iguie

ido, mientras este se encontraba en su lujosa mansión compart

da? -exclamó Diana, asombrada-. ¿Quién es la joven con la que te casas

ensó, sintiendo que la angustia l

además quería darte una sorpresa. Pensé que te alegraría

fica eso?* se preguntó Diana, sin

a tu futura esposa. ¿Cuándo la traerás a casa? Quiero cono

rás el día

só Diana, sintiendo que l

que el día de la boda? ¿Te

desde que me convertí en un hombre de negocios, manejo todas las empresas

intiéndose desolada. *¿Acas

joven de buena familia. ¿Pue

brás el mismo día de la boda, que

no se puede preparar una boda, y menos si ni siquiera conozco a la novia.

ma hora, y además debo irme a la empresa porque tengo mucha

pensó Diana, sintiendo qu

pera, no te va

lación?* reflexionó, sintiéndose más sola que nunca. *No puedo creer que me deje así, con tantas dudas y sin respuestas. ¿Qué

rte de su esposo. Desde entonces, su hijo había cambiado con ella, porque e

no me perdona la traición que hice a su padre, pero él no sabe toda la verdad. No tiene idea de quién era realmente Salvatore Lombardo. Si mi hijo supiera todo, c

.

de que el padre de Isabella había salido de prisión y se encontraba en casa, fuera de peligro tras el percance en la cárcel. Sin emb

oberto? Ya te dije

a necesito?* pensó Roberto, sinti

ación. No entiendo por qué actúas así conmigo

aquí. Por favor, vete. Te prometo que después te llamar

ué está pasando,* pensó Ro

ecesito saber qué está pasando contigo, Isabella. Tu padre ya salió de p

uenta de que Roberto estaba en

qué hace este hom

cer y sin querer que Roberto se enterara de la situación. *No pue

a ver a su hija porque tenemos una relación. Aunque sé que usted

uando no tienes ni dónde caerte muerto? Además, ¿Isa

to, quien sintió que su corazón se partía en dos.

uja? ¿Isabella, eso que dice tu madre es ve

o a los ojos,* pensó, sintiendo que su corazón iba a salir de su pecho. No tenía el

rto,

udiera decir algo, Maru

jandro Lombardo, así que no tienes nada que hacer aq

que dijo tu madre es verdad? ¡Habla! -dijo, alz

ad. Me voy a casar co

tenemos planes de casarnos y de tener una vida juntos. ¿Qué

o?* se preguntó Isabella, sin

y que ahora a quién quieres es a Alejandro Lomb

do. Amaba a Isabella con toda su alma y era la mujer con la que quería formar un hogar. No p

dice es verdad y te juro que me iré

tenía otra alternativa; era eso o ver a su padre de nuevo en la cárcel, arriesgando su vida, y eso no lo podía permitir jamás.

a, miró a los ojos a Roberto y

. Ya no te amo y ahora, quiero que

a de rabia y dolor. Se secó las lágrima

me nunca más. Ojalá ese hombre sepa darte la feli

abella intentó ir tras él, pero Mar

ho. Ahora métete a la casa y vamos a seguir con l

u habitación. Cerró la puerta con todas sus fuerzas, com