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Historia

Capítulo 3 Caminatas

Palabras:1435    |    Actualizado en: 12/09/2024

ll

o bonita con mi cabello rubio suelto, ojos azules cubiertos con una capa de rímel. Mi rostro no parece demacrado y me encanta el olor de mi p

ce, eso nunca sucederá. Puede que esté muy necesitada económicamente, pero mi cuerpo no será tocado por cualquier hombre. ¡No señor! Eso sucederá cuando yo lo dec

iento tan trágico, tengo miedo de vivir en las calles de nuevo o no estar en un lugar protegido. Yo estuve a punto de matar a un infeliz que quiso abusar de mí. Las ganas de vomitar me abruman cuando recuerdo sus

do desde hace meses y creo que es momento de realizar mis sueños, eres una diosa y un delicioso manjar que no deseo desperdiciar

e supliqué que me dejara en paz, pero él no quiso. No tuve más opción que apuñalarlo con mi vieja navaja que guardaba en mi bolsillo. Al ver la sangr

profunda y el jamás me lo dejará pasar, buscará venganza. Conocí a ese enfermo en

a donde se encuentra un tubo. El bullicio y los aplausos retumban en mis oídos. La música no tarda en repr

res y sigo bailando. Alguien intenta tocarme, pero el mesero lo aparta diciéndole que eso está prohibido, much

rabajo tiene ventajas. Si la paga es muy buena como ha dicho Mónica, ahorraré dinero y luego me iré a un lugar lejano donde nadie me conozca, empezare una nu

, como una rutina del nunca acabar. Limpio todo el maquillaje de mi rostro, me quito el vestuario para ponerme mi ropa, al momento que lo hago, entra el amigo de Mónica, me observa de cabeza a pies, me siento incomoda, coloco mi mano

o la puerta con llave, rápidamente me pongo mi ropa y mi sandalia, antes de salir del camerino me recrimino del porque no me alejo de este lugar, sinceramente no tengo seguridad mientras ese malnacido del am

ervé a uno de los chicos que hace los mandad

te. -reí golpeando al escucharlo ll

or la mañana a la Plaza, espero n

idas Madeimo

ndo por su for

uras que cometen al hacer las compras de sus clientes, luego entre a mi cuarto, claro con miedo e inseguridad

l salir del club, Gerardo el chico del mandado ya estaba esperándome, me subí en la motocicleta y sonreí al sentir el viento soplar en mi dirección. Después de una hora llegue a la Plaza, Gerardo esta vez

viera un móvil les tomaría fotos a todas las flores sin embargo no tengo uno, dándome por vencida decido ir por el parque mientras camino alguien pasa empujá

la me observa, extiende sus delicadas manos y me ayuda a levantarme, el tipo me observa

chica observándome con una bella sonrisa, asentí para lueg

, el hombre tomo su mano y se la llevo, pe

e es difícil de ver en las niñas adineradas y el tipo que de seguro es algún familiar ni siquiera sonrió, se notaba engreído con un porte formal

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