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En un mundo donde la luz y la oscuridad se enfrentan, un hombre lobo descubre que la sangre de su compañera, su otra mitad, tiene el poder de destruir a los seres cambiantes, incluidos hombres lobo y hombres tigre. Sin embargo, para los vampiros, esta sangre representa un arma de poder absoluto, capaz de otorgarles invulnerabilidad total. Entre la traición y el sacrificio, el hombre lobo debe tomar una decisión imposible: proteger a su amor, arriesgando el destino de su especie, o perderlo todo para salvar a los suyos. Una historia de amor, lealtad y oscuridad, donde la sangre decidirá el futuro de todos.
🦋✨|.Allison Collins.|🦋✨
Noah Taylor, el hombre que creí conocer mejor que a nadie la persona con quien había imaginado compartir mi vida me estaba engañando. Y no solo con cualquiera sino con Kylie, una de las mejores amigas de mi hermana Brittany. Mi novio, mi compañero de tantos años, aquel a quien le confié mi corazón, me traicionaba con alguien que había estado siempre a nuestro lado.
El dolor fue tan intenso que apenas podía respirar. Sentía como si me hubieran arrancado el aire de los pulmones. Kylie, la chica de sonrisa fácil y promesas de lealtad fue quien me apuñaló por la espalda. No le importó que yo fuera la hermana de su mejor amiga ni el daño que estaba causando. Entre los dos destrozaron mi confianza de la manera más vil, dejándome una herida tan profunda que dudaba si algún día sanaría.
Horas antes...
Esa noche estábamos en la discoteca. Noah, su mejor amigo Connor -quien también era el novio de Kylie - y yo compartíamos risas mientras la música nos envolvía mientras Connor y yo bailábamos, sentí una inquietud repentina. Busqué a Noah con la mirada. Su presencia que siempre me daba seguridad, había desaparecido.
-¿A dónde fueron Noah y Kylie? -le pregunté a Connor intentando que mi voz sonara despreocupada.
--Quizá buscaron un lugar más tranquilo para hablar de trabajo-respondió con una sonrisa, sin imaginar el torbellino que se gestaba dentro de mí.
sus palabras me dejan un extraño mal sabor de boca. El trabajo de Noah siempre había sido una excusa eso lo sabía muy bien, aunque no quería admitirlo. Mi intuición esa fuerza silenciosa que nunca me abandonaba, empezó a guiarme sin pensarlo, me excusé con Connor diciéndole que iba al baño, pero mis pasos siguieron el instinto que me guiaba a una verdad que temía enfrentar.
La música parecía amortiguada mientras mis pasos sonaban en el pasillo que conducía a las habitaciones privadas con cada latido de mi corazón, la angustia crecía una puerta estaba entreabierta. Me acerqué despacio, casi temiendo lo que encontraría al otro lado.
Entonces Lo vi. Vi a Noah y a Kylie envueltos en la oscuridad del deseo prohibido. No estaban hablando de trabajo; estaban haciendo el amor. Kylie le susurraba que él era suyo, como si yo no existiera, como si los años que habíamos compartido no valieran nada.
El shock fue tan grande que apenas podía procesarlo Saqué el teléfono con manos temblorosas. Grabé en silencio la escena que me estaba rompiendo el corazón en mil pedazos. Luego me alejé invisible vacía y con la certeza de que esa prueba sería crucial para cuando llegara el momento de la verdad. De regreso al salón, me esforcé por mantener la compostura. Me senté junto a Connor y puse mi mejor sonrisa y lo miré a los ojos.
-¿Seguimos bailando? -le propuse, fingiendo que todo estaba normal mientras la verdad ardía como un incendio dentro de mí.
Él accedió, pero notó la tristeza que se reflejaba en mis ojos
-¿Dónde están Noah y Kylie? -preguntó Connor sin malicia ajeno a la tormenta que rugía en mi interior
-No lo sé -mentí, con una sonrisa que apenas sostenía mientras la verdad ardía en cada fibra de mi ser.
Minutos después, Noah y Kylie volvieron al salón sus risas llenaron el espacio como dagas suspendidas en el aire, afiladas y listas para clavarse en la herida que ya sangraba dentro de mí. Cada risa, cada mirada compartida entre ellos era una burla descarada a la verdad que yo cargaba como un peso insoportable. Un recordatorio de las mentiras que se escondían bajo la superficie de su perfecta fachada era un insulto a los años que había desperdiciado creyendo en él, en nosotros en un futuro que ahora crujía como un cristal a punto de estallar bajo el peso de mi ingenuidad.
La rabia me quemaba las venas, como un río desbordado que amenazaba con arrasar todo a su paso. Una furia implacable, ardiente y oscura, como el fuego de mil promesas rotas. Pero me negué a ceder no les daría el placer de ver cuánto me dolía, cuánto me desgarraba el alma su traición descarada ni él ni ella merecían esa satisfacción.
Caminé lentamente, cada paso era un acto de resistencia, la cabeza en alto y mi dignidad sirviendo de escudo frente a la tormenta que rugía en mi interior.
-¿Dónde estabas? -pregunté y mi voz salió tranquila y controlada, fue un arma cargada de todo lo que aún no podía decir.
Su respuesta fue tan descarada que casi me hizo perder el control.
-Allison ya sabes cómo es mi trabajo. -dijo, como si realmente esperara que eso fuera suficiente Kylie solo me estaba ayudando con unos asuntos de la clínica. Es mi asistente. Solo estábamos resolviendo temas pendientes.
Sentí una risa amarga en la garganta, pero la retuve.
-¿Solo temas pendientes? -repetí lentamente, mordiendo cada palabra.
-Soy el director de una clínica. Tengo responsabilidades. -me dijo
Hizo una pausa Por un segundo, sentí que el tiempo mismo contenía el aliento. Luego, su siguiente frase se clavó en mi pecho como un puñal que no vi venir.
-Además, en diez días nos casamos. Tengo que dejar todo en orden.
La frialdad de sus palabras me hizo dudar de todo lo que alguna vez creí saber sobre él. Tratando de mantener la calma, le pregunté: -¿En una discoteca, Noah?
Con frialdad, él contraatacó: -El dueño es mi amigo, ¿se te olvidó?
Antes de que pudiera hablar, Kylie soltó su veneno con una sonrisa que me sacó de quicio.
-¿Allison, no estarás celosa?
Connor, que hasta ese momento había estado ajeno a lo que ocurría, se unió a la burla.
-¡Oh, no Allison! ¿Estás celosa de Kylie?
Sentí como si el suelo se abría bajo mis pies, pero me mantuve firme.
-No estoy celosa - contesté -. Solo quiero que mi novio me dedique tiempo. Pero claro, su trabajo es más importante que yo. Un minuto contigo es un lujo, ¿no es así?
Noah suspiró, utilizando ese tono tranquilo que tantas veces había usado para calmarme, para desarmar mis argumentos con una tranquilidad que ahora sentía como una bofetada.
-Allison ya te lo expliqué. Todo esto es por nosotros, para que tengamos una luna de miel tranquila. No te preocupes.
sus palabras pronunciadas con la seguridad del que cree tener siempre la razón en todo pero esta vez sonaron huecas, había escuchado sus mentiras tantas veces que habían perdido su peso... Pero yo ya lo había decidido que no soportaría más mentiras entonces sentí que algo dentro de mí se rompió definitivamente
. - Solo llévame a casa, me quiero ir -le pedí, sin dejar lugar a discusiones
Él intentó insistir, sugiriendo que esperáramos a Charlotte, pero yo ya había tomado mi decisión. No había marcha atrás.
Finalmente, Noah accedió, aunque no sin antes tratar de convencerme de quedarme.
-Definitivamente, no te entiendo, pero no te preocupes yo te llevo.
El trayecto a casa fue un silencio incómodo, lleno de palabras no dichas y sentimientos ocultos. Cuando llegamos, Noah intentó retomar su papel de novio cariñoso.
-¿Quieres quedarte en mi casa? Podemos ver una película, como siempre.
Lo miré.
Lo había amado con todo mi ser. Le había creído. Había imaginado un futuro juntos.
Pero esa noche, lo vi con claridad.
Noah Taylor ya no era el hombre que conocía. O tal vez nunca lo había sido.
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