ra -21 por contener temas que pued
en alguna solución a nuestra situación; aunque él tenía un carácter especial y
, fue donde pude sentir aquel toque salado de sus lágrimas corriendo de sus mejillas hacia sus labios, labios que eran tan delicados al igual que su piel que era tan tersa, y pulcra que emanaban emanaban un pequeño aroma a limón, el olor de
juras que no va
luego intimar, reforzar aquel vinculo que habíamos creado, ya no tendríamos nunca mas sexo a partir de ese momento simplemente haríamos el
ra una forma de proteger a este último, una forma de poder encontrarlo en caso de peligro, pero un
tegería
ebían prote
se de Al
hacer algo
ra lamentos; a mí no m
rror, y nos haríamos responsables de tal acto, si ten
portar que tendríamos que vivir a la deriva como ma
descompensándose por todo, pensé que quizás eran las altas temperaturas al cual era muy sensible debido a su blanquecina piel, y sus ojos que
ellos, quedé horrorizado al escuchar a la tan temida IMOAM por lo que debía actuar con urgencia. Me escabullí hacia la
ma así que ahora seguro quería despejar su mente y tomar aire, me acerque a él y lo abraze -¡Huyamos! Huyamos de aquí... tu
o iba a llamar a la IMOAM; lo iban a reeducar, se
mos,
podrán encontrarme, nos podrán dar co
lado para luego una mueca en sus labios aparecer, y soltar una carcajada luego otra más fuerte que la anterior para sentir como su voz se quebrab
ría una vida miserable. -¡Huyamos! Es la única solución, yo te protegeré de ellos, lo haré siempre. -Tomando sus manos que estaban un poco frías para calentarlas c
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par de palancas, pero también buscamos a una herramienta en particular, que siempre la ocultaban de los niños en el orfanato, ya que cada que la usaban, algún niño intentaba hacerse de ella fracasando en el proceso. Luego de hurgar por un rato, entre cajas y cajas de herramientas, la encontramos, oculta detrás de todo; un alicate gigante que el rojo intenso de
ro lado ¿quién en
e adaptará a el, como si en sus manos este se volviera ligero, o la adrena
l fin libres, por lo qu
la oscuridad de la noche para fugarnos de alli, hui
su mano para luego recordar aquel aroma, que me recordaba a mi madre que me guiaba a fuera de ese lugar, que me orientaba a salir hacia aquel
condenados a ser criminales, a huir por siempre, pero entonces el sujeto mi mano con la suya que ahora estaba tibia señal de que la f
Siempre. -Por lo que juntos, n
inua