eparar la cena, estaba acostumbrada a comer sola, y cuando
na no abriríamos ya que era mi cumpleaños, y que estaban mas
ntador, y a su vez era uno de los mejores amigos de mi papa. Fue devastador para su familia y para mi familia, lo queríamos muchísimo. Además su esposa Samanta a penas tenia siete meses de embarazo, y los únicos ingresos de dinero que tenia era de su papa y de Zach. De mas esta deci
y riendo con Zach, era normal que estuviera cansado, le tome una foto y se la envié a mi mama. Por suerte pensé en hacer una comida rápida, pollo a la crema de verdeo con papas al horno. Después de fijarme
as de tierra en su espalda y cargando una bolsa de tierra, después envió la frase
ronca por la excitación me hum
para quitarla, la quería fuera del camino, una vez que la quite
ejarlo apoyado contra la puerta, teni
mpo, mientas que mis manos paseaban por
soy tan mala como para no dejarlo bañarse, per
o salgas, te vas a sentar a comer
la cena y vigilar a Liam- me acerque a
ede apoyada en la puerta viendo como se alejaba,
ergüenza de mi misma, así que me acerqu
do salía del baño no me secaba bien y me calzaba, me iba a
que lo estoy pero si no te lo decí
on la mía, el brillo en sus ojos marrones se not
a leyendo, escribiendo, llorando por mi boyband favorita, por personajes ficticios, saliendo de fies
sica, llorarle a personajes ficticios, salir de fiesta con mis amigas y cuidar a mi he
atriz, cada tatuaje, aunque me faltaría algún que otro tatuaje nuevo. Salí del baño
ue una caja de color dorada, tenia bombones que había preparado e
o el ron resaltaba aun mas su sabor, es por eso que es el m
que pruebe bombones en estos d
azo, regresábamos de un paseo en el parque y pasamos por la tienda, le di
umbre, parecía un niño ansioso por s
manzana, mandarina, café y limón, seguramente esos fueron los que te dieron. Los demás vienen c
te veías cansada, pero aun así
lo ser demasiado amable y confunden mi amabilidad con coqueteo
normal quedarse mirando algo o alguien
indo pero aun así un acosador. Me reí mentalmente por eso. El no era el único que me miro