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AMOR MEXICANO

AMOR MEXICANO

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Cuando la ciencia y la ética van por el mismo camino, el futuro y el bienestar garantizan una mejor calidad de vida. Pero si es la mafia quien lleva consigo esa ventaja científica, el futuro no está garantizado para nadie, en absoluto. La medicina y el crimen son un coctel muy poderoso para el o los hombres que se atrevan saber cómo y cuándo manejarla. Sin embargo, a pesar de tener toda esa información, David del valle, decidió enamorarse de María cruz, ambos sabían que pertenecían a tribus diferentes, ambos sabían que no lo lograrías, pero aun así él quería intentarlo, aun así él lo arriesgó todo y crearon la peor masacre de la historia Anglosajona. ¿Quién se arriesgaría al amor en tiempos de muertes, y de supervivencias? David Del Valle y María De La cruz ¿Lo lograran? ¿Podrán vencer las adversidades de ese cruel mundo que les toca vivir? ¿Podrá el amor ganar, bajo las prohibiciones de sus mandatos? ¡ESTA HISTORIA NO ES DE AMOR, ES DE CRIMENES, MONSTRUOS Y MISTERIOS SIN RESOLVER. SE LOS ADVIERTO, ESTA HISTORIA ES SOLO PARA VALIENTES!

Capítulo 1 LA COMBI BLANCA

En el punto justo del callejón sin salida, una sombra oscura salto sobre él, casi se escuchaba la taquicardia de su corazón, que surgía en la madrugada de aquel lunes, rutinario del abril marchito; ella esperaba su transporte para ir rumbo a su trabajo, pero desde la parada del metro lo había visto todo, su corazón se apenaba de aquel hombre que derramaba sangre sin parar, cruzo la calle y gritaba desesperada buscando ayuda y a pesar de las advertencias de algunos que le suplicaban que no se entrometa, su obstinado corazón se negaba a escuchar los buenos consejos de aquéllos que podían ver v

enir las posibles catástrofes, igual corrió hacía él, igual estaba dispuesta a meterse en problemas, a pesar de que sus alumnos ya la esperaban en sus pupitres, a pesar de todo, ella corrió, llego hasta él y finalmente intento salvar su miserable e inútil vida, tiempo después se arrepentiria de esa inevitable conexión que juntos lograron adquirir.

Cuando llego a él, llamo de inmediato a la ambulancia, mientras tanto presiono la herida con su campera, le dijo que no se preocupara que no lo abandonara hasta que no estuviera a salvo. No se percató de que esa sombra misteriosa volvió a la escena, él no había muerto, el plan habría fallado, y ella sin dudas era la culpable de todo, su vida a partir de ese momento corría peligro.

Llegaron al hospital, él estaba casi sin vida, los trabajos de resucitación comenzaban con gran intensidad, el disparo había sido muy certero, al parecer su asesino sabía dónde estaba el punto Justo del órgano, pareciera que el hecho fue planeado por un profesional de la salud, pero eso n no lo sabremos.

Ella esperaba, no quería moverse del hospital, pedía información, pero el silencio de los doctores era desesperante, su parte médico era reservado, temían lo peor. Él se encontraba en coma, había que esperar, le dieron sus pertenecías, y junto con ella cayo su celular en sus manos, había un número que no paraba de llamar, no estaba segura si debía atender, pero sabía que sería correcto avisar a alguien, finalmente decidió contestar el telefono, los nervios tenían el control de sus impulsos, pero aun así lo logro, acepto la llamada pero no emitió palabra alguna, de repente una voz borrascosa, habló;

- ¿Estás bien? ¿Qué paso? ¿Por qué, no has llegado aún?

Cuando al fin estaba por atender, el medico salió, y le dijo:

- ¿Tú trajiste al muchacho?

- No, yo no, fue la ambulancia, pero si los acompañe hasta aquí. –contesto ella-

- Está bien, ¿conoces a algún familia?

- No, pero ¿díganme por favor que paso con el joven?

- Lamentablemente, él murió señorita, lo sentimos mucho, pero no logramos parar la hemorragia a tiempo. –luego de decir eso, el medico se marcho-

Mientras tanto del otro lado del celular no paraban de hablar (...)

- Hola, hola, hola, ¿Quién eres? ¿Dónde están? ¿Quiénes son?

Ella no se atrevió a contestar, no sabía qué hacer, cayó sentada al piso y lloro, aunque no conocía al muchacho, la angustia no le permitió hablar, finalmente el teléfono colgó y la penumbra del silencio de apodero de ella.

Debido a las reiteradas advertencias de los vecinos del barrio donde el joven fue baleado, decidió cederles el caso a la policía, -como correspondía- para que ellos se encarguen de localizar a sus familias y se hagan cargo de la situación. Sin más tardanza llamo al novecientos once y se retiró del lugar, triste y resignada, con el atardecer en las veredas, se marchó a su casa, fue un día difícil, pero con el tiempo se acomodarían las cosas en su lugar, imaginó erróneamente.

Llego a su choza, humilde, pero digna de una buena docente que dedicaba su vida a sus alumnos de bajos recursos, decidió no casarse y no tener hijos para hacerse cargo de los niños de los demás.

María de la Cruz, nació el veintitrés de abril, del año dos mil. En la ciudad de México. Ella era el tipo de mujer que siempre tiene una argumentación para todo, siempre viajaba en transporte público y odiaba profundamente al capitalismo, decía que para nada era necesario y que solo obstruía la paz mundial. Y además era fiel creyente de la igualdad de género.

Trabaja en la escuela estatal, en donde la carencia social se ve reflejada día a día en las calles. Ayudaba todo los que podía desde su humilde lugar, a pesar de las pocas herramientas pedagógicas, didácticas y emocionales que poseía. Era una valiente profesora de historia, cuya principal responsabilidad era la de enseñar el respeto, los valores y el uso correcto de la democracia.

A la mañana siguiente después del incidente quiso continuar con su vida normal, y rutinaria como todos los días, pero algo no andaba bien, desde hace varias cuadras un auto de color negro la seguía, continuaba caminando tratando de ignorar la situación. Mientras tanto en el camino se veía reflejado en los rostros de los vecinos el miedo, ella se preguntó así misma ¿quizás no debía ayudarlo?, pero a pesar de todo sabía que no se arrepentiría. Finalmente tomo el metro rumbo al centro de México y después de dos horas de viaje llego a la institución educativa, entro a su salón de clases y trato, intento continuar. Pero la suerte ya nunca más estuvo de lado. Las horas laborales ya habían llegado a su fin, el anochecer era parte del lugar, salió del edificio escolar, y ahí estaba el auto de alta gama, color negro, con patente extranjera, la situación se ponía turbia, debía actuar pero ¿Cómo? La policía no era de confianza, debía enfrentar el problema sola.

Cruzo la calle, fue hacía donde estaba el auto estacionado, se paró frente a ellos, sus vidrios polarizados no le permitían ver el interior, a pesar de todo no tenía miedo, la valentía formaba parte de ella, golpeo el vidrio pero nadie contesto a sus llamado, pensó, que quizás estaba un poco paranoica por la situación, se dispuso a retirarse y una enorme combi grande de color blanca se atravesó en frente de ella, taparon su boca y cara con una bolsa de tela, sus días se oscurecerán por unos cuantos meses, las lágrimas brotaron de ella, como cataratas misioneras, el grito y la suplicas de ayuda no fueron escuchadas para su salvación, ya era tarde. Supo entonces que nunca debió intentar salvar a nadie, definitivamente ese sería un alto precio que tuvo que pagar la pobre María De La Cruz. Solo ellos decidirán si su vida vale la pena o no.

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Recién lanzado: Capítulo 5 LA REUNION   01-20 04:07
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