rnía sobre la colina, proyectando una sombra que alargaba la figura del palacio. Había soñado con este momento muchas veces, pero a
ró alrededor, absorbiendo cada detalle: los suelos de mármol pulido, las paredes adornadas con retratos familiares y tapices antiguos, y la luz do
s unidas delante de él, con la postura recta de un líder nato. Su traje oscuro se ceñía a su cuerpo como una seg
n, su voz, a pesar de la frialdad, cont
, aunque la duda y el nerviosism
ancia. La atmósfera se tornó densa de inmediato, como si el aire que compartía con Damián se cargara de una e
eria se posó en el pasamanos mientras lo seguía, los pasos resonando en el suelo pulido. Cada peldaño que subía aumentaba su ansiedad. L
emente, revelando una habitación que había sido decorada con un gusto impecable: tonos beige y dorados, muebles de madera ant
más suave, aunque el aire seguía cargado de
preguntarse si ese "comodidad" era solo
ndo el cuarto con una expresión qu
ue reemplazado por la frialdad habitual-. Ahora, si me permites, te dejo descansar. Esta noche tenemos una
solo un momento de presentación pública, sino un terreno de pruebas donde tendría que mostrar su valor. La sonrisa d
ho -dijo antes de cer
atrapada en un mundo del que solo había vislumbrado sombras, se alzaba ante ella. Sus pensamientos se interrumpieron por el sonid
vor, acompñeme -dijo, sin mirar a Valeria, con la voz tan monótona qu
anzas frías y sonrisas que escondían cuchillas. Sabía que esta noche marcaría el inicio de su verdadera prueba, y que cada mirada y cada palabra tendría que ser medi
dónde estás dispuesta a llegar para lograr lo que deseas?" Y con cada paso, la respuesta se volvía un poco más difusa