img El hijo del señor Walker: Embarazada por error  /  Capítulo 8 No eres tan santa como pareces | 53.33%
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Historia

Capítulo 8 No eres tan santa como pareces

Palabras:1901    |    Actualizado en: 14/08/2024

ítu

n santa co

nada. Miré por encima de mi hombro, buscando algún rastro de mi novio, pero, para mi mala suerte, ya se había marchado de aquí. Aceleré mi paso y metí la mano

l teléfono? -cuestionó de

a difícil para mí contactar uno por la zona en donde vivía. Lo mejor por ahora era tomar un taxi y queda

alcanzaría para llegar al edificio donde vivían papá y mamá. Mis tacones se sintieron un poc

nuevo a mi jefe, aun cuando esto

l momento en que procuré pasar la calle para tomar un taxi en la sigui

ba mo

l v

mport

puesto

e casi inviable no tropezar con mis propios pies. Mi cabello se sacud

y mordí mi labio inferior para

ás como una orden que como una petic

mé de nuev

milló como quiso. ¿Ustedes los ricos piensan que los pobres no tenemos dignidad? ¡No sé

le un heredero pronto. -Lo comprendí todo-. ¡Tengo demasiada carga ahora m

beb

es para mantenerlo dentro de

lker. ¿Qué te dará Henry si regreso a la

scuchar lo último, y sonr

ita James -espetó, y lubricó un poco sus labios co

¿Dé que

no encima. Mi respiración se cortó rápidamente al percibir su mano

vehículo-. Lo vi todo. Siendo honesto contigo, m

interesa! -Un calambre perforó mi

iz a mi pecho para luego

con la voz temblorosa-. ¡Voy a

eca para, en un abrir y cerrar

ra quieres tener sexo con...? -Un golpe en seco em su cara obligaron a cada una de sus palabr

ró con la ca

ndo, señor, pero no puede v

ra entiendo por qué mi papá

o cada vez que te crea

ongado se instal

mejilla hinchada-. Nadie se había atrevido a llegar tan

ano en mi americana de repente y

estoy de ánimos para escuchar tus estupideces. Ya estoy asqueada de tu presencia. -Met

pondió, y miró el interior d

rar la puer

vas a entrar a mi casa.

enido? -Dio un par de paso

querría a un tipo ta

o me doli

de p

tu empresa por su culpa! -Empujé su cuerpo a un costado del camino. Mis brazos se cruzaron a la altura de mi pecho y mi v

osamente cerca de mí. Hasta ahora no me había fijado bien en el azul de sus ojos. Su mirada era tan cristalina

nía-. Papá te quiere de vuelta. Si no te llevo, le dejar

caminé hacia la autopista. Tenía un poco de hambre, así que iría a un rest

es, Emilia, pero te aseguro que Anton

con mis propias manos, sino también molerlo a golpes hast

do local de doña Paquita, una anciana de Guadalajara que vino a los Esta

uí? -susurró a u

uí. Y, si no te has dado cuenta, a estos lugares se vi

ué la p

milia, al meno

s tan estúpido y pendejo es que el amoníaco se ha

esita a un costado de una enorme ventana. El siti

consultó la anciana, y me mi

ban el deterioro de su cuerpo. Sin embargo, el bril

birria. ¿Saben que son

te mis palabras me e

er al señor Walker agarrar una silla de una de las mes

lo que me hub

el restaurante no tenía ni siquiera una estrella michelín, pero

acal. -Me vio llevar un pedazo de tortilla de maíz a la boca,

des ir largando de una vez. -Sonreí y bajé la voz en

mé del mismo, chiles, limón, salsa verde y

algo? -inquirí

amo m

né lo

cretino,

era vez que

risa me prov

iene miedo -repliqué, y llevé

abores dentro de mí. Esto era tan parecido a un o

r qué me ten

so y exquisito taquito-. Todas las personas a las cuales puedes m

me tien

olpeó mi cabeza, p

re mí -dije convencida de mis palabras-. Si me quedo s

io

esto del mundo lo

uando me llevé un par de hilos de cebolla a la boca-. Eres asquerosa. ¡Nad

tonalidad del sonido de la ceboll

con condiciones

a mesa con sus ma

a un costado de mi plato-. Primero, no permitirás q

ien. ¿Q

en

os y mucho menos que me humil

cerraron por

ie

ebollas para que quedara delante de él- c

frutar ta

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