izquierda. -Sí, a su izquierda, ahí lo entrevistaré, por favor, pase primero, debo
de ti siendo un maldito cretino", lanza un suspiro profundo y entra al despacho a paso inseguro. -Estas parecen las puertas del Olimpo. -dice para sí mismo
enta en el sofá frente al escritorio del señor Ansgar. Las paredes se encuentran revestidas con paneles de madera oscura, que exudan una sensación de riqueza y solidez. El suelo de mármol pulido brilla con un resplandor sutil, reflejando la tenue luz que emana de lámparas de diseño exquisito. Cada mueble, desde el escritorio hasta los estantes, está elaborado con materiales nob
ganizados, dispuestos en estantes y carpetas etiquetadas con nombre y fecha por lo que Hans puede suponer. Todo parece tener su propio espacio designado, como si obedeciera a una disciplina inflexible, "Él es inflexible e insensible", p
adas y las persianas cerradas crea un ambiente de misterio y solemnidad, con la intención de asfixiar todo sentimiento de seguridad de las víctimas que entran al lugar.
damente el despacho, cerciorándose de que todo esté ordenado y limpio. -Señor Hans Engla
ecto. -asien
te diferente le hace sentir más que complacido al ver aquellos ojos enojados, combinados con sentimientos que no logra comprender, "¿Po
equeñas que han salido de manera favorable, mi profesor de facultad me pidió que me arriesgara a entrar aquí para lograr obtener más conocimiento y experiencia en empresas más
a de que tengas
eral o personal. -suspira sin mirar a los ojos de aquel hombre. -Honestamente no espero pasar esta entrevista, sé lo difícil que es entrar aqu
hico. -Según su expediente sufre de Trastorno de ansiedad no especificado. Me
s me dan
pregunta sonri
r cosas que ameriten tiempo. Soy bueno conciliando todo ello para beneficio mutuo, de es
ación de eventos aunque... -se levanta y camina con parsimonia hacia el chic
su maleta. -Si es una molestia para usted mi condición de salud... -alza su mirada finalmente atrapando aquellos ojos violetas furiosos, "Está tan molesto", piensa sintiendo la ansiedad subir por su g
esperando que este abra rápidamente, "Por favor, rápido", piensa angustiado. Cada paso que da acercándose poco a poco al ascensor, es cuidadoso y silencioso, como si su vida dependiera de no ser descubierto. Tr