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Historia

Capítulo 3 Una locura arriesgada

Palabras:1205    |    Actualizado en: 18/10/2024

a

onara esa loca idea, acabé cediendo, porque prefería estar a su lado en esa locur

liques mejor cómo f

era seguir el dicho que dice: "Si n

subasta durante veinticuatro horas y, tras ese período, quien haya hecho la oferta m

o falas de esto con

der su virginidad con un desconocido, por dinero, solo para intentar manten

era realidad. Pasé todo el sábado buscando un lugar para que nosotras viviéramos, y

e no nos quedamos completamente sin techo, al menos no de inmediato. Sin embargo, la cantidad era mínima y era

e yo consideraba extremadamente absurdo, y el hecho de que tal posibilidad existiera m

os más que nuestro padre y falleció a los sesenta y cuatro años debido a complicaciones de un

ue mi hermana tenía algo de razón al decir que Patrick Mitchell había sido muy irresponsable por dejarnos en una situació

spués de finalmente encontrar un pequeño apartamento asequible, cuando Rachel entró

s millones de dólar

la se había ofrecido a hacer y conecté los puntos, dándome cuenta de que esa

seguir adelante c

de conseguir esos dó

ue conducía al piso superior de nuestra casa, y la escena pareció afectarla, porque pronto fue

re sollozos-. ¿Cómo es posible que nos hayamos vuelto

to, dejando que mis propias lágrima

queñas. Cuando Rachel parecía un poco más tranquila, se soltó de mis brazos y me miró con l

do soportar ver cómo nue

tos, salió de nuevo y me dejó allí para resolverlo todo sola. Lamenté nue

ch

mantuvo a mi lado tras la pérdida repentina de mi estatus de heredera, ella me convenció

ugar -explicó Shirley-.

-Me interesé muc

ño y lleva poco tiempo aquí. No te ilusiones, porque siempre tie

iscoteca, concluí que tenía razón. La chica se llamaba Bruna y no se despegaba del tipo e

as podía pensar con claridad en nada. Ni siquiera sé con qu

extraño perturbador que podría arruinar todos mis planes de vida. Claramente no

esitas

e al espejo y me di cuenta de que

asta yo me di cuenta de lo confu

riendo enseguida-. ¿Quieres quedarte un rato conmig

ntró al baño y era eviden

Bruna-. Vamos de regreso al bar. Ese

negar nada en ese momento, p

no regrese al bar, Shirl

uenta de que Shirley hablaba de maner

nsano que, aunque no podía pensar con claridad en ese momento, tenía la verdadera

e -dije de manera vacil

s? -sugirió, su sonrisa d

n... mis pla

mor de mi vida -dijo, su rostro a pocos c

, fue imposible mantener la cord

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