ítu
racias a la cantidad de calmantes que intentaron po
ento odio, ira, rabia y unas ganas de ll
medico y las enfermeras que entran revisando mi cuerpo como si yo fuera un puto experimento
on unas correas impidiendo que luche,
agme
atada... La figura de mi abuelo se inclina hacia a mí " ¿pero él
gment
no mi cabeza a un lado y vomitó. una enfermera entra y m
sada para gritar y
o me to
mento.
Todo me da vueltas. Tengo náuse
rme al sentir sus manos callosas bajo mi barbilla y que pasa por m
escucho su voz ronca dis
–la voz se vuelve lejana, s
se pusieron so
é dónde estoy. Gi
es ya no e
e se calle!...
inmortal
r. Quiero hablarle. ¿Qué hace aquí?
ermeve
mpre me hace mecer mi cabeza de un l
semana... siento más vivas mis heridas, , nada quita el dolor
undo real, detestando las
ir inconsciencia. Después de unas cuantas veces aprendí que si me comportaba como una psicópata volverían a atarme,
ños me sostiene un vaso con pajita sin tocarme. Está sentado junto a mi cama con un libro sin título en su regazo. Distingo unos ojos negros amables. Con una mirada inteligente, no se
engo de hablar, porque ni siquiera he hablado con los médicos antes sus preguntas estúpidas. "¿Cómo te sientes hoy?" he reprimido el imp
rroristas que me hicieron esto. El anciano se endereza en la silla, parece incómodo pero se remueve hast
ana des
lo que me dirijo a las enfermeras y me liberan con temor, me han suspendido los analgésicos y ag
libro y con la ayuda de un bastón se acerca a la mesilla para l
or de mi cama desatando las correas, en cuant
rac
da porque, así que no intentara la típica terapia psicológica de mierda que todos a
estúpidas que el doctor y las enfermeras, ni el desfile de pr
un así no pude evitar preguntar. Por la
stencia al veter
upe qué decir
s puedo moverme. Ciento ca
undos después irritada. No le qui
coge de hombros. Lo miro con el ceño
jó aquí. La enfermera, Nora, se alegró tanto que por f
eo, podría detectar un
has esta
que me hace gracia y no puedo evitar reírme. Cierro
inhalo
cargarte algo. – escucho como
a – mu
que te dej
tonces...
abro los ojos y le miró p
alia kal
.
marcharse – Soy el capitán Robert R
or estar aq