ue Hugo había considerado: una de sus propiedades en las afueras de la ciudad. La atmósfera era densa, como si el clima mismo estuviera reflejando el estado de ánimo que
Había llegado al punto en que Hugo ya no parecía ser el hombre que ella conocía. Había una energía en él, algo en su postura y en sus ojos, que revel
el no estaba segura de si él quería hablar, o si simplemente no sabía cómo empezar a desvelar lo q
pregunta que ambos temían hacer. Si Javier Marín estaba involucrado, ¿quién más en su círculo
observó cómo su mandíbula se tensaba, y aunque no pudo ver su expresión, sabía que había algo que le costaba comparti
decirte es que la amenaza es real, y no solo para mí, sino para ti también. Alguien quiere acabar con todo l
ahora, había sido casi imperceptible. Estaba claro que no solo estaba luchando por su imperio, sino por su propia supervivencia. De alguna manera, él la estaba involucrando en todo esto, y aunqu
profundo, que crecía con cada mirada y cada palabra que intercambiaban. Isabel luchaba contra el impulso de preguntar, de decir l
lar, de decir algo que disipara la creciente tensión entre ellos, pero cuando sus labios se abrieron, las palabras
l interior era sombrío, iluminado solo por las luces frías de las pantallas de computadoras y los monitores que mostraban diversas cámaras de seguridad.
a. La imagen de un hombre encapuchado, de pie frente a una computadora, con la luz de la pantalla iluminando su ros
abel, mientras su corazón l
un simple sabotaje. Alguien está observando cada uno de mis movim
problema dentro de la empresa, sino que alguien los estaba vigilando de cerca, con
que no hay más de ellos? -pregun
Isabel nunca había visto antes. Sabía que la situación era muc
era casi palpable-. Pero voy a hacer todo lo posible
manera en la que nunca lo había hecho antes. Pero lo que más la desconcertaba era cómo todo esto estaba afectando su propio juicio.
lencio. Miró la pantalla rápidamente y luego alzó la vista
Isabel sabía que las decisiones que tomarían a partir de ese momento podrían cambiarlo todo, no solo p
ue, al parecer, ella ya