ivir vendiendo arepitas y butifarras con limón y sal en
o. -alza su puño al aire y Hans quejoso alza el suyo. -Nos vemos a las 4 de la tarde, quizás te pongan a trabajar tan pronto termine
abrazarlo y se despid
sto no e
que me
te al ascensor. -Recuerda, sunny side up, sunny side
mientras su amigo desaparece en el asc
abren con asombro y embelesamiento, al ver en carne y hueso, el umbral del tiempo, lo que cualquier artista moriría por ver un pasillo lleno de magia. Aquel pasillo, digno de los Rockefellers, se extiende majestuosamente, como un susurro eterno y manchado hermosamente del arte barroco. Sus paredes, cubiertas con una
ar de emoción, se encuentran con la hermosura de El éxtasis de Santa Teresa de Gian Lorenzo Bernini, donde la escultura de mármol cobra vida, capturando la pasión y el éxtasis en cada curva y cada mirada. Por Dios, el arte fascina cuando se le presta especial atenci
Meninas de Diego Velázquez, aquello despliega su esplendor.Aquella obra nos muestra a los nobles personajes de la corte española, los cuales se congregan en un fascinante juego de perspectiva y luz.
ien por La Sagrada Familia d
sa, porque yo por ejemplo... -se atraganta al darse cuenta de la vergüenza que acaba d
mundo uno el cual Hans conoce de primera mano. A medida que su mirada sube y baja del joven, el castaño, sonrojado, no puede evitar sentir un escalofrío recorriendo su espalda, como si estuviera siendo escrutado por un ser de otro mundo, "Por Azazel", recuerda aquel nombre término entre la mafia irlandesa, "Has leído demasiado Hans", piensa avergonzado. Sus ojos inevitablemente observa la vestimenta de aquel hombre el cual dispone de un traje negro que se adhiere a su cuerpo con una p
mucho, señor
pe, no puedo culpar la fascinación de alguien por el arte. Es un
la suave carcajada del hombre. En su mente solo imagina una sonrisa ladina se curva en sus labios, revelando un toque de malicia y as
con la
a su vista rápidamente y observa aquella sonrisa donde sin duda se encuentra una sutil y peligrosa
más c
ace una reverencia y se arrepiente al instante, ab
ambiente laboral, no hay nada por lo cual formar problemas. -estira su mano cordialmente invitándolo a entrar. -Adelante, al parecer es ust
egunta, tratando de d
a compañía, a la 1 de la tarde llegan los demás suplentes para h
y alza sus manos, "Harry, maldito idiota", piensa sintiendo que la t
í que tendrá que hacer la entrevista. Después de
endo impotencia ante sus palabras llenas de cr
llos ojos color café mirando el piso con el ceño f