/0/7600/coverbig.jpg?v=12e4ba2bcb3871b8dba7b886a955a9e7)
Hace diecisiete años una familia fue separada por el retorcido destino, fueron obligados a vivir diferentes vidas y a sobrevivir de diferentes maneras. Lo único que mantuvo a Aukan con ganas de vivir es la esperanza de volver a tener a su hermosa, delicada, inteligente y tierna Lyssca entre sus brazos, y ser una familia junto a su hija de ahora diecisiete años. Mientras que Lyssca, la única manera que encontró para sobrevivir en su mundo fue cambiar y olvidar para proteger...
Todos pensaron que la hermosa hija menor de los Wales terminaría muerta cuando se fue con la Bestia del imperio del norte. Sin embargo, fue todo lo contrario, ella se sintió mucho más fuerte físicamente, ya que no se cansaba por dar tres pasos. Además, aprendió a ser alguien independiente, se empezó a sentir útil e importante.
Con el paso del tiempo también empezó a desarrollar sentimientos por aquel macho que todos denominaban como una Bestia, un apodo que ella no lograba comprender, puesto que su hermano mayor, al igual que Aukan era un soldado, pero él era conocido como un héroe de guerra y no como una Bestia.
Eso no le importo en lo absoluto, al igual que los rumores que lo rodeaban, simplemente se enamoró de él, ya que le dio cosas que nadie le había dado.
Él la trataba como una igual a pesar de ser tan diferentes, siempre la trato bien y con respeto. Le enseño que era la libertad, como pescar, cabalgar, manejar una espada e incluso cocinar, cosas que una señorita de alta sociedad no puede hacer a menos que sea un soldado o tenga habilidades especiales con el maná. También, fue capaz de mostrarle que era sentirse querida y apoyada... Ella no necesitaba más que eso, por eso, del fruto del amor que se tenían él la marco como suyo y tuvieron una hija a la cual nombraron Kelira.
Una hermosa niña muy parecida a su padre, pero que a los ojos de Aukan era una copia exacta de su único amor, y eso provoco amarla aún más.
Todo era un cuento de fantasía para ambos, aun cuando las cosas a su alrededor se estaban derrumbando. Lo único que ambos necesitaban era tenerse el uno al otro... Sin embargo, las cosas no duraron mucho tiempo de esa manera.
En un abrir y cerrar de ojos Aukan termino encarcelado junto a su hija y su mejor amigo por el padre de la hembra que ama, mientras que no sabía nada de su amada.
Aukan en esos momentos sentía que se estaba volviendo loco.
Le daba miedo no saber nada de Lyssca, ya que ella se volvió su única razón de vivir.
Pasaron varios días encarcelados, él siendo torturado, su hija muriendo de hambre y su mejor amigo estando más muerto que vivo. Sin embargo, seguía pensando que Lyssca iría a verlo y asi fue.
Era igual que ver a un ángel...
Se besaron entre lágrimas, sangre y suciedad, se dijeron cuanto se amaban y ella se terminó yendo después de haberle dicho que lo sacaría de ese lugar. Verla irse fue como si le estuvieran arrancando el corazón.
Noches después sintió que toda la energía de su cuerpo se recuperaba, era hora de escapar. Tomo a su hija y termino escapando, corrió como nunca antes con la esperanza de poder encontrarse con su amada en donde ella le había dicho. Aunque, cuando llego ella no estaba esperándolo, pensó que podría llegar después, pero Tahiel, un pequeño experimento de la familia Wales que se encontró en una pequeña expedición ya se encontraba con ellos.
No quiso creerlo, ella no lo dejaría por nada, pero su marca empezó a arder y a desaparecer... Según las leyendas, la marca solo duele cuando le has sido infiel a tu pareja, pero la otra persona no sufre las consecuencias. Sin embargo, la de él dolía más que ser atravesado por una espada y termino dejándole una cicatriz, eso era señal de que estaba muerta.
Ya no tenía motivos para seguir viviendo, lo único que deseaba en su vida había dejado de respirar.
Aukan nunca había codiciado algo.
Le daba igual si tenía el amor de sus padres.
Le empezó a dar igual si no era inteligente.
No le importaba ser emperador.
No le importo terminar con la vida de muchos.
Nunca le importo que su rostro estuviera lleno de cicatrices.
Tampoco le importaba si despertaba vivo o si tenía familia o no.
Cuando conoció a Lyssca quiso tener algo bonito por una vez en su vida, aunque no lo mereciera.
Él no era digno de tocar ese cabello o ese rostro con sus grandes, ásperas y callosas manos. Él no era merecedor de nada, pero con solo verla sentía que sus días eran mejores, pero quería más.
Le dio todo lo que creyó que ella necesita, incluso era capaz de darle las grandes riquezas que había ganado por una sola mirada de amor.
Él era feliz, después de tantos años, podía decir que era feliz.
Ahora le habían arrebatado toda esa felicidad.
Su hembra estaba muerta.
Quiso terminar con su vida, hasta que vio el dulce rostro de su hija.
"Tengo que protegerte..." -Se dijo secándose las lágrimas y sintiéndose muerto por dentro empezó a caminar hacia un futuro incierto sin saber que Lyssca, su amada, no había muerto.
Cuando William Ashford recibe la noticia de la muerte de su hermano Henry, su mundo se tambalea. Henry había dejado la granja familiar para estudiar en Cambridge, pero detrás de su aparente éxito se escondían deudas, apuestas y una familia al borde del abismo. Ahora, William debe viajar para recuperar su cuerpo y enfrentarse a la esposa e hijos que su hermano dejó atrás. Lo que comienza como un deber pronto se convierte en una decisión que cambiará su vida para siempre. ¿Podrá cargar con un legado que nunca fue suyo?
Aukan un metamorfo que no conoce la delicadeza, los modales ni el significado del amor queda flechado sin saberlo de una hermosa joven la cual conoce cuando ataca su hogar dispuesto a matarlos. Pero, le da una opción que sea su "esclava" a cambio de la seguridad de su familia. Lyssca una hermosa joven que casi siempre se encuentra al borde de la muerte gracias a su débil cuerpo, decide aceptar su oferta, ya que para ella es "morir hoy con mi familia o morir en unas semanas siendo una esclava, pero con mi familia viva" PORTADA: La encontré en Pinterest
Mi jefe Gerard y yo no estamos acuerdo en nada. Siempre discutimos y es un hombre desesperante. Hasta que un día nos dejamos llevar y acabamos en la cama. Desde entonces mi vida ha cambiado. Lo deseo y lo detesto, me dejo llevar y me arrepiento, mientras noto como empiezo a enamorarme de él. Pero Gerard no tiene corazón. Solo secretos y escándalos que una persona como yo no sabría afrontar. ¿Qué pasará cuando esos secretos me afecten? Y Peor aún, ¿cuándo toda la oficina se entere de lo nuestro?
Cheryl, una huérfana ordinaria, logró casarse con el hombre más poderoso de la ciudad. Era perfecto en todos los sentidos, excepto en una cosa: no le gustaba ella. Tres años después de su matrimonio, finalmente quedó embarazada, en el mismo día en que su esposo le entregó los papeles de divorcio. Parecía que se había enamorado de otra mujer, y por alguna razón que ella desconocía, él creía que ella también se había encaprichado de otro hombre. Justo cuando ella pensaba que su relación estaba llegando a su fin, él no quería que se fuera. La mujer ya estaba dispuesta a renunciar, pero él le confesó su amor. ¿Qué iba a hacer Cheryl en esta maraña del amor y del odio, mientras estaba embarazada?
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Se suponía que era un matrimonio de conveniencia, pero Carrie cometió el error de enamorarse de Kristopher. Cuando llegó el momento en que más lo necesitaba, su marido estaba en compañía de otra mujer. Carrie ya estaba harta. Decidió divorciarse de Kristopher y seguir adelante con su vida. Sin embargo, solo cuando ella se marchó, Kristopher se dio cuenta de lo importante que era ella para él. Ante los innumerables admiradores de su exesposa, Kristopher le ofreció 20 millones de dólares y le propuso de nuevo: "Casémonos de nuevo".
Ibiza fue invitada a un evento importante de la empresa para la que trabaja y allí se encontró con una desafortunada situación. Sin que se dieran cuenta le suministraron un fuerte afrodisiaco, el cual la hizo pasar la noche con un hombre supuestamente desconocido. Sin embargo, aquel hombre resultó ser uno de los hijos de su jefe, pero todo se tornó complicado cuando producto de esa noche ella quedó embarazada. ¿Qué sucederá cuando un padre rechace a su bebé sin haber nacido y encima de eso pretende que lo aborten? Esa es una buena pregunta si resulta que años después regresas en busca de perdón para enmendar el error que jamás debió de haber sucedido.
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".