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Historia
UN CORAZON ROTO

UN CORAZON ROTO

Autor: Mar novelas
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Capítulo 1 CAPITULO 1

Palabras:1193    |    Actualizado en: 09/02/2025

anal de su oficina. La ciudad se extendía a sus pies como un tablero de ajedrez, ordenado, predec

scritorio de madera oscura estaba impecablemente ordenado, salvo por la copa de whisky y unos cuantos documentos apilados. La gran pantalla del computad

puerta abriéndose lo s

Tenemos demasiado trabajo -gruñó

s y bebió otro sorbo

era una inútil asistent

bajo. Los diseños de los autos, la selección de colores para la nueva línea... y me sales con

ada lograba alterarlo , solo la inútiles de sus asistente

taré de soportar lo inútiles que son, pero prometo no desp

a mano por el cabello en un

ejas de joder -murmuró antes de sal

e que cualquier asistente le resultaría inservible. Pero necesitaban a alguien que ag

na. Afuera, la vida seguía su curso. Adentro, él se

ado roto así quedó

er, su mente lo arrastró a

e su mundo s

con el corazón latiendo a mil, con la mirada fija en la puerta de la iglesia. Esperaba verla entrar, radiante, como siempre.

o pasaba y el

uego, los murmullos se convirtieron en miradas

. Sofía no

se agitó, su

eguridad fingida, aferrándose a la id

a tortura. Cada segundo que pasab

o adelante. Tomó su celular con nerviosismo

legó la humil

n la iglesia, con el rostro serio, sin

o, Giacomo... S

do se

isteza y una lágrima que se deslizó por su mejill

lo atravesaron

s ojos de los invitados, sintió la vergüenza

e y la dejó caer al suelo. Luego, sin mirar a nadie, salió de la i

rompió, ya no era aquel soñador enam

el mismo día en que su amor de juventud desapa

que pensaba en un futuro con alguien a su lado... desapareció si

culador. Aprendió a no confiar en n

en un altar -murmuró para sí mismo, a

s. Ahora tenía una empresa que podía seguir creciendo ,

la ingenuidad... todo e

que su vida estaba a pu

podría escapar

ando mucho dinero en seguimientos, en pistas falsas, contac

uelos... todos vivían en el extranjero y habían prometido asistir a la boda. Ese día, él estaba ansioso por conocerlos, especialmente a l

me ventana de su oficina, sosteniendo un vaso de whisky entre los dedos. La ciudad se extendía frente a él, con sus

r que llegara para prometerle amor eterno y luego ser muy felices pero desapareció

r un instante y e

urró, con la voz cargada de veneno y determinaci

un golpe seco. Su mirada, fría y oscura, re

, no iba a

inua

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