de la puerta sonaba preocupada, a Anastasia ni siquiera le importó. - Ya ha pasado
da, contemplando de nuevo las desconocidas paredes color meló
Russo se ha encargado
- Anastasia a
lta la mucama, Emily, a quien
Quiero saber cuánto te pagó
terminó aceptando trabajar como mucama de alguien casi contemporánea a ella. - No hizo tal cosa, señorita. - Su
era obvio que
engo h
va a enf
ambre! - Azotó la puer
piedad cualquiera, tampoco era como si quisiese verlo, seguía en estado de shock luego de ser ve
e se quedaría ahí de br
avía n
morirá de hambre si es nec
con notoria indiferencia. - La necesito con vida, asegúrate que no muera de hambre. - Tras levantarse de la si
a traerla aquí en contra de su voluntad sin tomar en cuenta sus sentimientos o
Se echó de mala gana en el sillón. - Si no nec
o ahora ella lo ve como el enemigo, si tiene un detalle para
lo iba
casa donde solía vivir. Estaba bien decorada, era la única habitación que no estaba vacía o llena de
armario de la habitación estaba lle
a unos viejos y gastados tenis dentro de
quedaba era Félix, a pesar de todas las cosas que habían pasado ent
decirle dónde estaba él iría a
temía que Erick se h
tasia aprovechaba esos momentos para salir de su alcoba e ir a comer algo, siempre encontraba
, había alguien en la cocina, al asomar la cabeza vio una mesa perfectamente d
tearse. - Ya se me hacía extraño que no comieras, vienes por las noches ¿No es así? - Anastasia no le res
iniste a verme, ni siquiera una sola
necesitaría
en mis sentimiento
ar detrás de ti? - Su preg
s, me tiras dentro de tu casa para que viva en ella y ni siquier
e he dad
ia la comida y frunció el ceño. - No quiero tener nada que ver contigo, no
earla. Pasó una milésima de segundo cuando lo vio destruir su propia mesa de un golpe, echándola abajo con todo y lo que había pre
pectáculo, dejando a Anastasia
todo volviera
jo y viceversa, siempre escoltada por uno de los perros guardianes de Erick. Las miradas de burla y lástima no habían hecho nada
o? - Encima del escritorio de Erick había un par de cajas, Anastasia supo de
era mucho más dura que antes.
¿Qu
tan poca credibilidad. - Se recargó sobre el espaldar de su silla. - Es
dinero pueda liberarme de tus garras ¿Cierto? No eres estúpido, conocías el motivo por el que soporté tus malos tratos y tus gritos y ahora también lo usas para doblegarme ¿No te
y Erick se rió. - Que niña tan idiota, ni siquiera
e que pudo haberle pasado, en ese preciso momento Anastasia juró que se las haría pagar a Erick, mient
el armario de su habitación en cuanto regresó a
és con una botella y música clásica, abriendo la ventana de su habitación para
ela colgante que le golpeó el rostro con la brisa, lo tomó de inmediato, era de color salmón y tenía un n
vio a Anastasia colgando de las sábanas y demás ropas que u
de vuelta, aferrándose a las sábanas
iera llega hasta el piso! - Ella miró hacia abajo, al ver la manera en que palide
rtes como para resistir todo su peso, miró con horror la manera en que comenzaba a r
cá, te a
ick sobre su tobillo, el movimiento imprudente hizo que la cuerda se ro
es miedo de morir
escapar. - ¡Prefiero morir a quedarme aquí! - Gritó hasta que sus pulmones se cansaron, dando paso a
rlo. No necesitas ll
a escucharme si no
toma mi mano, estarás bien. - Extendió su mano hacia ella,
a sujetaba term
¡A