:El juego
ombres. No tenía opción. Por dentro, estaba at
ciudad. Al entrar, las vendedoras los recibieron con sonrisas
rdenó con tono autoritario-. La
n de inmediato y empe
adores. No discutió. Sabía que, al
se varios, él fin
cuerpo como si hubiera sido hecho a medida. Tenía un escote sutil pe
con el vestido puesto, el sile
la miró f
u figura lentamente, a
-dijo fi
tragó
edo ele
onrió con
e hacer por
os con frustración,
ido, Fabrizio ordenó que
e diamantes con un
que aquello e
tanto... -i
protesta y tomó u
lma, abriendo la cajita
a un anillo
el suelo se mov
mpromiso? -preguntó
ó la caja con
cree
un nudo en
ba obligando a
o haría
-
miraba por la ventana, con la mente llena de p
no decía nada. Pero su ment
en de Carla con a
vestido parecía una mujer de
de todo...
e todos la mirarían
se recordó
da de novias, Carla sinti
a lista
ía esta
zio no le
os vestidos. Cada uno más
con uno de encaje y tul, escuchó la voz fi
lando un vestid
esa, con encaje delicad
do de un cue
pidió que se lo probara
e vio en e
as inundar
era hermoso
tido con el que si
no
n Fab
los 1
ca para ahoga
la miró f
ue le g
más, le dijo a
lo ll
ó con dulzura mientr
a -comentó, acomodando
perdió la
presión de orgullo y posesión, la
eso
jaba claro que
le dedicó una so
esposa m
, sintiendo cómo las
sensación de sus lab
realidad la g
un beso
beso de
do sin dudarlo, y lueg
regreso fue
tiendo que su destino se sellaba
Fabrizio se quitó el s
rreglarte. Quiero que es
decir nada y sub
esperaba con
a deslumbra
a su
nía o
ue esta
delicadeza, ayudando
us finos pliegues sobre su
aves, y el maquillaje realz
a mujer deslumbrante, Carla se
a esto... -murmuró
ba los últimos detalle
sí que al menos míralo por el lado positi
a su
ve
nía o
Martina la acompañó hasta la
esta
la esperaba al pi
y su porte dominante, parecía
te, Carla olv
la vista y la vio,
recieron con des
udo por un
mente, su voz s
reciosa
n escalofrío r
ignorarlo, le gu
o estaba
perfección, resaltando su
aba lo
vez, sonrió e
te a él y, con un
o estás ma
pudiera responder, Car
untillas y l
e todos s
illó en los oj
o por un
resión se tor
a que jugar
u cintura, la gui
asientos de cuero, Fabrizi
, esposa. Lo
no res
o había t
labios en otro beso, esta
su aliento rozó
espero lo mi
sintiendo su coraz
dijo después la hizo
rarte a mis besos, y
los ojos por
che no solo se tr
de algo mucho