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Don Antonio se ha hartado de rechazar el matrimonio. Sin embargo, ha tomado el relevo de Don Pablo, su padre, y necesita elegir a una virgen para su ceremonia. Sufre un trastorno bipolar y a veces incluso adopta otra personalidad. Sintiéndose presionado por el ayuntamiento y su familia, elige una esposa alejada de todas las expectativas de la mafia italiana, la que solía llevar el reciclaje de su casa todos los viernes. Fabiana es una recicladora a la que su tío engañó para que se mudara a Roma con él. La dejó sin contacto con su familia en Brasil, la obligó a trabajar duro e incluso la agredió. Pensando que no podía ir peor, su tío la vende a Don Antonio, y al día siguiente empieza a enamorarse del jardinero vecino, que es dulce y romántico, completamente diferente del hombre posesivo y egoísta que la compró. Ella intenta escapar de su realidad arrojándose a los brazos de su apuesto vecino, pero al hacerlo descubre que el jardinero y el hombre al que fue vendida tienen mucho más en común de lo que imaginaba... "¿Quién es usted? ¿No eras sólo un jardinero?". - preguntó ella. "¡Puedo ser lo que quieras, ragazza!" Advertencia Este libro es apto para mayores de 18 años. Contiene escenas de sexo explícito y escenas fuertes que pueden contener desencadenantes y ser consideradas de romance oscuro.
CAPÍTULO 1
Don Antonio Strondda
Me masajeé parte de la ceja hasta el resto de la frente con las yemas de los dedos. Aquella conversación me estaba enfadando por completo, no podría soportarlo por mucho tiempo.
Era por la mañana, y ya le había recibido en la fortaleza, donde estaba dando sorbos a mi whisky... si pierdo el control, nos ocuparemos de ello allí mismo.
- Esperamos todo lo que pudimos, Don... pero desgraciadamente tu padre te entregó para siempre, y sólo esperábamos que se llevara a tu madre de viaje, ¡la quiere demasiado para dejarla sufrir en esta situación! - dice el tío Hélio, y se sienta frente a mí. Aunque lo respeto mucho por haber estado casado con la hermana de mi madre y haber sido el consigliere de mi padre durante tantos años, estaba demasiado enfadado para contenerme. En un impulso, me levanté de la silla, saqué mi Taurus G2, calibre 9 mm, y la amartillé.
- ¿DE QUÉ COÑO ESTÁS HABLANDO? NO ME VOY A CASAR, ¿VOY A TENER QUE ENSEÑARTE CÓMO RESUELVO LAS COSAS? - grité, poniéndome en pie y clavándosela en la cabeza. Por mucho que te considere, no me rebajo ante nadie, así es como funcionan las cosas conmigo.
- ¡CÁLMATE, ANTONY! SÉ MUY BIEN CÓMO SOLUCIONAR LAS COSAS, ¡TENGO MÁS EXPERIENCIA QUE TÚ! - Escuché el sonido del gatillo de su 357 en mi cabeza... él también es bueno con un arma, estábamos a mano. Su mirada era de desaprobación, su respiración acelerada y, al alejarme, me di cuenta de que su pistola seguía apuntándome.
Volví a sentarme, aunque tenía los dientes apretados y una expresión terrible en la cara.
- ¡Tío! - Hice una pausa y golpeé el vaso de whisky contra la mesa, casi rompiéndolo. - ¡Sólo que nadie puede decirme lo que tengo que hacer!
- ¡Yo también te entiendo, Antonio! Te llamo por tu nombre porque te he visto crecer, ¡eres como un hijo para mí! - Se levantó y puso las manos sobre mi mesa en la fortaleza. Conocía bien esa mirada, no era de comprensión, él también estaba harto.
- Entonces, ¡deshazte de él! - Golpeé la mesa con la mano, pero él se encogió de hombros.
- Imposible. Conoces las reglas, y tu madre ya te ha privado de demasiadas de ellas que deberías haber seguido, huir de los entrenamientos y las bodas. ¡Pero ahora ya no hay nada que hacer! Vengo a informarte de que el consejo está presente, te esperan en tu habitación, con dos hermosas chicas vírgenes de la alta sociedad que gozan de buena reputación. - Me levanté furiosa, le di la espalda, estrellé mi vaso contra la pared, y mi tío ni se inmutó, me conoce bastante bien.
- ¡Qué ridículo! No hay una sola mujer que me haya llamado la atención aquí en Roma, ¡y muchas veces hasta he pensado en renunciar a ser el nuevo Don! - Camino de un lado a otro, pasándome las manos por los ojos y el pelo.
- Te están esperando, ¡no hay escapatoria! - Me estiro para liberar mi cuerpo de la tensión y le encaro.
- Qué demonios, ¡elijo uno y me voy a la mierda! - Desistí de intentarlo.
Cogí mi abrigo negro, cerré todos los botones, me puse una boina y gafas de sol.
Con la Taurus en la cintura, caminé sin mirar a mi alrededor, mi objetivo era resolver este problema, fuera como fuera.
Cuando llegué al salón, me di cuenta de que aquellas mujeres nunca me complacerían como esposa. Aquel viejo de la corporación mafiosa comenzó a presionarme, además de mirarme, sintiéndose complacido por haberme acorralado. Golpeé con la punta de los dedos el plato, inquieto, el figlio de puttana estaba consiguiendo acabar con mi sonrisa.
- ¿Ya se ha decidido, Don? - se atrevió a preguntarme, y eso fue suficiente... Le dediqué una sonrisa satisfecha, antes de pronunciar las últimas palabras que escucharía en su vida....
- ¡Yo soy Don! Nadie me dice lo que tengo que hacer y vivo para contarlo. - Miré directamente a esos odiosos ojos negros y en cuestión de segundos saqué mi 9mm y disparé a quemarropa a ese pequeño bastardo. - Que sirva de ejemplo a cualquiera que piense lo contrario. - Limpié el arma con la chaqueta antes de volver a mirar a mi alrededor y pasar por encima del cuerpo tendido en el suelo.
Miré a un lado y luego al otro, sería difícil elegir entre mujeres tan superficiales, no elegiría. Entonces mis ojos encontraron a una mujer muy hermosa en el jardín... se estaba quitando algo de la cabeza, parecía un pañuelo largo, y su larga melena rizada le caía sobre los hombros.
La morena no me vio, con el silenciador no debió oír el disparo, pero hice ademán de acercarme a la ventana para verla mejor. Salió al balcón de la entrada principal y recogió algunas cosas, parecían basura... eran bolsas negras enormes, algunas casi tan grandes como ella, pero las llevó tranquilamente hasta la puerta.
Me fijé en un hombre mayor que estaba fuera, y tiraba de las bolsas, poniéndolas en un carro que estaba enganchado a un sencillo coche rojo.
Era guapa, con una piel envidiable y unos magníficos ojos verdes, pero iba mal vestida e incluso sucia. Con manos delicadas sujetaba los sacos, y su mirada era dulce.
- ¿Quién es usted? - me acerqué a ella y le pregunté en voz baja, explorando el terreno.
- Me llamo Fabiana. ¡Perdóname por irrumpir en la casa! - dijo ella, queriendo marcharse y dándome la espalda.
- Un momento. ¿Qué hace usted aquí? - La apunté con el arma, todavía a cierta distancia.
- Vengo aquí todos los viernes... - tragó saliva, acercando las bolsas a ella. - ¡Recojo el reciclaje! - su voz era temblorosa, su apuesto hocico se movía temeroso, me puso caliente-.
- ¿Qué es eso de ahí fuera, tú? - la corté en seco.
- Es mi tío, ¿por qué? - Inmediatamente la tiré del brazo hacia un rincón, empujándola hacia el lavadero.
- ¿Qué haces? Suéltame. - me pisó el pie y me dio un codazo en la mandíbula, pero la sujeté con fuerza y la cogí de todos modos. Cerré la puerta con la llave.
- Sólo tengo dos preguntas, ¡contesta! - Me quejé. Estaba enfadada y se debatía entre mis brazos, y lo peor era que me estaba excitando. Su respiración caliente junto a mí, su desesperación e incluso su pelo suelto rozándome llamaban mi atención. Me miraba enfadada, pero aquel rostro hermoso y delicado me atraía... su boca dibujada me tenía paralizado mientras la miraba durante segundos, lo que habría sido peligroso, pero ella era irresistible.
Ella seguía intentando alejarse de mí, y yo aproveché la oportunidad para acercarme. Nuestros cuerpos casi se tocaban y podía oír su respiración desesperada.
- ¿Eres virgen? - Le acerqué el cañón de la pistola a la cara, y ella me miró asombrada, casi dejando de respirar durante unos segundos al sentir la piel de su cuello en mi mano.
- ¿Qué? -jadeó y cambió de semblante, con los pómulos enrojecidos-.
- ¿Eres virgen? - Le rodeé la cintura con la pistola y ella abrió la boca al instante, conmocionada. - ¡CONTÉSTAME, JODER! - La zarandeé por los brazos y gritó desesperada.
- ¡LO SOY! - Respiraba con dificultad y me miraba fijamente mientras yo la miraba a ella.
- Consideraré la respuesta. ¿Quieres casarte conmigo?
- ¡No! ¡No estoy en venta! - Qué mujer más rara... y luego soy yo el considerado bipolar.
- ¡Si no quieres negociar, bien! ¡Apuesto a que tu tío estará interesado! - La saqué a rastras, y todos los del consejo nos miraban con aprensión, pero me encanta mirar a esos puttana figlios y ver que no reaccionan.
- ¡Se acabó el espectáculo! - La empujé fuera y vi que el ama de llaves nos volvía a entregar la bolsa, creo que se nos había caído.
No me contestó, no me dio una patada, ni siquiera dijo que lo que yo había dicho era mentira, pero se la veía muy enfadada en la puerta.
Llamé a su tío, que estaba cerca, sin dejar de sujetarla por el brazo. Le propuse un trato para que me vendiera a su sobrina.
- ¿De verdad? - La miró a ella, que lo negó repetidamente. - ¿Me daría un gran terreno y una máquina de prensar cartón? - Me sorprendió la petición, pero tenía beneficios, así que...
- Tío, ¿qué haces? - puso cara de preocupación, jugueteó desesperadamente con las manos y negó.
- Oh bueno... una boda como esta ni siquiera necesitaba compensación... - Contestó el tío, dejándome satisfecho, ¡ella ya era mía!
- No... no voy a ir... - La chica lo negó.
Cuando intentó quejarse, la atraje hacia mí, la abracé, puse mis manos en su cintura, cerca de sus caderas e intenté besarla... Hice todo lo que pude, y ella seguía negándose y apartándome.
- Mi padre solía decir algunas cosas sobre las mujeres desagradables, ahora entiendo lo que quería decir... - La miré a la boca y la acerqué a la mía, ella no quería dejar que la besara, pero conseguí lo que quería y acabó dejándome besarla unos segundos, sentí como su cuerpo se aflojaba entre mis brazos y su lengua encontraba la mía.
Entonces me agaché y arranqué una rosa roja que irradiaba frente a mi casa. - Tan bella y tan peligrosa como tú... mi futura esposa, dama de la mafia italiana... - Se la entregué. - ¡Ahora vete! ¡Pasaré a verte pronto! - se quedó paralizada mirándome, me di cuenta cuando su mirada se posó en mi boca, así que la cogí en brazos y nuestros ojos se encontraron durante unos pasos. Ella se bajó sin rechistar, haciéndome sonreír de nuevo mientras se apresuraba a entrar en el coche.
- ¿Qué fue eso, Antonio? - preguntó el tío Helio.
- He elegido a la futura señora, puedes reservar para el sábado, ¡mañana arreglaré los detalles!
- ¿Has comprado una esposa? - parecía incrédulo.
- Sí, digamos que me ha llamado bastante la atención.
- ¿Y piensa atarla el día de la boda? - Me detuve un momento y le dediqué una sonrisa, porque me encantaba la idea...
Advertencia Este libro está recomendado para mayores de 18 años. Contiene escenas de sexo explícito. En un viaje en tren hacia otra de sus exposiciones, Louis se topa con una chica que despierta algo nuevo en él, y horas después, tras muchas copas, acaba pasando la noche con ella en una isla, ambos queriendo olvidar por qué estaban borrachos. Aunque Islanne es guapa y desenvuelta, aparentemente es otra de las que le decepciona, aparentando interés propio cuando Louis se equivoca en algunas cosas sobre el negocio de su familia, pensando que la chica le ha engañado para aprovecharse. El problema es que Islanne se ha quedado embarazada y, como no es muy simpática, manda al infierno a Louis y le oculta que va a ser padre. El día del nacimiento del bebé, Louis recibe una llamada urgente en la que le informan de que acaba de tener un bebé y ni siquiera le han dicho quién es la madre. Llega al hospital desesperado, considerándola antinatural y dispuesto a luchar, pero al contemplar al bebé y a su hermosa madre inconsciente, decide que no permitirá que el niño crezca sin un padre como lo hizo él, y en cuanto despierta, encuentra la forma de atar a la niña a él, a pesar de que sigue considerándola traicionera y maliciosa. Cuando no puede, alguien le da un empujoncito y la convierte en su esposa por él. Islanne se encuentra casada por un accidente del destino, y no va a ponérselo fácil a Louis mientras pueda: "¡Nunca te quise! Si estamos casados, ¡es por tu culpa!", le repite al hombre del que sospecha que la engañó con unos papeles que, en su mente, nunca fueron de matrimonio, aunque él no tiene la culpa. "¡No tuve elección! Firmaste esto cuando tuviste a mi hijo, nunca dejaría que te fueras con él, ¡así que no obligué a nadie!" ¿Habrá un ganador en esta lucha?
Luana hace todo lo que puede, y lo que no debe, para recuperar el amor de su novio, ¡que no la merece! Paga dos días en un crucero de lujo, pero cuando se despierta por la mañana, se sorprende al darse cuenta de que se había equivocado de habitación, ¡y de novio! Se había acostado con un desconocido y no sabía qué hacer. Igor es un exitoso director general y piensa que el dinero lo puede comprar todo. Cuando se da cuenta de que ella no es quien pensaba, se siente engañado por ella y la ignora porque ya tiene la novia que ama. El problema es que un mes después, Luana descubre un embarazo, y ¿le hubiera gustado tirarse al mar, cuando aún tenía la oportunidad, de quedarse embarazada sólo de un desconocido que la ignoró, y luego pensó que lo había engañado? Realmente tuvo muy mala suerte, ¡y una mala suerte con una gran deuda que pagar a un usurero! Pero, no todo salió como habían planeado, y debido a las influencias y también al bebé, ¡acaban casándose! Igor no acepta en absoluto esta situación, y empiezan a entrar en conflictos y complicaciones, ¡sobre todo después de que él le pida a ella que firme un documento de divorcio tras diez meses de matrimonio! ¿Podría surgir el amor en medio de esta confusión? ¿Cuánto tiempo necesitará Luana para cambiar las cosas? Igor tendrá que darse la vuelta para recuperar a su mujer, ¿le dará ella una nueva oportunidad? ¡¡¡Ven a descubrirlo conmigo!!!
Ricardo Taylor necesita novia urgente! Tiene que demostrar a los accionistas de la empresa de su difunto padre que es un hombre serio y que hará crecer la empresa tal como lo haría su padre. El problema es que no tiene, ni quiere a nadie como esposa, esta decepcionado de la vida, y solo quiere solucionar el problema de una vez por todas, y piensa que la idea de su primo de comprarse una seria perfecto, no tendría que dar explicaciones a ella, nadie, ni cariño y atención, que es algo que él no sabe. Conoce a Mayara Gomez en Argentina, y al darse cuenta de su problema de dinero para pagar el tratamiento de salud de su madre, le presenta un contrato, y Mayara, al no tener otra opcion, decide firmar. Mayara Gomez es una mujer fuerte y decidida que ya ha sufrido lo suficiente para llegar a donde esta, y se ve obligada a casarse con un hombre que no le gusta, para salvar la vida de su madre. Mayara es una mujer seria, y que nunca ha tenido una cita, piensa que un año pasará rápido, especialmente para aquellos que no tienen expectativas de encontrar el amor. Cuando se firma el contrato, inmediatamente la vida de los dos se transforma por completo, descubrirán que no son los únicos, que no los quieren juntos, ¡y tal vez ni siquiera vivos! Giros, deseos, peleas y sentimientos... ¡son solo el comienzo de la historia!
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
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Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. La mujer que Pierce nunca podría olvidar incluso si ya hubiera acordado casarse con Kelly. *** Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. *** Dado que su amistad se había convertido en una jaula, Kelly decidió dejarlo en libertad, así como a la miserable misma. Pero ¿por qué entonces fue Pierce quien se negó a seguir adelante? Para empeorar las cosas, su diabólico hermanastro también intervino de manera dominante al mismo tiempo, pidiéndole que fuera suya. *** ¿Su príncipe azul contra su hermanastro diabólico? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio?
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