ítu
pro
gos como en los años anteriores, se encontraba haciendo sus maletas para irse a e
uila, había vivido en sosobra todos estos años tras enterarse d
Santoro llegaba a la empresa y se acercaba a ella. Su presencia allí la hacía sentir vulnerable, sus manos
inmediato, encontrando a Greco atemorizando a su
por qué ha venido -dijo An
de enojo, una que tan so
exactamente por qué e
ar para hablar de esto -interrumpió Jaco
tro pacto -sentenció Santoro y Jacob recordó algunos detalles de aq
ecordar la noche que s
o Ana con su voz temblando
expresaba la satisfacción que s
co con voz demandante-. Es una
orrorizada al i
cob-. No te permitir
voz amenazante lo hizo tit
. Yo he protegido tu empresa, tu familia
intentando man
-afirmó Ana-. No permitiré
onrió c
o prometiste. Y ahora, debes a cumplir tu parte del trato. Sino, te mataré a ti y nadie, escúchame bien, nadie podrá detenerm
uien temblaba estupefacto al ver la lín
imonio. Firmado por mí y tú
cob incapaz de fo
de inmediato, su paciencia
nrojecido de cólera-. ¡Voy
estaba sucediendo a su alrededor y quería p
ió que la llevaría consigo sin impor
omenzaba a tornarse siniestro y a
a promesa hecha a Santoro pre
.
mirada del ataúd de su abuelo y observó con desprecio a Victoria
Victoria desde hacía ya mucho tiempo, cuando tuvo algunas sospechas de que
le realizó para darle el pésame, pues su presencia a
s llenos de lágrimas. Vestía un hermoso vestido negro ceñido al cuerpo
ar de que sabía como demostrar el do
io, vino para obtener información sobre la lectura del testamento. No
do una distancia con Victoria, quien había sido la segunda esposa de su abue
ubría su rostro y besó la frente de su esposo fallecido. Luego, se volv
toria con su voz temerosa-. ¡Tu
qué decía eso? ¿Qué quería decir con "siempre te quiso mucho"? ¿Aca
ndo mantener la calma-. Sin gentilezas, ni dim
e. Alexander se sintió incómodo con el abrazo, per
o arder de rabia a ese hombre por dentro-. Tu abuelo siempre quería lo mejor para ti.
asqueado, no quería sentir los brazos de
a hablando d
erca de su oído que si volvía a colocarle una m
la familia, aceptó con gentileza las condolencias de los amigos más cerca
ía a su alrededor, su mente estaba absorta en sus propio
o el momento de llevar los re
del cementerio, proyectando sombras sobre la multit
con Alexander a la cabeza, quien ma
mentos felices con su abuelo. Su madre, Elizabeth, lloraba silenciosamente a s
el féretro de su abuelo y no derramar una sola lág
n para recibir las condolencias de los asistentes. Alexander se sinti
o uno de los amigos de su abuelo-
exander, tratando de m
erminable. Alexander se sentía
personal, sentia que lo estaban asfixiando y se dirigió nuevamente