/0/15922/coverbig.jpg?v=d120edfc595220e29f599bab7a546f88)
Ethan Lancaster y Adrien Moreau son la pesadilla el uno del otro. Dos titanes del mundo empresarial, rivales en cada licitación, en cada negociación, en cada titular de la prensa financiera. Ambos tienen reputaciones intachables, carreras impecables y, sobre todo, un desprecio mutuo que han cultivado durante años. Pero lo que nadie sabe es que detrás de cada enfrentamiento público, detrás de cada mirada afilada y cada palabra cargada de veneno, hay algo más. Algo que ni ellos mismos están dispuestos a admitir. Porque lo que comenzó como una atracción inoportuna se convirtió en noches furtivas, encuentros prohibidos y una verdad que ninguno puede permitirse que salga a la luz. En un mundo donde la apariencia lo es todo y donde cualquier debilidad puede ser usada como un arma, Ethan y Adrien deberán decidir hasta dónde están dispuestos a llegar para proteger su secreto... y hasta cuándo podrán seguir negando lo inevitable.
El evento de la noche era el centro de todas las miradas. Empresarios, inversores y prensa se reunían en el lujoso salón del Hotel Beaumont, donde la élite financiera celebraba una nueva fusión corporativa. Mesas decoradas con flores blancas, copas de cristal fino repletas de champagne y un sinfín de sonrisas calculadas daban el ambiente perfecto para cerrar tratos y fortalecer alianzas.
Ethan Lancaster, CEO de Lancaster Holdings, se movía por la sala con la seguridad de un hombre que sabía que pertenecía a la cima del mundo. Su traje negro hecho a medida caía sobre su cuerpo con perfección, y su mirada afilada escaneaba a los presentes con un aire de indiferencia. Sabía que todos querían hablar con él, convencerlo de sus propuestas, y él, con su eterna paciencia limitada, fingía interés mientras su asistente le susurraba nombres y detalles al oído.
Sin embargo, lo que realmente mantenía su atención no estaba en las negociaciones que lo rodeaban.
A unos metros de distancia, rodeado de un pequeño grupo de empresarios, estaba Adrien Moreau, el CEO de Moreau Enterprises, su mayor rival. Cada vez que coincidían en un evento, la atmósfera se cargaba de tensión. Ethan no podía evitar que su mandíbula se tensara al verlo sonreír con esa arrogancia característica, con ese aire de superioridad que tanto lo irritaba. Adrien estaba vestido con un elegante traje azul marino, su postura relajada y segura, con una copa de vino en la mano mientras conversaba con naturalidad.
Se detestaban. O al menos, eso era lo que le mostraban al mundo.
-Parece que Moreau no pierde oportunidad de llamar la atención -murmuró su asistente, observando la escena con el mismo desdén que Ethan.
-Es lo único en lo que es bueno -respondió Ethan, con una media sonrisa sarcástica.
En el fondo, sabía que eso no era cierto. Adrien era brillante, tan astuto como despiadado en los negocios, y cada victoria que obtenía era bien merecida. Pero admitirlo en voz alta sería un error.
Antes de poder ignorarlo por completo, Adrien giró la cabeza y sus miradas se encontraron. Fue un instante fugaz, pero cargado de significado. Ethan vio la ligera elevación de la ceja de Adrien, ese gesto que solo usaba con él, acompañado de una sonrisa sutilmente provocadora. Era un desafío silencioso.
Ethan desvió la mirada, pero su corazón latió con un ritmo molesto.
⸻***
Horas después, el evento había terminado, pero ni Ethan ni Adrien se habían marchado con los demás invitados. En la planta más alta del hotel, en una suite que ninguno debería haber reservado, la atmósfera era completamente distinta.
Ethan estaba contra la pared, atrapado entre los brazos de Adrien, el calor entre ellos sofocante. Sus bocas se buscaban con desesperación, con rabia contenida, con el deseo acumulado de semanas de encuentros robados.
-Eres insoportable -murmuró Ethan contra sus labios, su voz ronca de deseo y frustración.
Adrien sonrió, deslizando sus dedos por el cuello de su rival antes de apretarlo ligeramente, como si estuviera tentado de hacerle perder el control.
-Y aun así, no puedes mantenerte alejado de mí -susurró, con esa confianza que lo volvía aún más insoportable.
No lo admitiría. Nunca.
Porque en cuanto salieran de esa habitación, en cuanto volvieran al mundo real, serían nuevamente Ethan Lancaster y Adrien Moreau, los dos CEOs que se odiaban públicamente.
Y nadie podía saber la verdad.
El aire en la suite estaba cargado de una electricidad que Ethan conocía demasiado bien. No era la primera vez que se encontraba en esta situación, con Adrien presionándolo contra una superficie, con la piel ardiendo bajo sus caricias. No era la primera vez que se juraba a sí mismo que sería la última.
Pero como siempre, estaba aquí otra vez.
Las manos de Adrien se deslizaron bajo su camisa, los dedos rozando su piel con una familiaridad peligrosa. Ethan cerró los ojos por un segundo, tratando de recordar por qué esto era una mala idea. Pero cuando sintió los labios de Adrien recorrer la línea de su mandíbula, la razón quedó en un segundo plano.
-Eres un maldito imbécil -susurró Ethan, su voz apenas un gruñido.
Adrien soltó una risa baja, su aliento cálido contra su piel.
-¿Y eso te detiene?
Ethan no respondió. No podía. Porque la respuesta era no.
⸻***
Horas después, la habitación estaba en penumbras. Ethan yacía en la cama, con la sábana apenas cubriendo su cintura, observando el techo mientras su mente procesaba lo que acababa de ocurrir... otra vez. A su lado, Adrien se incorporó con una tranquilidad irritante, como si no tuvieran una guerra no declarada cada vez que estaban en público.
-Deberíamos dejar de hacer esto -dijo Ethan sin mirarlo.
Adrien, en lugar de responder, tomó un cigarro del bolsillo de su chaqueta y lo encendió, inhalando con calma antes de exhalar el humo lentamente.
-Siempre dices lo mismo -murmuró.
Ethan apretó la mandíbula.
-Porque es cierto.
Adrien lo miró con esa sonrisa que lo sacaba de quicio, ladeando la cabeza como si disfrutara de su dilema interno.
-Y aun así, siempre vuelves.
El silencio cayó entre ellos, solo interrumpido por el sonido del humo disipándose en el aire.
Ethan sabía que Adrien tenía razón. Pero admitirlo en voz alta significaría reconocer que lo necesitaba, y eso era algo que no estaba dispuesto a aceptar.
Con un suspiro pesado, se sentó al borde de la cama, pasando una mano por su cabello desordenado.
-Nos descubrirán algún día -dijo, más para sí mismo que para Adrien.
Adrien dejó el cigarro en el cenicero, apoyando un codo en la almohada mientras lo observaba con diversión.
-Si eso pasa... ya encontraremos la manera de solucionarlo.
Ethan soltó una risa seca, incrédulo.
-Siempre tan confiado.
-Y tú, siempre tan dramático.
Ethan se puso de pie, recogiendo su camisa del suelo con movimientos rápidos. No iba a quedarse más tiempo del necesario.
-Nos vemos en la próxima reunión -dijo, sin siquiera mirarlo.
Adrien no intentó detenerlo. Solo sonrió, apoyándose contra el cabecero de la cama mientras lo veía marcharse.
-Oh, lo sé. Y no puedo esperar.
⸻***
La mañana siguiente trajo consigo una nueva batalla.
Ethan estaba en la sala de conferencias de Lancaster Holdings, con su equipo de asesores alineados a su alrededor. Las pantallas proyectaban gráficos, reportes financieros y cifras que no dejaban espacio para errores.
Y al otro lado de la mesa, sentado con la misma arrogancia de siempre, estaba Adrien Moreau.
El acuerdo de hoy definiría el futuro de ambas empresas, y aunque la tensión en la sala era palpable, ninguno de los dos CEOs se inmutaba. Sus expresiones eran frías, calculadoras, como si lo ocurrido la noche anterior jamás hubiese sucedido.
-Espero que hayan traído algo más interesante que la última vez -dijo Ethan, con una sonrisa afilada.
Adrien entrelazó los dedos sobre la mesa, sus ojos fijos en los de Ethan con una chispa de diversión.
-Te va a encantar lo que tenemos preparado.
Y así comenzó otra batalla, una más entre ellos. Un juego peligroso que ambos estaban dispuestos a jugar... aunque, en el fondo, ambos sabían que perderían de la misma manera.
Emma no tiene nada. Sobrevive en las calles con el peso de un embarazo no planeado y un futuro incierto. Nadie la ve, nadie se detiene... hasta que Helena Laurent, la CEO más poderosa del país, cruza su camino. Fría, implacable y acostumbrada a controlar el mundo a su antojo, Helena no es de las que actúan por caridad. Sin embargo, algo en la mirada de Emma la detiene. Lo que comienza como un simple acto de ayuda se convierte en un desafío para ambas. Emma, acostumbrada a la indiferencia del mundo, se resiste a depender de una mujer que representa todo lo que odia del poder. Helena, por su parte, no entiende por qué siente la necesidad de proteger a alguien tan vulnerable. Pero cuando los secretos de ambas comienzan a salir a la luz, descubren que el destino puede ser tan cruel como caprichoso... y que el amor, por más inesperado que sea, puede cambiarlo todo.
Isabela Del Valle, la hija menor de una familia noble en decadencia, es entregada en matrimonio a Alejandro Montenegro, un hombre del campo que salvó la vida de su padre. Su familia, creyendo que los Montenegro eran humildes campesinos, prefirió reservar a la hija mayor para un prometido adinerado. Sin embargo, Isabela pronto descubre que Alejandro es uno de los hombres más ricos del país. Lo que comienza como un matrimonio por obligación se convierte en una historia de amor inesperado, donde Isabela deberá enfrentar a su familia y descubrir su propio valor.
Damián Ferreira es un CEO brillante pero solitario que se finge inválido para investigar quién intenta traicionarlo en su empresa. Para mantener las apariencias, contrata a Valeria, una periodista encubierta que también tiene sus propios motivos para aceptar el trato. Lo que ambos no esperaban era enamorarse en medio de un torbellino de secretos.
El CEO, Alexander Blake, está al borde de perder el control de su empresa debido a una cláusula en el testamento de su abuelo: debe casarse antes de cumplir 35 años o perderá su participación mayoritaria. Desesperado, hace un trato con Emily, una artista bohemia que necesita dinero para salvar la galería de su familia. Lo que comienza como un acuerdo frío y profesional evoluciona cuando ambos descubren que comparten un pasado interconectado.
Alicia, una joven de espíritu libre y aspiraciones globales, viaja a Qatar en busca de nuevas experiencias y un cambio de vida, sin imaginar que el viaje transformará su destino para siempre. Durante su estadía, conoce a Amir, un príncipe heredero atrapado entre las expectativas de su familia y su deseo de libertad. Su conexión es inmediata e irresistible, y juntos desafían las tradiciones y barreras que los separan. Sin embargo, el precio de su amor es alto: Amir se enfrenta al desprecio de su propia familia y a la ira de su país, mientras Alicia lidia con amenazas constantes y la presión de un mundo que no perdona la osadía de un príncipe que elige el amor sobre el deber. Mientras huyen y se esconden en Europa, enfrentan la persecución de las autoridades y los intentos de manipulación política de altos funcionarios que desean preservar la imagen de Qatar a toda costa. Alicia y Amir descubrirán que el camino del amor verdadero está lleno de sacrificios, secretos y traiciones, y que el costo de desafiar a la tradición puede ser tan alto que incluso pondrá en riesgo sus propias vidas. La historia explora la tensión entre tradición y modernidad, lealtad y deseo, y la fortaleza de dos almas dispuestas a luchar contra el destino y todo un reino para poder estar juntas. En este romance lleno de intriga, peligro y pasión, Alicia y Amir deberán tomar decisiones difíciles y decidir si su amor puede sobrevivir a un mundo que parece estar en llamas a su alrededor.
Ariana Ortega había tomado una decisión valiente y solitaria: tener un hijo. A sus treinta y dos años, con una carrera en ascenso y sin intenciones de un compromiso amoroso, optó por un método no convencional: una agencia que le aseguraba privacidad y confidencialidad en todo el proceso. Aquel noviembre, una noche de lluvia la llevó a una habitación discreta de un bar, donde había sido acordado el encuentro. Su corazón latía con mezcla de emoción y nerviosismo, sin saber que el hombre al otro lado de la puerta cambiaría su vida para siempre. Daniel Montenegro, el imponente CEO de uno de los conglomerados empresariales más poderosos del país, había escapado momentáneamente de la abrumadora presión de su vida, buscando refugio en la discreción de un rincón alejado. Pero esa noche algo extraño ocurrió: alguien había manipulado sus bebidas, dejándolo en un estado de vulnerabilidad que él jamás permitiría. Con recuerdos vagos y confusos de lo sucedido, despierta a la mañana siguiente sin memoria de la mujer con la que compartió aquella íntima velada. La vida de ambos continúa por caminos separados, hasta que meses después, Ariana se ve en la necesidad de aceptar un puesto de secretaria para mantener su independencia económica. Y, para su sorpresa, su nuevo jefe no es otro que Daniel Montenegro, el CEO inaccesible, temido y respetado por todos. En el silencio de su oficina, mientras observa su rostro y su semblante, Ariana empieza a notar una inquietante coincidencia: su hijo, que llegará justo en Navidad, parece llevar en su rostro los mismos rasgos que su jefe. ¿Qué sucederá cuando la verdad comience a salir a la luz? ¿Podrá Ariana mantener su secreto mientras la cercanía con Daniel crece día a día? Y, cuando él descubra los recuerdos que esa noche le negó, ¿será capaz de perdonarse por el destino al que la sometió sin saberlo? Una historia de redención, amor y segundas oportunidades, donde el poder y la vulnerabilidad se entrelazan en la víspera de la Navidad.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
La felicidad era como un espejismo para Rocío Ouyang, cuando más se acercaba a la felicidad, más se alejaba. Ella acababa de casarse con Edward Mu, pero en su noche de boda todo se derrumbó. Dejando a Rocío embarazada, Edward la abandonó en su noche de boda. Pasados unos años, Rocío renació por completo, cambiando totalmente su personalidad, convertiéndose en la única coronel del ejército. En este momento Rocío comenzó a reflexionar varias preguntas que eran misterios para ella: ¿Por qué los padres de Edward estaban actuando de manera tan extraña? ¿Por qué su padre la odiaba? ¿Y quién estaba tratando de dañar su reputación en el ejército que ella había trabajado tan duro para construir? ¿Y por qué sigues leyendo la sinopsis? ¿Por qué no abres el libro y descúbrelo tú mismo?
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
Lenny era el hombre más rico de la capital. Estaba casado, pero su matrimonio no tenía amor. Accidentalmente tuvo una aventura de una noche con una extraña, por lo que decidió divorciarse de su esposa y buscar a la chica con la que se acostó. Juró casarse con ella. Meses después del divorcio, descubrió que su esposa estaba embarazada de siete meses. ¿La mujer lo engañó? Scarlet estaba buscando a su esposo, pero, por error, los dos pasaron una noche apasionada. Sin saber qué hacer, se escapó presa del pánico, pero luego descubrió que estaba embarazada. Justo cuando estaba lista para explicar lo que le había sucedido a su esposo, este le pidió el divorcio. ¿Descubriría Lenny que la extraña chica con la que se había acostado era en realidad su esposa? Más importante aún, ¿su matrimonio sin amor mejoraría o empeoraría?