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Historia
Hit me, Cupid

Hit me, Cupid

Autor: guangyue
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Capítulo 1 1

Palabras:1496    |    Actualizado en: 07/02/2023

po indefinido, pero el problema es que no hay nadie disponible que sea medianamente decente.

oce como la chica detrás de los libros o como la chica intelectual en la esquina de las clases. Mis

ona detrás de la máscara tr

murmullo que hace que esa persona especial se materialice si solo dejas caer tu nomb

lamente com

P

llas. Sobre todo ahora que era el comienzo del año, donde todo el mundo todavía estaba abrumado por una especie de humo de color rosa después de haber pasado un verano glorioso. Todo eso era un homenaje a mi hab

cirle a Cupido cómo hacer su trabajo. Las personas confían en el juicio de Cupido más que en

e que yo escogí es más feliz que la

T

n a esa voz mientras me incli

de los

fría como el hielo. Me obligué a no responder

lidad tenía más bien un tono de r

por una nerd. Me leva

s me ponía de pie-. Pensé qu

mucho más alto que yo antes de detenerme en sus ojos. Las palabras casi se atragantaron en mi garganta

con toda clarida

s réplicas implicaban que había algo que defender y eso era imposible. Al menos para Darren McGavern, el Príncipe de Hielo, el chico más rud

chica de los libros». Por lo

ás bien informada -se burló-.

era un eufemismo. Simplemente me negaba a bailar al ritmo de su música, o eso es lo que siempre pensé hacer en el

mirándolo con tanta inocencia como me

area divertida.

, esa expresión me habría parecido horrible. En él, no

ver lo que metió dentro, ya que su alto cuerpo me lo impidió, pero estaba segura de que había metido algo.

e las cosas que podría haber hecho para mostrar su gratitud sin comprometer su dignidad. Pe

no sonar demasiado aturdida ni siquie

RR

enas me llegaba a la barbilla, a la que podría partir a la mitad sin ningún esfuerzo, se enfrent

insolencia. Se atrevió a corregirme, incluso a fastidiarme. Bueno, por

util y sonrió. Tiré

nadie. No va

e de convencerme de lo contrario. Pero eso

a llegar a mí. Maldita sea. Maldita niña, que se vaya al infierno a donde pertenece con su ropa de tienda de segunda mano y sus joyas de diez centavos (no, no creo ni que

, D-M

a tan rico como yo, tan solo los Lexington lo eran. Sin embargo, era fácil de llevar, no discutía y se lo

-respondí con

esta semana? -preguntó, tro

el fútbol (era el mariscal del equipo). Sin embargo, no necesitaba el deporte. Mi buena apariencia y el dinero me daban a todas las chicas que jamás podría desear. Bu

Brock aún seguía parloteando-. Es probable que ganemos, pero un

iado entusiasta. Y hablador. Me vi obligad

n casa de

ial. Lex celebra f

vez lo había admitido en voz alta. Las fiest

ck. Vamos a una casi tod

rmanastra de Lex se deja ver. No l

ene una

ción. Conocer a chicas nuevas era siempre bueno. Ahora casi todas tenían pareja graci

r? -pregu

respondía lo mismo. Otro ej

lo hago siem

o y ella retrocedió con prisa, mirándome con cara de as

nvirtió en una m

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