/0/12554/coverbig.jpg?v=2777013b176a1104cf9c974b7d57a1b6)
Para él yo no soy alguien importante. Soy una simple prostituta que por casualidades del destino quedó embarazada de ese importante hombre. Maximillian lo único que quiere de mi es a mi hijo, su heredero como él lo llama y aunque jamás lo diré eso me duele porque estúpidamente me enamoré de él, sé que jamás va a presentarme en sociedad como a la madre de su hijo, también estoy segura de que tratará por todos los medios de quitármelo y lo hará gracias a su poder... a menos que yo no esté aquí para que pueda reclamarlo. Este niño es mío y nadie nunca va a quitármelo. Eso es lo que pienso mientras acaricio mi vientre con determinación.
Roma, Italia.
Un año después:
Mi corazón late aceleradamente mientras me deslizo de un lado al otro por la sala vacía de la habitación de hotel donde me encuentro.
No podía dejar que él me encontrara.
No cuando he hecho todo lo posible porque él no me encuentre en este año que llevo huyendo de él.
Lanzo una mirada por encima de mi hombro a la cama donde yace el motivo de mi huida.
Markus es mi vida entera y si tenía que darla para que se quedara conmigo lo haría.
Yo sería capaz de absolutamente todo por mi hijo.
Deslizo la mirada por su pequeñito cuerpo arropado por las sábanas mientras él duerme pacíficamente sin saber que una amenaza nos rodea.
Una amenaza a la cual no puedo enfrentarme de lleno ya que no tengo las armas suficiente para hacerlo.
Me frustra que él me haya encontrado.
La cólera recorre cada partícula de mi cuerpo con fuerza logrando que este tiemble ligeramente.
Aprieto mis labios y me dirijo a la ventana de la habitación donde puedo ver todo a la perfección.
Su auto sigue ahí y el terror me recorre lentamente reemplazando a la cólera.
- ¿Qué está haciendo aquí? -maldigo por lo bajo para no despertar a mi bebé-. ¿Acaso va a revisar todas las habitaciones hasta encontrarme?
Cerré la boca abruptamente porque sabía que él era capaz de hacer eso y mucho más.
Maximillian es un hombre que no teme en establecer su poder.
Es capaz de todo por conseguir un objetivo y el suyo claramente es obtener a mi hijo.
-Pero no va a hacerlo -aseguro con fuerza mientras que me dirijo hasta la cama tomando a mi bebé con suavidad entre mis brazos.
Lo acuno contra mi pecho sintiendo su calor, logrando que mi corazón latiera cada vez más deprisa.
Mi niño sigue dormido contra mi pecho, tan pequeño.
Tan frágil.
Tengo que protegerlo de todas las cosas.
Debo hacerlo.
Él es mi hijo.
Nadie jamás va a quitármelo.
Ni siquiera Maximillian con todos sus millones.
Así tuviera que hacer hasta lo imposible por lograr mi cometido.
Soy capaz de dar la vida por mi hijo.
Debía aprovechar si él estaba recorriendo todas las habitaciones para encontrarme.
-Tengo que irme de aquí -es el pensamiento que me hace tomar el bolso donde llevo todas las cosas de Markus.
Lo coloco con dificultad en mi hombro y comienzo a caminar hasta la puerta pero justo antes de llegar a esta se abre con estrépito mostrándome el rostro que hace unos minutos había visto logrando asustarme.
El mismo rostro en el que no he dejado de pensar durante todo este tiempo tontamente.
Él tiene el ceño fruncido y sus ojos me miran con una frialdad que se clava en mis entrañas dejándome sin aliento por un instante hasta que desliza su mirada al pequeño bulto entre mis brazos el cual observa con fingida ternura.
Una emoción que cambia al volver su mirada a mí después que oigo como llama a mi hijo su -heredero-.
La palabra me hace estremecer porque sé que significa y no hablo del significado de la palabra.
Eso va más a allá de todo.
Maximillian nunca había podido tener hijos con su esposa y ya que esta había tenido un hijo propio que murió de pequeño, Maximillian asumió que él no podía tener hijos.
Ahora está aquí, mirándome fríamente seguramente para que le entregue a mi hijo.
Su único heredero pero eso jamás va a pasar.
Incluso con todo su dinero no puede arrancarme a mi bebé de los brazos ¿Cierto?
Yo tengo mis derechos como madre de Markus y ni siquiera él puede pasar por encima de ellos.
-Lo arruinaste todo cuando huiste, Rebecca -afirmó él con una voz terriblemente suave a pesar de su ceño firmemente fruncido.
-No vas a quitármelo, no tienes derecho -espeté temblorosa alzando mi barbilla para que él no viera mi miedo claro-. Markus es mí hijo.
Su mandíbula se apretó con rabia y pude ver una lucha interna en sus ojos.
-También es mi hijo -rugió él haciéndome estremecer.
-Déjame irme a casa -murmuré temblorosa.
Había sido una horrible casualidad volver a verlo sin embargo podía escabullirme ¿Verdad?
Podía volverlo a dejar atrás.
Fuera de nuestras vidas.
Sus ojos me observaban de forma penetrante logrando que mi respiración se agitara aún más.
-No seas tonta Rebecca, yo mismo te llevaré a tu casa porque no te quedarás un día más allí.
- ¡No tienes derecho a decidir nada por mí! -exclamé furiosa pero lo único que hice fue que mi niño se moviera inquieto en mis brazos pero gracias a Dios no despertó.
-A partir de hoy vivirás en mi hogar --continuó él como si yo no hubiera hablado, su voz era gélida e imperturbable.
No se parecía en nada al Maximillian que yo conocí hace más de un año.
-Claro que no, te volviste loco si crees que yo voy a obedecer alguna de tus órdenes. ¡Déjame en paz de una vez por todas!
Algo oscuro cruzó por sus ojos sólo que no distinguí de qué se trataba pero de igual manera me hizo estremecer.
- ¿Adivina qué, mariposa? -preguntó con voz lenta y letal que logró estremecerme de inmediato no sólo por su tonalidad sino también por el hecho que me llamara -mariposa- como solía hacerlo antes, cuando estábamos juntos-. No tienes opciones. Estás en mis manos y si realmente no quieres que te quite a Markus vendrás conmigo ahora mismo.
Quise gritar y maldecirlo pero supe que él no amenazaba.
Maximillian siempre cumple con su palabra y eso es lo que más me causa miedo aparté la mirada de él cuando sentí mis lágrimas acumularse en mis ojos para que no viera mi debilidad y en cuanto las aparté volví a mirarlo llena de rabia y odio.
-No sabes cuanto te odio -afirmé y aunque yo misma sabía que no era eso verdaderamente lo que sentía por él.
La mirada de Maximilian no flaqueó.
De hecho en sus ojos no podía ver ningún sentimiento más que frialdad.
Como si no le afectaran mis palabras y probablemente no lo hicieran.
-No seas dramática y camina.
Estamos perdiendo el tiempo aquí -dijo haciéndose a un lado para que yo pasara.
Temblorosa lo hice pero odié lo que sintió mi cuerpo y corazón cuando pasé por su lado en una distancia tan mínima que tuve que rozar su pecho con mi brazo.
No me volteé a mirarlo.
Mantuve la mirada firmemente de frente.
Podía echarme a correr... pero ¿de qué serviría?
Sería completamente inútil y peligroso para mi bebé.
¿Cómo pude imaginar que él no me encontraría?
Después de todo Maximilian es sumamente poderoso.
La angustia hace mella en mí sin saber hasta dónde nos dirigimos pero no sólo por lo incierto sino por el temor a que mis sentimientos por él sean revelados.
No puedo permitir eso.
Sería algo que yo jamás haría.
No estamos en igualdad de condiciones y debo recordar eso.
Protegeré a mi hijo de absolutamente todo y haré lo que tenga que hacer para que siempre permanezca a mi lado.
La pasión arde en sus venas como su deseo de pecar y consumirse en las llamas. Ayishah Al-Husayni, princesa de Tufayl, no solo desea a un hombre sino a dos en específico. Su guardaespaldas arrebatadoramente duro y sexy, y también su sirviente, dulce y pecaminosamente hermoso. Por más que lo intenta, no logra sacarlos de su cabeza... ni de su corazón. Nunca ha dejado de intentar seducirlos y aunque ellos se resistan no pueden evitar caer en su encanto devastador. Pero la vida en el palacio no es color de rosa y el amor llega de la forma más inesperada. El problema es cómo van a contener ellos este sentimiento tan irresistible y a la vez mantenerse apartados de la vista del rey.
Ella se encontró perdida en una pasión abrumadora que la sedujo al punto de hacerla perder la cabeza entregándose al más placentero de los pecados. Estaba cazando a un hombre rico sin saber que quien terminaría cazada sería ella y no por cualquiera, sino por su jefe, ahora el resultado de su noche de pasión estaba en su vientre y no tenía ni idea de cómo hacerle frente a esto.
Un viaje relámpago a Italia hace que la vida de Natasha Parisi de un giro sorprendente. Jamás se ha visto involucrada en nada que no sea la vida de rica y mimada a la que su tía la acostumbró, todo cambia cuando sin querer entra abruptamente en la vida de Adriano Bicchieri el mafioso más temido de todo el país. Ella no podrá decidir si escapar o no porque se ha convertido en una presa desde que los ojos del mafioso estuvieron sobre su cuerpo y por más que tratara de huir ese cazador no la dejaría escapar. Está atrapada. Aunque más tarde entenderá que quizás se encontraba mejor justo entre sus brazos entregándose a la pasión descarnada.
Ella era su propia persona y sabía exactamente lo que quería. Era dueño de todo el maldito asunto y pensó que podía hacer cualquier cosa. Ella tenía algo que él quería pero no sabía. Él tenía lo que ella siempre había soñado, pero no tenía idea de cómo lograrlo. Ella mintió por amor. No perdonó a nadie. Lo odió desde la primera vez que lo vio. Trató de destruirla de todas las formas posibles. Bárbara Novaes nunca imaginó que su apacible vida daría un vuelco de un momento a otro, cuando una petición en su lecho de muerte haría que su principal objetivo fuera entrar en la vida del CEO más conocido del país. Heitor Casanova nunca ha visto a una mujer tan persecutoria e insistente como Bárbara. Pero no se le pasó por la cabeza que no quería lo mismo que todos los demás: "él". El vínculo que los unía los obligaría a vivir bajo el mismo techo, con un único objetivo común: proteger lo que más amaban. ¿Es posible que la ira mutua se convierta en amor? ¿Admitirían los nuevos sentimientos que estaban surgiendo y que no eran capaces de aceptar? Y superarían juntos todos los obstáculos que se crearían para evitar que esta relación sucediera??? Mis primeros enemigos de amantes y CEO juntos!!! que va a hacer??? No sé. Quieres averiguarlo conmigo???
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Inocencia es una mujer que fue criada en un monasterio y quien más tarde se convirtió en monja. Esto no le duró mucho, ya que unos días después fue expulsada al ser descubierta rompiendo su voto de castidad. Antes de irse del monasterio recibió información de su verdadera familia y se propuso ir a conocerlos. ¿Será que Inocencia logra encajar en su nueva familia?
Se me ocurrió casarme por contrato falso, con un hombre que está comprometido con su trabajo. Ese hombre también es mi jefe Albert pensó que sería divertido ir a Europa y casarse. Todo fue diversión y juegos hasta que estuvimos caminando la mano por las calles Europa. Solo éramos nosotros dos, pero Albert rompió la única regla que nos impedía estar juntos. Me dejó EMBARAZADA. ¡Albert nunca amaría este hijo nunca! Él está centrado en su trabajo y no quiere complicaciones. Ahora, tengo dos opciones. Decírselo y arriesgarme a perderlo. O mantener mi en secreto y aun así perderlo. Con cualquiera de las opciones, terminaré con el corazón roto. ¡A menos que un milagro salve nuestro matrimonio y nuestro futuro del colapso!
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".