anu
tenía un cuento raro con Mapa. Aunque los dos se ma
ara dentro de ocho días. Tendremos a cinco bella
ta gran familia, me hicieron sentir eso... una familia. Pero no iba a permitir una falta hacia mis tesoros; mis hermanas eran sagradas.
ue también puedo causarte daño. Si Mapa sale lastimada mañana, una vez la ponga a
e ocurría invitarla a un antro como ese? Mi pequeña Blanquita no era mujer para e
que le pasó una vez a Sam
emos caso al momento de cu
ue lo ten
ar la mujer con qui
regr
tela. -
eben llamarla. Ya regreso. -Al lleg
e voy, tengo o
sa. Te acompa
itarme a una reu
ra relación, no pien
ue ya no puedo llevarla a cama, no sea que se hag
. El verga sin dueña
a callada, aunque esa mirada era una daga. Al llegar a su auto, la besé, jug
dentro de
gica y sabes moverla. De lo cont
eres la prime
levé por delante a una chica... ¡Rubí
si
mí, sin las
raba desde... siempre. Para dejar salir al médico. Saqué del bolsillo la pequeña
tás med
ro, sus ojos cafés
-Se puso las gafas, la ponía nerviosa. Sonreí, er
nga ojos,
lidad. Empiezas bien, n
omo si estuviera
canino? -Esta vez s
lo ha
efe. -Era osada
omos fa
manera de decirle en la cara
.***.
br
también casarme. El problema ahora era que no tenía claro quién será el susodicho. Baj
a. -llam
a o utilizáramos el diminutivo, los apodos frente a ella quedaron descartados; de lo contrario, eso para
. -Le dije c
decirte, te llamó
lo veía como un amigo. Cuando ingresé a la universidad, él cursaba el último semestre; aun así, nos hicimos buenos amigos. Luego, cuando re
s en donde había ido escalando favorablemente en el mundo del derecho comercial. A
uando sea la
a hablar del favor requerido, ojalá acepte la propuesta. Espero no hacerle daño a R
llamarte la
ue voy a pedi
jar a finiquitar la obra en Panamá. Iré
Ahora voy a dormi
Por eso, desde el mes pasado mi recámara fue remodelada con tonos turquesas, convirtiéndola en una habitación de ensueño.
dor experto, invadió mis pensamientos. Mis ojos se humedecieron, lo peor de todo era que él no había mentido, no jugó conmigo, siemp
tiene
recerme tu virginidad, ¡mira donde estamos! -Y
os siguió el beso, luego con delicadeza me alejó
dis
eso, ca
zapato para pegarle, de ahí tenía ganado el apodo de mini Chuky, ese tampoco me enojaba, al contrario; si algo admi
nto
upone que las mujeres se las entregan al hombre
hacerlo con alguien de confianza. Tú puedes
s ra
otas? -Se pasó la
, yo también lo haré. -volví a aceptar sus condiciones-. Por eso lo haremos la otra semana. Quiero que
lo claro y que seas consciente de esta locura. Para nosotros, los hombres es muy
orada que estaba de él desde los trec
o qu
riel
r el cual pasé, por eso mi piel t
a cual te has mantenido virgen? Ese es tu miedo a
l cuerpo perfecto, de un modelo de revista. Per
llena, una linda c
uera los hombres no piensan así. El adelgazamiento d
lo mismo a Ernesto, Em