omento. Sus lágrimas nuevamente no tardaron en salir y rodear sus mejillas, sus pensamientos no la dejaban. Y se culpaba por no leer aquel contrato. No leer aqu
culpa de encontrars
a coneja había intentado escapar sin éxito alguno, ya que se dio cuenta de que si
podía sacarla en donde se metió, estaba perdida; demasiado perdida en ese momento y con un dolor de cabeza que llegaba a estrem
su cuenta. Aun si escapara, Olivia entendía que no podría llegar lejos cuando todos desesperadamente le habían puesto un gran peso encima. Aquello que pedían para vivir en un lug
n entraba a la habitación después de dos días en donde solo dejaban la comida cuando ella no veía. Eso le había dejado de importar a la omega.
a. La empleada dejo la prenda sobre la cama del mamífero lagomorfo y salió sin decir nada. La coneja se acercó curio
raño, a m
risa en sus labios se lo puso y se arregló. Miro una nota que parecía haber caído de la bolsa transparente q
impieza, espero llegar y ver mi habita
rmuro con el
aneado y ella fue tan estúpida al no darle una hojeada. Si fuera así no estaría en esa situación, siendo algo que la estaba
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er basura y polvo en tantas partes hizo que una comezón creciera en sus manos al ver tales cosas, por lo que ahora limpio e impecable la hacía sentir bien. Se giró
o sus ojos lo estaban engañando al mirar como aún con aquel conjunto
me reti
er tan amable con ese hombre, per
Creo que a partir de ahora utilizaras eso. También pienso que desordenaré todo lo
rvienta? -pre
i quiero hacer algo no va a ver impediment
ión de Dmitry sobre el abdomen bajo de la coneja, una que sentía sin mucha presión de parte del felino
o, no parecía ser igual a su ex-prometido que aunque ella se negara no le hacía ca
fin como aquella gente era, algo que la hizo salir de su burbuja a la fuerza. Nadie nunca la amaría y por lo vi
tar en esa situación con él. Solo daría luz verde a nuevos rumores falsos en donde seguro, ahora afirmarían a todos que
-dijo
ja -. Mañana te quiero ver en mi despacho con la misma vestimenta, tend
ababa de negarse a estar en la cama con ese felino. Algo mareada salió del ático y camino escaleras abajo, seguía pe
o era
razón la moren
cuela siempre sus compañeras le mostraban la envidia por ella tener un rostro hermoso que mostrara una ternura al mirarla, era odiada por sus ojos únicos. Y también p
dos que eran ahuyentados por su amigo de hermosas pecas. Lo extrañaba, ya que él le había ayudado a salir
a pensar si el felino tenía buena vista o si simplemente la estaba molestando como para que la dejara
reír al ella creer que