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Luna y Vincent se conocen cuando son niños. Los dos se enamoran a primera vista y viven un amor infantil épico, pero por una consecuencia del destino los dos se separan brutalmente sin siquiera tener la oportunidad de decir adiós. Varios años pasan y el destino decide juntarlos nuevamente, colocando los dos frente a frente... ¿Será que finalmente van a poder vivir ese amor, dando continuidad a ese amor tan puro e intenso que ellos tenían?
Luna y Vincent se conocen cuando son niños. Los dos se enamoran a primera vista y viven un amor infantil épico, pero por una consecuencia del destino los dos se separan brutalmente sin siquiera tener la oportunidad de decir adiós. Varios años pasan y el destino decide juntarlos nuevamente, colocando los dos frente a frente... ¿Será que finalmente van a poder vivir ese amor, dando continuidad a ese amor tan puro e intenso que ellos tenían?
Lua acababa de cambiar de escuela, pues el colegio que ella estudiaba solo tenía hasta la 3° serie, y ella había pasado de año para la 4°. Hacía una semana que Luna estaba en el Colegio nuevo, un colegio de gente rica. Luna estaba incómoda, porque ella no era rica y todo el mundo la miraba torcido, menos un niño de 8° año, que la miraba diferente de los demás. Ella no sabía su nombre, porque aún no había hablado con él, y siempre había muchas chicas a su alrededor.
Había terminado la clase ese día y yo estaba en frente del colegio esperando a que mi vecino viniera a buscarme, él tiene hijos aquí y él le dijo a mi madre que podía confiar que él me buscaba junto con sus hijos. Él tiene coche y yo iba y dos más dentro. Sus hijos también me miraba torcido más yo intentaba no tomarlo en serio, dentro de poco ellos se acostumbran a mí, pero aquel día, comenzó a llover y yo ya estaba con la ropa empapada, pues el colegio ya había cerrado y yo estaba sola en frente del colegio. ¿Tu Omar (vecino) ya vino y se llevó a los niños y me dejó aquí? o los chicos se fueron solos a casa? Ay, hace mucho frío aquí...
- Hola. - Una voz ronca habló detrás de mí tocándome en el hombro haciéndome saltar de susto.
- Cálmate, no quiero asustarte, ¿vale? Pero te vi aquí sola en la lluvia y me dio pena. - Habló mientras me volteaba y lo miraba.
Era él, el chico que me mira diferente...
Luna: Sí, ¿estabas ahí? Pensé que sólo estabas aquí en la lluvia.
- Sí, estaba en casa de un amigo aquí cerca, te vi aquí y vine a ayudarte. ¿Cómo te llamas? - Pregunta.
Luna: Soy Luna, Luna María. - él sonríe de lado.
- Me llamo Vincent, es bueno saber tu nombre, Luna.
Luna: Gracias. Estás muy mojado. - dijo observando su ropa.
Vincent: Al igual que tú. - se ríe de lado. - ¿Mi chófer está a punto de llegar, quieres que le diga que te lleve a casa?
Luna: ¿Tú harías eso?
Vincent: Obviamente, ¿o crees que me iré y te dejaré aquí sola?
Luna: Muchas gracias. Mi vecino viene a buscarme cada vez y hoy no sé qué pasó...
Vincent: Algo debe haber pasado... mira, Osvaldo está aquí. vamos.
Lua Express un poco antes de entrar en el coche, pero terminó aceptando. El coche era blanco y muy hermoso. Y dentro es que era más bonito, espacioso y con olor de nuevo, de esos bien caro.
Vicent: ¿Dónde vive Lua? ¿Está cerca de aquí?
Luna: No tan cerca, pero yo voy enseñando en qué calles entrar, pues no sé decir el nombre de la calle donde vivo.
Vamos a dejar a Lua en casa, ¿de acuerdo?
Osvaldo: Está bien
Lua fue enseñando derecho hasta llegar a su casa, doña Blanca ya estaba en la acera con el celular en la mano preocupada.
Blanca: ¿Dónde estabas hija? Omar dijo que fue, pero no te vio.
Luna: Yo estaba en la escuela de mamá, esperándolo. Ya verás, se fue temprano.
Blanca: Mírate, estás toda mojada. Tienes que darte un baño para no resfriarte . ¿Y quién es ese chico? - Preguntó mirando a Vincent.
...
Vincent: Mi nombre es Vincent.
Luna: Mamá, si no fuera por él todavía estaría en el colegio bajo la lluvia.
Blanca: Dios mío, lo siento por la forma en que lo dije, es... Vicent ¿no? - Pensativa
Sí, es más fácil llamarme Chris si quieres.
Blanca: Genial. Me llamo Blanca, soy la madre de Dul. Muchas gracias por hacernos este favor, estoy muy agradecida. Puedes venir cualquier día si quieres jugar con ella.
Hasta mañana en el colegio. - habló sonriendo mientras entraba en el coche.
Luna: Adiós. - hablé saludando y sonriendo, mientras el coche iba desapareciendo.
Blanca: ¿Cómo conociste a su hija? Es un chico muy guapo y educado.
Luna: Lo conocí ahora mamá, él me vio en la lluvia y me ofreció ayuda.
Blanca: ¡Qué caballero! Bueno, vamos a entrar para que te des un baño.
Luna: Está bien mamá
Luna tomó su baño y almorzó, pasó el resto del día y noche pensando en Vicent, y en su sonrisa torcida. Era un sentimiento totalmente desconocido para la Luna, ella apenas sabía que ya estaba descubriendo el sentimiento más hermoso y puro que ella podría sentir por un niño.
Luna se despertó a la misma hora de siempre, se bañó y fue a arreglarse. Esta vez ella capricho más porque sabía que iba a verlo nuevamente.
Blanca: Luna, tu Omar ya está saliendo de casa. - gritó para que Luna oyera.
Lua le dio un beso a Miss Blanca y salió corriendo para que no la volvieran a dejar y se subió al auto del vecino.
Al llegar allí, Luna ya estaba entrando mirando hacia los lados, para ver si lo veía, pero no lo vio. Fue a su oficina y allí se quedó hasta en el recreo, pues no tenía amistades allí, por eso prefirió quedarse donde estaba. De repente Vincent pone la cabeza en la ventana buscando a alguien hasta que sus ojos se encuentran con los de la Luna y sonríen.
Vicent: Luna, ven afuera. - habló.
Luna tímida niega con la cabeza y entra en la habitación y va a ella, llamando la atención de todos los que estaban en la habitación y fuera de la habitación.
Vincent: ¿Te da vergüenza salir?
Luna: Un poco, no conozco a nadie más que a ti.
Vincent: Sí, al principio es así. Así que puedo ir a tu casa a...
- Chris... - una voz de niña te llama.
Vincent: Hola, Alicia. - Habla con los ojos cerrados.
Alicia: Ven aquí, ¿qué estás haciendo con esa cara?
La chica entra en la habitación, con cara de pocos amigos para la Luna, ella es muy bonita también.
Alicia, tiene 13 años, tiene el pelo dorado y está loca por Vincent desde que tenía 10 años, que fue cuando entró en el Colegio. Vincent nunca la intimidó, pero ella sólo vivía cerca de él.
Vicent: Su nombre es Lua, Alicia. Es novata, sabes lo que es ser novato aquí.
Alicia: Sí, lo sé. Pero déjala ahí y ven conmigo.
Vincent: No voy a ir ahora, voy a pasar el recreo conversando con Lua.
Alicia abrió los ojos incrédula.
Alicia: ¿Me vas a dejar por ella Chris? - gritó.
Luna: Vincent, puedes ir con ella. Estoy bien, aquí.
Alicia: Y tú cierras la boca extraña. - habló ella desordenado mi pelo con libertinaje.
Ella se reía con otros de la habitación mientras yo sentía a alguien tratando de arreglar mi cabello delicadamente quitándome las mechas de la cara y sorprendiéndome con un beso en mis labios.
...
Cuando abrí los ojos abiertos me encontré con Vincent presionando sus labios sobre los míos, con los ojos cerrados. Pude escuchar a Alicia salir pitando golpeando el pie contra el suelo con fuerza, yo puse mis dos manos en el pecho de él y lo empujé. Me robó un beso, mi primer beso...
Vicent: Luna lo siento, pero no pude soportar que estas personas se burlaran de ti. Tuve que hacer que se detuvieran.
Luna: Y quisiste dejar de reírte besándome, ¿qué quieres decir?
Vicent: Perdóname, Lua, pero he querido hacer esto desde la primera vez que te vi. No tenía el valor, porque no te conocía todavía, y viéndote triste de esa manera no pude controlarme. En serio, perdóname por favor. - él dijo pasando las dos manos en el rostro avergonzado.
Pero a Lua le había gustado y ahora supo que ese sentimiento que ella había descubierto era recíproco.
Luna: Está bien, yo tampoco sé lo que estoy sintiendo, pero mi corazón late fuerte cada vez que me miras, una sensación extraña y un escalofrío en el estómago.
Vicent: Tú también te gusto, tontita. - habló sonriendo torcido.
Luna: Sí, creo que sí. - habló tímida.
Puedo dejarte en casa esta noche si quieres.
Luna: No, tu Omar me lleva a casa todos los días.
Sí, pero yo quiero ir a tu casa para pasar la tarde jugando y tu mamá me dijo ayer que podía ir.
Luna: Está bien, entonces, a las 15:00, ¿está bien? Que yo almuerzo, hago la tarea y duermo un poco. 15:00 horas es una buena hora.
Bien, también me gusta dormir un poco por la tarde, porque nos levantamos muy temprano.
Luna: Sí, combinado entonces.
Vicent: Ok. - me habló dando otro sillón más rápido y saliendo de la sala.
Miré a mi alrededor y todos estaban incrédulos mirándome supresos, tomé el libro de historia que estaba encima de mi mesa y empecé a leer. El recreo terminó, asistí a las clases restantes del día y me fui a casa.
Al llegar a casa, Lua hizo lo que tenía que hacer, se fue a dormir, o al menos intentó dormir, porque pasó todo el tiempo pensando en el beso que Vincent le había dado. Hasta que escuchó el timbre...
Luna: Es él. - fue corriendo en el baño si se mira en el espejo, ver si todo estaba bien con ella.
Blanca: Luna, tu amigo está aquí.
Luna: Hola Vincent. - habló apareciendo en la sala.
Hola, Luna, estás muy guapa.
Blanca: Mi hija es muy hermosa. Hermosa e inteligente. - habla con orgullo.
Lua y Vicent pasaron toda la tarde jugando y dando Selines escondido de doña Blanca, por supuesto. Vicent se quedó a cenar...
Vicent: Vaya, esa sopa está muy buena, doña Blanca. - habla deleitándose.
Luna: Es una delicia como siempre mamá.
Blanca: Este es el plato preferido de Luna, sopa de pollo, ella ado...
- Abre la puerta mujer! - una voz gruesa de hombre grita en la puerta golpeando a todos asustando.
Blanca: Es... su padre Luna. - habla avergonzada levantándose, yendo hasta la puerta y abriendo la misma.
Luna se entristece, era común que su padre alcohólico llegara así casi todos los días.
- Pensé que ya estaban durmiendo una hora más. - grita doña Blanca.
Llevaba pantalones vaqueros descoloridos, una camiseta social de botones con cuatro botones abiertos torpes y un fuerte olor a alcohol. Es alto, delgado y guapo. Pero el alcohol le había quitado su belleza.
Blanca: Estábamos cenando, hice algo de sopa de pollo. será bueno para ti, Armando.
Armando: Allí quiero sopa mujer, ya cené en el bar de la esquina. Y QUIÉN ES ESE? - él pregunta encarando Vicent.
Blanca: Es colega de Lua, del colegio nuevo. Fue muy amable ayer traerla a casa, sacándola de la lluvia.
Armando: Es porque yo soy una mierda de padre ¿no? No sirvo para mi hija ni para ti. - grita.
Blanca: No dije eso Armando, calma. Tenemos visita. - habla cabisbaixa.
Luna: Es papá, se junta con nosotros, la sopa de mamá está deliciosa como siempre.
Armando: Yo voy a dormir, xau todo el mundo. - habló subiendo para el cuarto y cerrando la puerta con fuerza.
Lo siento, Vincent, no sé qué decir.
Luna: Mi padre bebe todos los días Vincent, por desgracia no vive sin. Mamá y yo estamos acostumbrados.
Vincent: No necesitan explicarse, yo sé que no debe ser fácil... Bueno dueña Blacknca, estaba muy bueno más yo tengo que ir, si no mi madre me mata. Son más de las 7:00, Osvaldo me está esperando afuera.
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-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta. - ¿Juntos? - ¡No! Muertos. -Tú siempre tan romántica. -Y tú, tan estúpido. -Ya hablo doña perfecta. -Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz. -Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes. -Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba. Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia. - ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica. - ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces. -Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella. - ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo. - ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO. ¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera? ¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.
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