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La vida de la Licenciada Verónica Luna parece perfecta: Es CEO de una gran empresa, tiene un marido que ama y es muy atractivo; sus hijos, los gemelos Víctor y Santiago son exitosos profesionistas y su hija menor, Lina, está por graduarse de Diseño de Modas en una prestigiosa universidad de Nueva York. Todo cambia cuando tiene un accidente de auto y despierta en un cuerpo que no es el suyo. Apenas está tratando de asimilar y entender que es lo que está pasando, cuando descubre que Abril, una chica que ha cuidado como su hija y a la que dio trabajo como su asistente, tiene un romance secreto con su marido y al parecer, están involucrados en lo que le pasó. También descubre que muchos de los que la rodeaban, nunca fueron sinceros con ella, incluso sus propios hijos y Michelle, la chica a quien pertenece al cuerpo en el que está, es una joven caprichosa, clasista, altanera y sin escrúpulos que es rival académica de su hija y de la que uno de sus gemelos está enamorado. Ahora tendrá que tratar de entender porque Michelle es como es y tratar de enderezar su vida, así como buscar el modo de vengarse de los que la traicionaron y recuperar el amor de sus hijos.
Me miro al espejo antes de salir. La luz hace que mi piel color canela brille un poco. Alguna vez se burlaron de mí por ello, pero aprendí que es hermosa así. Cuando voy a la playa no me salen ámpulas, tomo un color dorado precioso y no ando como mi marido, que es muy blanco, con toda la espalda ardida. Acababa de cortarme el cabello, así que este cae delicadamente apenas sobre mis hombros. Originalmente era castaño, pero siempre me ha encantado traerlo de un tono rojo obscuro. Amo ese color. También lo uso en la sombra de ojos y en los labios.
Combina perfecto con lo negro de mis ojos y con el delineador con el que me gusta enmarcarlos.
Me reí recordando a Abril, mi asistente, que siempre me dice que no aparento mis cuarenta y cinco años y que espera llegar a esa edad al menos viéndose la mitad de lo bien que me veo yo. Era una exagerada, pero tiene buenas intenciones. Es una chica tímida a la que la vida no ha tratado tan bien y apenas empieza a encontrar su camino. Agradezco que sea tan eficiente.
Me doy un último retoque. Ciertamente casi no se me nota ninguna arruga. Ventajas de la genética, supongo. Mi madre a los setenta y cinco años se ve como de cincuenta y mi abuela era más o menos la misma historia.
Algo me hace voltear a ver mi casa. Es una hermosa mansión digna de nuestro status, pero aun así me gustaba más la primera que tuvimos. No era una mansión gigante, pero sirvió muy bien para nosotros dos y mis tres hijos. Era linda. Bastante esfuerzo me costó comprarla y no salía nada barato mantenerla.
- Si no te hubieras casado tan joven, lo hubieras logrado antes...
Me resuenan las palabras de mi madre. Nunca le pareció que yo me hubiera hecho cargo de casi todo durante cinco años, en lo que Mario terminaba la carrera. Pero de eso se trata el amor, de apoyarse.
Subo a mi camioneta pensando que es un fastidio tener que ir a la oficina justo en mi día de descanso. Pero Abril sonaba desesperada y no supo explicarme por teléfono que necesitaba. Hoy pensaba levantarme tarde y planear con calma una rica cena para celebrar que Santiago, Lina y Víctor están de visita por las vacaciones y mi marido prometió volver pronto de la oficina. Desde que le dieron el ascenso, cada vez lo veo menos. Por eso le insisto a mi madre que el dinero no lo es todo. Espero ir y volver pronto, por eso ni siquiera llamé al chofer. Pierdo más tiempo esperándolo.
Mario y yo nos conocimos en el último año de preparatoria. Yo quedé fascinada con él desde que lo vi: Alto, delgado, de piel muy blanca, ojos azul profundo. Tenía el cabello negro y le llegaba casi hasta los hombros, aunque estaba prohibido en nuestro colegio. Mis amigos decían que era el típico chico "malo", pero yo sabía que no era maldad, sino rebeldía. Él y sus hermanos casi no veían a su madre porque trabajaba de sol a sol para mantenerlos, ya que su padre los había abandonado cuando eran pequeños. En la primaria lo golpeaban los abusadores, por lo que aprendió artes marciales para poder defenderse y ahora nadie se atrevía a meterse con él. Su sueño era ser médico para tener una posición económica privilegiada y poder ayudar a su familia, pero su carácter y constantes peleas con la autoridad, lo hacían una realidad cada vez más lejana.
Al principio, pensé que sólo sería amor platónico, porque el parecía no darse por enterado de mi existencia. Hasta una noche que, en una fiesta con un grupo de amigos, todos subimos a la azotea a seguirla para que no nos acusaran los vecinos. En algún momento, todos huyeron por el frío y nos quedamos solos. Sería el alcohol, las hormonas o mi ilusión, pero después de un rato platicando, me besó apasionadamente. No nos separamos desde ese momento y yo quedé embarazada antes de entrar a la Universidad.
Mi familia por supuesto puso el grito en el cielo, pero él les dijo que cuidaría a los gemelos mientras yo estudiaba Administración y así lo hizo. A la mitad de la carrera, decidimos casarnos. Yo trabajaba ya medio tiempo, y con la ayuda de la familia, pudimos tener una boda sencilla pero bonita y memorable. Al graduarme, le dije que ahora yo trabajaría para que él pudiera estudiar medicina. A los dos años me embaracé de nuestro tercer hijo. En el trabajo me iba cada día mejor y escalé puestos rápidamente hasta llegar a Gerente General de Ventas. Gracias a eso, sobrevivimos casi sin problemas los últimos años de su carrera y sus años de residente.
Hoy, soy CEO de la empresa médica en la que comencé a trabajar desde joven y él es el jefe de enseñanza de nuestro hospital universitario.
Santiago, uno de los gemelos, estudió medicina igual que su padre y se especializó en cirugía plástica. Está haciendo una pasantía en Nueva York. Nosotros queremos que trabaje en alguno de nuestros hospitales, pero él tiene el sueño de ser aceptado por una de las clínicas más prestigiosas del rubro en Estados Unidos. Víctor, el otro gemelo, se graduó de arquitectura hace cinco años y se enfocó en edificios de especialidades. Él diseñó la nueva ala de Pediatría de nuestro hospital más prestigioso. Tiene un año en Europa como profesor invitado. Lina, mi hija más pequeña, vive con su hermano en Nueva York, y está casi por terminar la carrera de Diseño de Modas. Siempre ha sido muy creativa y quiere que su nombre llegue a las grandes pasarelas.
- Tiene la vida perfecta.
Me dijo un día tímidamente Abril. Sólo me reí. No, mi vida no es perfecta, pero se acerca mucho. No puedo pedir más y no hay nada de que quejarme.
El camino a la oficina tiene un tráfico terrible. Se enciende una luz en el tablero, pero no logro ubicar a que se refiere. Tendré que llamar al mecánico llegando a la oficina. El mapa me sugiere una ruta más despejada y la tomo sin dudar. Tenía razón. No siempre me agrada la tecnología, pero hoy definitivamente, tengo mucho que agradecerle. El camino está libre y dice que no tardo más de diez minutos en llegar.
Me distraje un segundo porque sonó mi teléfono y no conecté el manos libres por la prisas. Al levantar la vista, veo una barricada al frente cerrando el camino. Maldigo haber hablado tan pronto a favor de la tecnología, porque no es la primera vez que me lo hace. No se actualiza tan rápido y no toma en cuenta caminos cerrados, en reparación o bloqueados por alguna manifestación o evento. Trato de frenar para darme vuelta en U y regresar por donde vine, pero los frenos no responden. Entro en pánico y todo pasa en segundos. Me impacto contra lo que bloquea el camino y la camioneta da vueltas en el aire hasta caer pesadamente en una zanja, unos metros hacia abajo del camino.
No sé cuánto tiempo perdí la conciencia. Me duele todo el cuerpo e intento moverme, pero no puedo. Algo gotea sobre mí cara. Reconozco el olor, es gasolina. Se escuchan a lo lejos unas sirenas, debe ser la policía y los bomberos. Siento el sabor de la sangre en mis labios. No puedo ver bien, todo está nublado por el humo que llena la camioneta. En unos minutos que parecen horas, el ruido de las sierras eléctricas y las tenazas corta el aire; están tratando de sacarme de entre los fierros retorcidos. Siento como arrancan el cinturón de seguridad y el dolor en mi estómago y mi pecho es insoportable. Nuevamente pierdo la conciencia y al recuperarla, veo un techo blanco y metálico, debe ser la ambulancia. El ruido de la máquina de signos vitales, me taladra los oídos y la presión de las manos del paramédico tratando de reanimarme, me quiebra las costillas. Todo se vuelve obscuro.
La licenciada Verónica Luna sentía que lo tenía todo: Era CEO de una importante empresa de hospitales, estaba casada desde hacía más de 25 años con el hombre que siempre amó y sus tres hijos eran exitosos. Un accidente lo cambió todo. Despertó en el cuerpo de alguien más pero lo peor fue descubrir que nada era lo que pensaba. Su marido la engañaba y confulaba con la asistente que ella tanto había ayudado, sus hijos tenían rencores ocultos, sus compañeros de trabajo querían quitarla de su puesto. Ahora, como Michelle, una joven influencer que quería quitarse la vida, tiene encontrar a los culpables de ambos accidentes, hacerlos pagar y volver a encaminar aquello que se ha descarrilado.
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Se suponía que era un matrimonio de conveniencia, pero Carrie cometió el error de enamorarse de Kristopher. Cuando llegó el momento en que más lo necesitaba, su marido estaba en compañía de otra mujer. Carrie ya estaba harta. Decidió divorciarse de Kristopher y seguir adelante con su vida. Sin embargo, solo cuando ella se marchó, Kristopher se dio cuenta de lo importante que era ella para él. Ante los innumerables admiradores de su exesposa, Kristopher le ofreció 20 millones de dólares y le propuso de nuevo: "Casémonos de nuevo".
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.