irnos al rato, con pánico, sudores y bajadas aceleradas de la montaña suspiré tranquila al pisar terreno llano, por fin.
¿Pero, que sería de esta historia si no sabéis nada de mí?
Me llamo Jericho, Jericho Mills. Tengo 20 años y soy una bala perdida entre tantas dianas. Algunos me odiarán y otros me amarán. Me daréis juicio y sentencia, pero todo es por una razón, creedme.
Mi padre se llama George, es militar. Es la persona que más amo en todo este universo. Mi vida nunca fue fácil, lo que conlleva a que la suya fue peor todavía por culpa de una persona llamada Claire, perdona a la que me "obliga" a llamar madre.
Mi madre en cambio, nunca está ni estuvo desde que tengo memoría, estuvo escaso tiempo antes de que se volviera adicta a la droga tras la muerte de su hermana por cáncer, la cuidó hasta el último momento y le sobrepasó factura, al menos eso dice papá.
Papá y yo nos mudamos a Sausalito, una ciudad en el área de la Bahía de San Francisco, en el condado de Marin, California. Tras las no tan afortunados años viviendo con mi madre, papá decidió que lo mejor era mudarnos los dos, lejos de ella. Yo vivía con mamá en sus años... ¿Felices? Fiesta tras fiesta, personas que pasaron casa, yo era una facilidad para "comprar" droga, acabé como ella muy joven hasta que papá decidió poner remedio.
Pensando en mamá, en mi mierda de adolescencia y en sus problemas que nos ha arrastrado con ella, me encontraba viendo cegada las luces de las farolas en la oscura autovía, con Kansas de fondo me ahogaba en mis pensamientos más oscuros
-¿Quieres que cenemos fuera?
-Bueno.
-No te preocupes por lo del monte, lo has hecho muy bien -miré a papá conducir - Nos hemos hecho una foto, estoy muy orgulloso de tí.
Me emocionaba escuchar esas palabras que mamá nunca me decía, normalmente eran gritos, insultos o gemidos placenteros al inyectarse el crack
-Muchas gracias, papá -sonreí- ¿Donde vamos a cenar? Me apetece una birra.
Me miró sorprendido con esos ojos castaños y brillantes, intentando no sacar toda su risa de él
-¿Birra? ¿Que eres, un americano que va a ver a los yankees?
-Tengo mis momentos.
-¿Quieres que vayamos a ver a Elisa? Podemos cenar allí, hay buena comida -su expresión es tan inocente que es enternecedora
-¿Quieres ir a cenar o a verla? -subí una ceja en modo cuestionario
-No seas boba, la ensalada de allí es increíble.
-Increíblemente cara para ser lechuga -reimos en alto dejándonos inundar por el rock clásico de la cinta de mi padre
Una vez sentados en la mesa esperamos a que vinieran a atendernos con nuestra orden ya pensada y clara
-¿Nos habrá visto Elisa? -sonreí al ver su nerviosismo
-No lo sé, puede que n-
-YO CONOZCO ESA MELENA RUBIA! -saltamos de la silla del susto de su grito
-Sí, nos vio -sonrió papá. Elisa vino corriendo desde lo más lejos de la cafetería solo para dar un gran y amoroso abrazo, enterré mi cara en sus hombros y apretamos con cariño
-Pero chica, qué tipín! -se echó sus manos a la cara- es fantástico ver tu sonrisa de oreja a oreja
-¿Cómo está todo? - asentí tímida
-Ya ves -señaló al local - prácticamente vivo aquí -reí al ver el codazo que le acababa de meter a mi padre - Si no viene tu hija no vienes a verme
-He estado ocupado -se aclaró la garganta y las dos rodamos los ojos
-Misma historia de siempre -sonrió gentil y amable - ¿Que os pongo de beber?
-Una coca cola y una ensalada césar con extra de pollo para mí -papá me miró orgulloso
-Yo quiero una hamburguesa con doble de carne y patatas Deluxe con agua con gas, gracias. -con un "Marchando!" se marchó a dejar la comanda y a seguir atendiendo, Papá en cambio me miraba con una ceja encarnada
-¿Qué te pasa?
-¿Agua con gas? -burló la manera en la que lo dije
-¿Que problema hay? El agua con gas estabiliza el estómago, a parte, te ayuda con los gases.
-¿Según que fuente? Jerichoesimbecil@.com -no terminó de decir la frase cuando le había tirado una servilleta a la cara- Oye!
-No te burles de mí.
-Dices que bebes agua con gas por que sufres de gases, pero ese agua lleva gas. ¿No te darán más gases? -lo miré lo más curiosa que pude por qué si lo escuchabas bien, tenía razón
-Déjame con mi fantasía! -después unos diez minutos siendo niños pequeños nos trajeron la comida, sin darme cuenta de que nos habían puesto los platos equivocados miré a papá para decirle que me diera mi plato, sin éxito ya que él estaba atento a Elisa. Ellos dos siempre se llevaron tan bien que su química es inigualable
-Si no me das mi hamburguesa doble creo que te arrancaré la mano antes de que te des cuenta -agarré el plato con los dedos - ¿Oye!?
-¿Qué? -visualizó los platos - Dame mi ensalada acaparadora, dijiste que querías hamburguesa.
El tick en el ojo era inevitable no verlo y mi expresión facial llegaba a límites insospechados de la indignación.
Al rato ya empezamos con el postre, yo había pedido un batido de chocolate y papá de vainilla con un trozo de tarta para compartir. Elisa sonreía a papá cada vez que pasaba por nuestro lado, sonreí a la mirada tímida de ambos hasta que me topé con la de papá
-Papá, das miedo.
-¿Y eso por qué? -sus ojos volvieron a los míos
-¿Cuando van a salir en cita? Ambos lo están deseando. -papá parpadeó tanto que parecía que sus globos saldrían de sus huecos
-No, no lo sé. Quizá en un tiempo -con mis ojos en blanco y mi veneno a punto de salir como palabras presté atención a los platos rotos que estábamos oyendo, Elisa estaba con una mesa en la que habían cinco hombres, que ellos estaban riéndose mientras veían a Elisa con su rostro rojo en vergüenza recoger todo lo del suelo.
-No te está mal lo que acaba de pasarte, siempre estás recogiendo la mierda del suelo -bufó uno de ellos
-Este no es el momento indicado para esto, estoy trabajando - replicó Elisa ahora enojada
Papá y yo cruzamos miradas y ya sabíamos que teníamos que hacer. Habían dos opciones, ir yo y que posiblemente se haga barullo...o que vaya papá y haya pelea. Entre miradas decidí levantarme e ir a ayudar a Elisa, papá quedó tranquilo sin apartar sus enojados ojos de nosotras
-Deja que te ayude, ¿Estás bien ? -le di una pequeña sonrisa
-Damos gracias a Dios por otra más joven! -alzó uno su vaso al cielo y todos le rieron las gracias
Elisa y yo compartimos miradas cómplices, sabía que quería que me fuera del lugar cuanto antes. Aún así, seguí ayudándola a recoger
-¿Tú también vendrás a vernos después? -pude sentir el aliento del hombre en mi nuca
-Escúchame, gilipollas -me encaré dando la vuelta - creo que es hora de que te vayas y dejes el sitio libre a gente que de verdad necesite el puto aire que tú estás respirando. -su rabia subía por sus mejillas
-¿Nunca has oído hablar de los Vitale? -preguntó enfadado, MUY enfadado
-No, la verdad es que no.
-Pues yo soy Marco Vitale. Y te puedo asegurar que tú linda bocaza no va a sobrepasar más la delgada line..
Segundos tardé en visualizar su perfil arrugarse y esfumarse de vista junto al puño de papá detrás. Sus amigos se levantaron de la mesa alarmados para revisar al hombre que ahora se encontraba inconsciente en el piso. Papá jugó con los demás haciéndole señas para que se levantarán y pelearan, pero ninguno accedió. Un muchacho apareció por la puerta, llevaba una sudadera negra con la capucha puesta, sus verdosos ojos se cruzaron los míos antes de visualizar a la persona que estaban levantando del suelo ya consciente, con una mirada de terror buscó con la mirada por el local, deje de prestar atención para atender a papá
-Coged a vuestro amigo de mierda y salid de aquí cagando leches.
Con malas caras y maldiciendo hicieron caso, los hombres se llevaban a ese tal Marco y el chico de la sudadera ya no estaba. Un chico con la piel blanca como la nieve y vestido de chándal se acercó a mí lado de la barra
-No tienes ni idea de lo que has hecho. -dejó salir ese chico joven con ojos azules como el cielo y gruesos labios rosados. Pude notar un poco de temblor en sus pupilas
-Vengo del puto infierno, no me asusta un madurito con aires de diva.
Tras dos años de matrimonio, Sadie por fin estaba embarazada, llena de esperanza y alegría. Pero su corazón rompió cuando Noah le pidió el divorcio. Durante un atentado fallido contra su vida, Sadie se encontró tendida en un charco de sangre, llamando desesperadamente a Noah para pedirle que la salvara a ella y al bebé. Pero sus llamadas quedaron sin respuesta. Destrozada por su traición, abandonó el país. Pasó el tiempo y Sadie estaba a punto de casarse por segunda vez. Noah apareció enloquecido y cayó de rodillas. "¿Cómo te atreves a casarte con otro después de haber dado a luz a mi hijo?".
Madison siempre había creído que se casaría con Colten. Pasó su juventud admirándolo, soñando con su futura vida juntos. Pero Colten siempre le fue indiferente, y cuando la abandonó en el momento en que más lo necesitaba, por fin se dio cuenta de que él nunca la había amado. Con la determinación de empezar de nueno y sed de venganza, Madison se marchó. Tenía por delante un sinfín de posibilidades, pero Colten ya no formaba parte de su vida. El hombre, por su parte, corrió a buscarla presa del pánico al darse cuenta de ello. "Madison, por favor, vuelve conmigo. Te lo daré todo". Sin embargo, fue su poderoso tío quien abrió la puerta y le dijo: "Ella es mi mujer ahora".
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Kaelyn dedicó tres años a cuidar de su esposo tras un terrible accidente. Pero una vez recuperado del todo, él la dejó de lado y trajo a su primer amor del extranjero. Devastada, Kaelyn decidió divorciarse mientras la gente se burlaba de ella por haber sido desechada. Después se reinventó, convirtiéndose en una cotizada doctora, una campeona de carreras de auto y una diseñadora arquitectónica de fama internacional. Incluso entonces, los traidores se burlaban con desdén, creyendo que ningún hombre iba a aceptar a Kaelyn. Pero entonces el tío de su exesposo, un poderoso caudillo militar, regresó con su ejército para pedir la mano de Kaelyn en matrimonio.
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
Linsey fue abandonada por su novio, quien huyó con otra mujer el día de su boda. Furiosa, ella agarró a un desconocido al azar y declaró: "¡Casémonos!". Había actuado por impulso, pero luego se dio cuenta de que su nuevo esposo era el famoso inútil Collin. El público se rio de ella, e incluso su fugitivo ex se ofreció a reconciliarse. Pero Linsey se burló de él. "¡Mi esposo y yo estamos muy enamorados!". Aunque todos pensaron que deliraba. Entonces se reveló que Collin era el hombre más rico del mundo. Delante de todos, se arrodilló y levantó un impresionante anillo de diamantes mientras declaraba: "Estoy deseando que sea para siempre, cariño".