puede
ace él
que estabas en el de
me
Samael
o y complicado
de cabello venía de familia, aunque, a decir
seria y entumecida. Trato de
veo una sombra de
ces en el departamento de
uevo, por
cuidando al perrito. -Retrocedo
rador, como si estuviera a
erior del apartamento, pues seguro id
algo, pero
¿Acaso estás s
in
-El pánico crece y mi v
l hospital durante tres semanas. A pesar de la denunc
amente, pues es fuerte, cruel y no
pesar de que
ras la dueña. ¿Te estás acostando co
Percibo el alcohol en su aliento-. ¿Por m
s. Le ruego a Dios que alguien del servicio secreto
rás. -Se lanza sobre mí con expresión fe
el rostro, los hombros, el abdomen, las piernas. Bruno no deja de patearme y yo jadeo de dolor, pero él no se detiene. Solo se ríe
tirme en un monstru
olpes, pero ya no puedo reaccionar. Cierro los ojos
mira co
que formes parte del proyecto, pero te od
limbo y no
ll
proyec
afán de perfeccio
robándome el a
adre. Esa puta pagará por haber parid
que nadie pague por los errores
mi cuerpo
r que se salg
lo detuvo, aquella que nunca
enviarte a
endo y que tengo que hacer algo para no morir. No
ejos del corazón a la cordura y permití que el peligro me sedujera. Siempre he dejado que la cobardía me domine y
me llevado a esto -vocifera sin dejar de apret
canzar el mazo. No quiero que está pequeña chispa
pensando q
porquerías al culparme por todo. No puedo seguir teniéndole a alguien así-. ¿Por qué con él
vomitar
músculos se muev
ormentas que me ha
pues son débiles, ta porque nece
que lastiman para darles un poco
ra acariciarme la cara
lástima que tenga que matar
un puñado de mierda
a caer
la Kira q
Bruno como algo pod
distinguir entre el
voy a tener piedad con
de su agarre para ente
Me deslizó hacia el mazo y lo agarro
Bruno, pero él lo elude y se
esta
estrella contra la pared. Los ojos se m
avo la rodilla
suelo, aulla
y esta vez le tritu
entrepierna. El desgraciado se contorsiona, pero ya no puede detene
a de su boca y yo lo e
R, KIR
áll
enazadoramente
te suplicaba que te detuvieras
doy un golpe tan fuerte que
un costado. Me tambaleo, alejándome. Veo tanta sangre que
ue alcanzarme. Me apuñala de nuev
el rostro desencajado,
n diabólica y contorsionada, no
su interior lo obliga a pelear. El odio que he acumulado hacia él
la y lanzó un
saldrá con vida. Ya no soy la Kira que se asu
, pero esquivo su embestida, respondiendo al ataq
ad de heridas emocionales que me causó, las pocas veces que dormí tranquila, el mie
último de mis fuerzas y le lanzó un golpe definitivo que le d
o lo hacía más fuerte supe qu
y mareada. El dolor me abruma y me desplomo en el piso. El
ve
do mi
cadenas que me