la corporación? -pregunta Scarlett, en esp
es y aclarar cosas, pero primero ayudará a su
amos saber qué habilidades tiene, para poder darle un cargo -responde, ofreciéndole tranquilidad a la pelineg
-
as de la man
que ha tocado su ventana es el perro fiel de su abuelo, lo que solo puede sig
de planes, nos
oy a perder la oportunidad de disfrutar de las
su traje negro, guantes y usando corbatín. Anteojos y su cabello peinado de medio lado
o -responde el hombre
añero, lanzando un profundo suspiro mie
ar a su abuelo y, sin duda, a la bruja de su
viso cuando lleguemos -él
-
és, ingresan a l
pulencia y rique
la entrada de la casa principal. Las puertas de m
es en madera de nogal exclusivos. Cada deta
lia, de origen italiano, ha estado ligada a l
s productores número uno del gremio. Su hijo mayor,
os de rebeldía y juventud. Le enviaba una cuota de manuten
que estudiaba periodismo en la misma universid
de futuro; era un acuerdo de beneficio mutuo: ella le of
rir sus gastos; sin embargo, dejó en claro que no le interesaba un a
lo veía como un estorbo en sus planes. Accedió a tenerlo solo
iado por los padres de Alejandro y, cuando él cumplió la mayoría de e
nque ella siempre le envía un presente con tarjeta par
sitaba que alguien le explicara por qué su madre nunca lo abrazó en
, Angie volvió
e la pequeña Karina despertó
viso, pero él no la recibió. Comparte tiempo con su hermanita, a quien adora, pero co
-
Gard
ó todas sus becas, aunque Alejandro tenía el talento para ganarlas por sí mismo. El patriarca no permitiría que uno de sus ni
de Alejandro, ganando su afecto y respeto. Sus abuelos se convirti
de rivalidad y desprecio que Reni, su tía, les ha inculcado. Reni era la sombra que carcomía lo
-
la de la
su presencia. Se acerca con cariñ
alimentando bien -gira a su alrededor-. Estás muy delgado y parece que no has dormido. V
la siempre parece saber e
ndo al joven en el despacho -anuncia Franco,
no ves que mi muchacho necesita ponerse presentable y comer algo? Ve, hijo, a darte un ba
u recámara. Sus abuelos le asignaron una habit
e nada que hacer contra el mandato
! -exclama doña Renata, cruzándose d
le pregunta el noruego, envolviéndola en sus
s como te quiero. Acompáñame a la cocina y te s
e es mi preferido y nadie lo
ateado, ojos color miel similares a los de Alejandro, una tez blanca y un ro
nata a su joven empleada, quien deja escapar un suspiro tan sonoro que hast
ando el flan con los ojos entrecerrados, como
esponde la mujer
aún, al ver cómo el noruego se relame el labio.
or unos fuertes gritos q
seguirás defendiendo
n la mano de Mikel. R
ra él, mientras la tensión crece c