osa y solitaria era el escenario perfecto para una tortura; para ha
dónde Enzo y sus cómplices la habían torturado, haciéndola sufrir la peor de las miserias hasta que no quedó nada
tore, dos años de que las agujas del reloj habían comenzado a movers
illa, su ropa sucia, la sangre pegada a su piel, un ojo hincha
la lastimaras?, ¿cuando te suplico que no la tocaras?, no ¿verdad?... esto no es nada comparado con lo que ella sufrió - la rabia estaba plasmada en la voz
antes de inclinarse y arrancar una de las uñas de la mano derecha del hombre
atado, antes de que dejarán caer un chorro de alcohol sobre su nuev
r a Ludovico Petrovish? - Indago Al
andro puso los ojos en blanco; era increíble como al ser reducidos a nada menos que basura, podían suplicar
a y realmente le importaba muy poco. Era el tercer nombre que tachaba de su lista, en el transcurso de dos años era el tercer hombre con el que acababa, estaba llevando
Colombia a sido entregado con éxito - inf
sin inconvenientes - opino Alessandro, frunció el ceño al notar la expres
to las facciones de Alessandro mutaron, durante los últimos dos años se había encargado de apoderarse de las principales rutas y negocios de La
de aumentar a niveles inexplicables
llegado una nueva nota... está vez una dirección - info
solo es basura!... Seguramente es Enzo intentando que
los que tú padre entrega mujeres - Giovanni era eficiente como mano derecha, por lo que antes de dar cualquier infor
mediato - pidió, mientras limpiaba la sangre que manchaba
entre edificios, sin duda era un lugar de difícil acceso al que no podía llegar a menos
bía un sin número de figuras, en su mayoría masculinas, bebiendo, gritando y arrojando fajos de billetes a la protagonista el espectáculo que se llevaba acabo esa noche, era una mujer de silueta
s de tacón de aguja, exageradamente altas y su vestimenta dejaba muy poco a la imagi
e ella; hasta que el espectáculo termino y las luces claras fueron encendidas, la mujer estaba de espalda; mirando so
ciar su rostro gracias a qué llevaba un antifaz sentía que la conocía y muy bien, se movió con rapidez entre la multitud, intentando llegar hacia el escena
esquivando a otras bailarinas y al personal que se interponía
como el cabello ahora rojo caía libre en finos rizos; probablemente estaba usando una peluca, pensó de inmediato - Ariadne - pronunció su nombre una vez más, extendiendo su mano