/0/2452/coverbig.jpg?v=719331412bc24ab1bdc786e33edefd31)
Luna Smith, una rica heredera cansada del encierro donde la hacen vivir; y el asedio de su padre con lo que a seguridad se refiere. Decide irse de su casa, se muda con una amiga y ahí conoce a Gabriel Martínez, Moreno, fuerte. El chico que todas quieren. El la enseña a vivir en el mundo real, y ella se enamora locamente de él. Hasta que descubre su secreto
Prólogo
Todos creen que nacer millonario resuelve los problemas que se pueden crear durante toda tu vida, pero eso no es real, yo soy Luna; hija de uno de los magnates más grandes de la transportación, ya sea aérea, marítima o terrestre. Vivo una vida de lujos, sin contemplar el precio de lo que quiero, solamente debo nombrarlo; excepto una cosa, no puedo tener libertad. Cuando tenía cinco años mi madre y yo fuimos secuestradas, por desgracia, mi madre no tuvo tanta suerte como yo y falleció ese día, desde entonces mi padre tiene sobre mí un control estricto y casi enfermizo que no me deja respirar, tengo veinte años y nunca he podido salir de casa sin un guardaespaldas, o más bien, un séquito completo de ellos. Desde ir a la escuela, hasta salir al jardín, todo, tengo que hacerlo rodeada de hombres que no me hablan. Mi padre apenas me presta atención, desde que murió mi madre, se encerró en sí mismo sin remedio. Me criaron entre las nanas de turno y el servicio de casa. Puede que mi apellido abra muchas puertas, pero la de mi casa no es una de ellas. Este suplicio llegó hasta hoy, no pienso soportarlo ni un segundo más. Para ello necesito hablar con el culpable de todos mis problemas.
- padre necesito hablar contigo- entre diciendo en su oficina con la secretaría corriéndome detrás
- lo siento señor Smith, intente detenerla, pero no pude- le dijo la secretaria juntando las manos frente a su cuerpo y agachando la cabeza, este hombre es aterrador, es mi padre, pero la entidad do; hay algunas veces que hasta yo le cojo miedo.
Él es un hombre alto, no estoy del todo segura, pero creo que debe medir cerca del metro ochenta, tiene cincuenta y cinco años, aunque solo aparenta unos cuarenta. Su tez es pálida como la mía y sus ojos azules como el cielo. Pero su expresión es fría y petrificante, no sé aún como conseguí valor para enfrentarlo.
- está bien Lucía, déjanos solos- despidió a su secretaria, estaba sentado tras el buró leyendo unos papeles, se recostó en su asiento y se quitó las gafas de lectura
- yo puedo saber, ¿cuál es el motivo de este espectáculo desagradable?- para el todo lo que se salga de su control es desagradable
- necesito hablar contigo, llevo tres días esperando por ti en casa, pero parece que decidiste mudarte por completo a la oficina
- no creo que tenga que darte explicaciones sobre cuánto tiempo estoy aquí
- ni quiero que lo hagas, no es ese el punto, me refiero a que quiero tener contigo una conversación importante
- habla, te escucho- se cruzó de brazos.
- yo aún estoy en la universidad- hice una pausa para que entrara en el tema
- eso lo sé luna- el como siempre de prepotente- concéntrate en lo que quieres decir que no tengo todo el día
- lo que quiero decir padre, es que; no quiero tener más toda esa seguridad detrás de mí- soltó una carcajada
-¿estas bromeando verdad?
- por supuesto que no, estoy hablando muy en serio. Espero que me to.es en serio. Ya me cansé de ser el hazmerreír de todos en la universidad- se puso muy serio
- lo primero que te voy a aclarar es querida Luna, eso no es una opción, mientras vivas bajo mi techo te retiras por mis normas y no pienso ceder en eso. Eso es lo único que te exijo, vives como reina, haciendo lo que quieras. Andar con un par de guardaespaldas, no te va a matar.
- no quiero, me niego a seguir en esta situación.
- ya te dije, no pienso hablar más del tema- regreso las gafas a su rostro e hizo como si ya no estuviera ahí
- así que mientras viva bajo tu techo- dije de forma baja, creo que es ni tan siquiera lo escucho, y la verdad lo dije para mí y no para él.
Salí de ahí con la decisión tomada, me iría de casa, sé que él me quitara por completo su ayuda, pero tengo un poco de dinero ahorrado y un pequeño fideicomiso que me dejó mi madre, no es nada, pero me sirve para pagar la universidad. Para mantenerme tendría que trabajar, aunque sea difícil, aunque nunca lo haya hecho tengo que intentarlo. El señor Regí Smith sabría que puso en mí la misma tozudez que tiene en él. Llegue a casa y recogí todas mis cosas, al menos lo que creí que podría necesitar, Salí de mi habitación y los guardias iban a seguirme
- no lo hagan- les dije y los frené en seco- a partir de ahora no tienen que seguirme más, voy a salir de esta casa y no voy a necesitar de sus servicios- ellos me retuvieron y llamaron a mi padre, no sé lo que hablaron entre ellos, pero me dejaron ir.
- puede irse señorita Smith, dice su padre que respeta su decisión, pero que recuerde que esta por su cuenta- me informó el jefe de los guardias, reafirmándome así lo que creí en un principio
- dile a mi padre que eso lo sé, no lo voy a molestar.
Salí de casa y respire, es el primer aire que respiro que me da la sensación de libertad, por primera vez en mi vida sé lo que es tomar tus propias decisiones.
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".
Después de ser traicionada por su novio de cinco años llena de dolor, ira y con deseos de venganza contra el hombre a quien ella amo ciegamente y la traicionó, acepta un matrimonio relámpago con un misterioso millonario. .... La parte B será una buena esposa y realizará sus deberes de esposa perfectamente sin quejarse. Éstas incluyen; Preparando el desayuno de Party A antes de ir a trabajar, preparándole la ropa de trabajo y otorgándole sus derechos conyugales. La parte B no interferirá en la vida privada de la parte A y no provocará ningún tipo de escena. La Parte B hará todo lo posible para asegurarse de que la Parte A esté satisfecha y cómoda. La parte B no puede solicitar el divorcio hasta que la parte A lo diga. ¿Qué pasará en su nueva vida y matrimonio? ¿Es su salvador o es otro diablo disfrazado?
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
Yo solía ser una campesina que residía en una vieja cabaña en Bristol, antes de que aquel hombre me llevara consigo para convertirme en su esposa. No entendía por qué me había elegido, una simple campesina sin conocimientos de lectura o escritura, pero me sentía afortunada, aunque mi mayor error fue confiar en él debido a mi ignorancia, incluso llegué a enamorarme de Benjamín Worsley, lo cual resultó ser mi sentencia de muerte, literalmente. Lo más extraño de todo fue que después de la boda, ese cariño que él me demostraba desapareció. El verdadero Benjamín mostró su lado más frío, ni siquiera me tocó en nuestra primera noche juntos, ni en las siguientes. Poco después, comenzó mi verdadero tormento. Benjamín trajo a una mujer al castillo Worsley, y supe por las sirvientas, que me odiaban, que era su ex prometida. Para empeorar las cosas, ella afirmaba estar embarazada de él, y Benjamín no lo negó. Viví bajo el mismo techo que su amante, pero a diferencia de ella, yo no tenía libertad. El castillo era como una prisión, y casarme con ese monstruo resultó ser un infierno. Cosas extrañas empezaron a suceder; mi esposo y su familia eran personas extrañas, y nunca debí haber descubierto el secreto que guardaba esa familia, ni por qué se casó conmigo en primer lugar. El propósito era espeluznante, al igual que él. Sobre todo: NUNCA DEBÍ CASARME CON EL MONSTRUO.
Yelena descubrió que no era la hija biológica de sus padres. Después de darse cuenta de que intentaban venderla por conseguir una inversión, la enviaron a su lugar de nacimiento. Allí descubrió que en realidad era la heredera de una familia opulenta. Su verdadera familia la colmó de amor y adoración. Ante la envidia de su supuesta hermana, Yelena superó todas las adversidades y se vengó, al tiempo que demostraba su talento. Pronto llamó la atención del soltero más codiciado de la ciudad. Él acorraló a Yelena y la inmovilizó contra la pared. "Es hora de revelar tu verdadera identidad, querida".