contrarse: Emily y Nathan. Desde niños, sus caminos se cruzaban en
aba el vaivén de las olas mientras ayudaba a su padre, Donovan, en el cuidado de los jardines de la mansión Baker.
Cuando sonreía podía iluminar todo a su alrededor. Sus ojos grandes color café brillaban mucho. Emily recorría los pasillos del pequeño supermercado del pueblo, con una sonris
. A pesar de las dificultades que a menudo acompañaban su vida en el pueblo, Emily nunc
ltraban por las ventanas del supermercado iluminaron su rostro, resaltando los destell
erizaban, sin saber que cada pequeño acto de amabilidad que realizaba estaba tejiendo los hilos de su destino con el de aquellos que la rodeaban
ó a la realidad. Pego un salto y notó el viento que dejo el coche al pasar en su cara. Miraba el coche alejarse con incredulidad, ella iba distraída, pero el conductor ni siquier
olo el mar podía brindarle. Mientras caminaba, el suave murmullo d
ia imponente contrastaba con la atmósfera serena del lugar. A pesar d
tomó una decisión que cambiaría sus vidas para siempre. Con determinación, se ac
l destino tejía sus hilos invisibles, gui