/0/6294/coverbig.jpg?v=1ca9298cace475e5c312f41a68703fe5)
En medio de un engaño y traición, Rashad, el rey de los imperios y el más poderoso del mundo, decide invadir a los reinos que lo traicionaron, por aliarse a sus enemigos. Nadie sabe que el país de Radin ha sido devastado injustamente, y su princesa Hadassa, ahora reducida a la nada, solo camina totalmente perdida con sus manos atadas observando la devastación de su pueblo alrededor. Las lágrimas frías no cesan, ella no sabe cuánto tiempo durará su martirio, pero sabe que, al llegar a las tierras de Babel, estará completamente perdida. No le queda más que levantar la mirada al cielo y pedir a su Dios que tenga un deceso rápido, antes de llegar al horror que le depara su destino... Porque nadie ha salido ileso después de enfrentar a Rashad, el rey más perverso de todos... y Hadassa no parece ser la excepción para él... hasta que cruza miradas con esa princesa de cabellos revueltos y mirada diferente, que lo hace replantearse cada uno de los mitos, formados a su alrededor.
Año 946 A.c.
3 días después de la conquista.
Hadassa.
Devastación...
Podía resumir mi condición y mi alrededor en esa palabra.
Ahora mismo no sentía mis pies, y si llevaba la cuenta exacta, este era el tercer día en que caminaba mientras esas escenas horribles ya no estaban expuestas delante de mis ojos, pero pasaban por mi mente cada segundo.
Quería llorar, en realidad era el deseo de mi cuerpo sediento y extremadamente cansado. Sin embargo, mis ojos estaban resecos y el aire en mi boca ya quemaba mi garganta.
Un tirón de aquella cuerda a la que estaba atada junto con otras personas en una fila, hizo que mis pies perdieran el equilibrio. En dos pasos torpes no pude controlar mi cuerpo por más tiempo, y mis brazos recibieron el mayor impacto de la caída.
Quizás en este momento tenía adormecido mis sentidos, porque ya no sentía nada a excepción de ese grito que retumbó mi tímpano.
-¡Levántate, esclava!
Lo intenté, no por hacerme la fuerte, sino porque que ya había hecho el intento más de una vez de no seguir las instrucciones, y eso en definitiva era lo que había alargado mi vida hasta ahora.
Si lo hubiese sabido antes, habría hecho hasta lo imposible por ocultarlo y mi muerte quizás hubiese sucedido el primer día en que me tomaron, al igual que a mi familia.
Habían descubierto mi identidad, ahora era para ellos cómo un trofeo que debía ser llevado ante el mismísimo demonio.
Mis brazos temblaron en el suelo cuando intenté levantarme, pero era tiempo perdido, mis fuerzas ya no daban para más.
-No puedo hacerlo... -Mi voz sonó como un lamento bajo y allí es donde pude divisar borrosamente unos pies forrados en cuero, que se paraban delante de mí, alzando el polvo hacia mi rostro.
-¡Levántate maldita! No morirás aquí, tu cabeza debe ser cortada por el mismo soberano públicamente... y te lo juro, ¡Él no tendrá misericordia de ti!
Misericordia...
La primera palabra que aprendí cuando era niña, y la misma que recuerdo en la boca de mi padre desde que tuve conciencia. ¿Dónde estaría eso ahora y, qué pensaría mi padre antes de morir cuando se dio cuenta de que habían invadido su país y fue asesinado como un perro?
Extrañamente, tenía mis ojos nublados por las lágrimas nuevamente, mientras mi pecho se quemaba lentamente al recordar su rostro y su mirada.
Un sollozo, uno imposible de contener en mi garganta salió hacia el ambiente mientras las manos del hombre sujetaron mi cuello levantándome de un solo tiro como un pedazo de trapo.
-¡Camina! Estás demorando nuestra llegada...
Después de que fui empujada, mi cuerpo se estrelló con algunas personas en la fila, que ahora mismo no me miraban porque estaban en una condición incluso peor que la mía.
Mi cuerpo titiló, aunque la mañana estaba comenzando, el hielo de la noche aún estaba en mis huesos.
«Solo será un momento...», mi mente gritó y solo pude llevar mis manos a mi collar colgante que era la única cosa de valor que habían dejado en mi cuerpo. Por supuesto este collar, con el sello de Radin, mi pequeño país devastado, había sido el punto clave para que ellos supieran mi identidad.
Yo era la princesa. Quizás la única que quedaba con vida.
Lo apreté en un puño fuerte y solo reprimí mis ojos sabiendo que incluso moriría con dignidad. Ahora no me importaba si mi cabeza sería expuesta ante una multitud de malvados; habían asesinado a mi padre y a mi madre, aún no sabía si lograron atrapar a mi hermano, el heredero del trono, pero solo quería cerrar mis ojos para siempre y no ver esas miradas que me observaban con desesperación. Porque ellos asesinaron a miles de hombres inocentes, junto con sus mujeres y... sus niños...
Sacudí mi cabeza para borrar las imágenes, pero creo que esto nunca iba a suceder.
Sus llantos y lamentos, solo hacían arder mi piel con fuerza.
Saquearon mi país, el reino más feliz de todos, y el que incluso promovía la paz a todos sus vecinos, fuimos realmente ultrajados por ladrones que llegan por la noche con sed de poder...
"El poder... debe haber un equilibrio para esto, Hadassa... porque no hay otra forma más corrompida que tener ambición, y en cuanto se tiene algo, se comienza a querer más, y allí es donde nuestro dominio propio debe accionar para no llevar nuestra persona a una desgracia..."
Esto me dijo mi padre una vez, y ahora lo estaba viviendo en carne propia...
Pero lo que él nunca predijo ni imaginó, es que esta tragedia le estuviera sucediendo a Radin. Ni en su peor pesadilla.
Un rayo de luz fuerte hizo que de forma obligada levantara mi rostro.
No pude sino abrir mi boca ante la impresión, estaba viendo a solo unos kilómetros como llegábamos a la sede principal de Babel. Desde lejos podía ver su enorme y lujoso palacio, con grandes muros impenetrables, y con la ostentosidad despotricando en cada rincón.
Jamás había visto una estructura como la que tenía delante, ni un pueblo a su alrededor tan organizado. El palacio era enorme, con fuentes de agua en sus cuatro esquinas, y grandes estatuas como las que mi padre nos había relatado a mi hermano y a mí, cuando éramos unos niños.
Ellos tenían muchos dioses a los que adoraban, y por lo que estaba viendo, los tenían en alta estima dejándolos a la vista de cualquier espectador en sus estructuras.
Solo pude tomar el aire cuando giré hacía alrededor y vi las casas de la gente fuera del palacio organizado en líneas, pero a esta altura en donde estábamos caminado, pude detallar como la gente estaba arremolinada como si intentara a toda costa, entrar a ese castillo amurallado, que parecía celebrar una fiesta.
-Babel... -escuché como uno de los hombres susurró colocando su mano en una palma hacia el lugar y haciendo una referencia-. Hemos llegado a ti... gracias a nuestros dioses...
Fue inevitable no sentir el escalofrío que recorrió mi cuerpo, porque al instante y como lo esperaba, todas aquellas personas fueron desamarradas, y a continuación apartadas de mí.
-Sujeta muy bien a nuestro trofeo... sé que nuestro soberano nos recompensará por este premio.
Otro de los hombres se rio de forma asquerosa, mientras vino a apretar más las cuerdas de mis manos, y luego me empujó hacia el frente con fuerza.
-Camina... princesa... estamos a unos minutos de beber tu sangre azul.
No pude entender a qué se refería con "beber", pero me obligué a no mirarlo y a comenzar a caminar solo deseando una cosa.
Que me asesinaran con prontitud.
No sé cuantos minutos pasaron, pero en cuanto estuve con los hombres sujetada de las cuerdas, y con una multitud que nos abarrotaba y decía cosas que no podía entender, levanté la mirada al escuchar el estruendo de las enormes puertas abrirse de forma lenta, y el hombre que era líder del grupo, llegó muy cerca de nosotros con agitación.
-Ya he dado la información... entraremos a la zona privilegiada.
Uno de los hombres tomó mi hombro con rudeza, y haló mi brazo para caminar, mientras mis pies reunían la fuerza para seguir con el camino, entre tanto mis ojos se posicionaban hacia todas partes de forma alterada.
A este punto sentía que podía desmayarme en cualquier momento, porque mi boca jamás había estado tan seca como ahora.
Un patio enorme que ni siquiera pude ver su final, columnas gigantes y gruesas, y todo tipo de estatuas que tenían cabezas de animales en sus extremos, solo deslumbraban alrededor.
De un momento a otro, la multitud se excitó cantando en coro un solo nombre:
¡Rah! ¡Rah! ¡Rah!
Pero un sonido de trompeta, proveniente de un cuerno de carnero, hizo que me detuviera ante el estruendo.
Era muy parecido a ese sonido glorioso cuando mi pueblo estaba de fiesta o cuando hacíamos un rito religioso a nuestro Dios.
Sin embargo, cuando mis ojos se fueron directo al ruido, mi corazón se aplastó para que todo mi ser, sufriera como nunca.
La cabeza de mi padre, junto con otras, estaban colgadas en lo alto, mientras unos hombres alzaban una tela roja, resonando victoriosos, y vociferando con la voz más alta.
¡Rah! ¡Rah! ¡Rah!
No pude hacer otra cosa, mis piernas flaquearon y mis rodillas dieron contra el piso mientras un sollozo desesperado del dolor salió de mi boca, al ver un pedazo de mi padre, expuesto ante esta multitud de malvados...
-Papá... no... -estaba a punto de llevar mis manos al rostro, pero mi brazo derecho fue alado con brusquedad sin dejar que al menos por un minuto, pudiera llorar a mi padre con amargura.
Dos hombres se desentendieron del grupo en que veníamos, y casi parecían correr mientras mi cuerpo fue arrastrado a su paso.
Y entonces, sucedió.
Fui lanzada hacia delante y caí recibiendo los rasponazos en mis brazos.
Mi respiración ya era muy lenta, pero la ira hervía dentro de mi pecho, y el dolor de alguna manera me hizo levantar la cabeza. No iba a demostrarle a nadie mi miedo, ni mucho menos el sufrimiento que esto me estaba causando.
Y en cuanto posicioné los ojos adelante, allí llegó un hombre corpulento. Parecía un guerrero con las manos y el rostro ensangrentado, pero que despedía una fuerza incalculable de su forma.
Pude notar como la extrañeza arropó su rostro al verme tirada frente a él, pero lo entendió todo cuando el hombre a mis espaldas dijo:
-Es la princesa de Radin... y pensamos que sería un regalo que nuestro señor debía tomar con sus propias manos... -el hombre al que todos les rendían esa especie de culto, asomó una sonrisa, que solo hizo que mi mandíbula titilara.
Él era el demonio, y ahora mismo lo estaba viendo en carne propia.
Vi como sus pisadas fueron determinantes, y como el tiempo se detuvo en cuanto comenzó a caminar hacia mí.
Parecía que la multitud se había silenciado, la verdad ahora solo pude mantener mi vista en esos ojos azules que estaban quitándome la vida con cada paso. Y, por si fuera poco, tomé mi última fuerza, quité el velo que arropaba mi cabeza, y me paré firmemente delante de él, solo esperando mi fin.
Decidida a recibir mi deceso.
El sonido de su espada saliendo del cuero donde reposaba, hizo que abriera los ojos de golpe, y que solo el palpitar de mi corazón, retumbara en mi garganta.
El demonio era enorme cuando se detuvo delante de mí, pero lo único que no pude entender, fue el sonido de su respiración, cuando sus ojos bajaron a los míos, y su pupila se dilató de un momento a otro...
Iván Vasíliev fue criado para dos propósitos en su vida... Uno, para crear un emporio, una mafia implacable, y un único poder que lo hará impenetrable. Dos, llevar a cabo una venganza, una por la que vive y respira y la que se ha vuelto su único pensamiento en los largos años de espera. Sibel es solo una mujer con sueños que espera salir de la cobertura de su familia, para emprender una vida, al lado del hombre que ya eligió. Sin embargo, ella está muy lejos de eso, porque es su misma familia la que la lleva a un rincón sin salida, haciéndola caer en manos de un hombre hambriento de venganza, que quiere reducirla a ser su esclava. Iván no solo va a ejecutar su venganza de forma siniestra, él... va a obsesionarse con ella... con la única mujer, que simplemente él no puede tener...
Enzo y Antonella eran una de las parejas más estables públicamente en Italia, y uno de los rostros favoritos de los tabloides, pero desde la intimidad de su casa, ellos ocultaban una discusión constante que los estaba llevando al punto del declive. A sus 32 años, Enzo Cavalli quería un hijo, una familia para formar y herederos que dejar, cuestión que su mujer no aceptaba por el simple hecho de no dañar su figura. En un momento de una fuerte presión, Antonella utiliza todas sus armas contra su fiel y dulce asistente, Gianna Ricci, porque decir que le debe hasta el alma, es quedarse bastante corta. "Quiero que me alquiles tu vientre", esto más bien se escuchó como una orden, y teniendo la casa de sus padres hipotecada, y un montón de deudas por atender, a Gianna no le quedó de otra, que sucumbir a un trato oscuro que tenía muchos sucesos ocultos, entre ellos, una cercanía irreparable con Enzo, de la que ella no iba a poder escapar...
"Se busca una esposa para el príncipe", así lo anunció la corona, en últimas instancias para doblegar la voluntad de un hombre rebelde que no quiere cumplir con las funciones que su título amerita, porque Farid Sabagh era todo lo que el reino de Angkor NO esperaba de un príncipe. Alana Bozkurt es una mujer valiente cuyo objetivo, es salvar a su pueblo arruinado, y en un acto atrevido, su voz por fin logra ser escuchada por el dueño y señor, de la voluntad de su destino y el de su país... Sin embargo, su apellido es simplemente una maldición que la acompañará hasta últimas instancias, y todo esto, para arruinar todas sus esperanzas... Ella podría ser la candidata perfecta para el príncipe, pero, es una mujer prohibida para el reino...
Lía James es una chica británica común, despreocupada de la vida, y con un trabajo básico que le permite llevar una vida simple. Su mejor amiga es la obsesión de todo lo ella que puede soñar; graduada con las mejores notas, y una profesión que le permite viajar a rincones del mundo, que ni siquiera Lía puede imaginar. Un golpe de suerte llega cuando Mila la invita a un viaje para asistir a una convención de negocios internacionales, y por qué no, tomar su fin de semana en las islas más codiciadas de Arabia Saudí con todo pago. Una noche en celebración por el nuevo puesto de Mila, reciben una llamada que cambiará todos los planes de Lía, y su vida entera. Entre mentiras y enredos, Lía suplanta el puesto de su amiga, para trabajar con un importante jeque al que le es imposible respirar en su presencia. Said no solo es el Emir de un país entero, él es el hombre del desierto que mantiene secretos de los que nadie se puede enterar, porque arruinaría su monarquía, y su vida entera...
Ellie fue aquella niña que creció con el concepto de que todo lo que una mujer necesitaba, era una familia que cuidar, y cuando la idea se hizo su sueño cumplido al casarse con Michael, ella pensó que su vida color de rosa, apenas estaba a punto de comenzar. Sin embargo, su mundo se volvió oscuro desde la primera noche, desde la primera reacción y desde el momento en que cayó en ese abismo sin fondo que siempre temió encontrar. Michael estaba muy lejos de lo que era un marido perfecto, pues su carácter ególatra, frío, y muy superficial, hacía que la vida en casa fuera un suplicio para una Ellie, que intentaba aparentar lo contrario. Pero como todo en la vida tiene un punto sin retorno, un negocio que está próximo a firmarse y salvará a la compañía familiar, trae a un hombre parecido a una tempestad, que viene a devastar sus emociones y pondrá en cuerda floja sus sentimientos y la supuesta estabilidad familiar... Un romance prohibido está a punto de estallar, uno, que ni siquiera la recatada y sumisa Elizabeth puede dejar pasar...
A sus 29 años, Andrew White era un importante cirujano asociado del hospital de Durango, con una carrera envidiable para cualquier hombre. Dinero, mujeres y una familia perfecta. Han pasado 6 largos años desde que Anaelise dejó Durango, y esos mismos en que jamás pudo superarla. Muy preocupado por el alejamiento que Andrew está profesando sobre su familia, su padre, Jarol White, interviene en su vida involucrando a una chica que parece inofensiva. Jarol hace un trato ofreciéndole dinero para poder seguir con sus pasantías en medicina, y ante la desesperación, Natali, sucumbe a negociar con el hombre mayor decidida a utilizar todos sus encantos para que Andrew olvide de su pasado. ¿Cuánto le costará a Natali el amor de Andrew? Y ¿cuál será el precio de su amor?
Esperando un nuevo comienzo de su vida después de que ella se graduara de la escuela secundaria, estaba lista para volar en el cielo y elevarse hacia su sueño. Pero no sabía que su vida cambiaría al regresar a casa. El mayor evento que le cambió la vida la estaba esperando. Apenas era consciente de que el brazalete que llevaba puesto desde su nacimiento era un signo, que representaba su destino de casarse con un hombre que nunca había conocido. No podía hacer nada más que seguir el acuerdo, porque la vida no estaba dispuesta a perdonarla. Su impotencia no le dejaba otra opción. Pero finalmente, ¡ella decidió renunciar a todo y huir! Y de nuevo, el cielo se burló de ella. Para su sopresa, el supuesto prometido volvió a entrar en su vida. ¿Qué le esperaba en el futuro y hacia dónde la llevaría la vida?
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!
Kimberly Holden volvió a su vida anterior. Antes, ella fue defraudada por su esposo infiel, acusada falsamente por una mujer vil y acosada por su familia política, ¡lo que llevó a su familia a la bancarrota y ella misma se volvió loca! Al final, embarazada de nueve meses, murió en un accidente de auto, mientras que los culpables se hicieron ricos y llevaban una vida feliz. Ante la segunda oportunidad que le regaló el destino, Kimberly estaba decidida a vengarse. ¡Que todos sus enemigos se vayan al infierno! Ella se deshizo del hombre infiel y su amante, reconstruyó la gloria de su propia familia sin ayuda de nadie, llevando a la familia Holden a la cima del mundo de negocios. Sin embargo, no esperaba que el hombre frío e inalcanzable de su vida anterior tomó la iniciativa para cortejarla: "Kimberly , no tuve la oportunidad en tu primer matrimonio, el segundo siempre será mi turno, ¿verdad?".