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La noche de los caídos

La noche de los caídos

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Contenido

Elize quien es la protagonista con 17 años, su compañera de escuela Ally de la misma edad, Catherina, Daniellie y Theodora de la misma edad que son inicialmente chicas que les hacen bullying pero terminan siendo sus amigas. Los principales vampiros que son Ezra, Enzo y Sasha, que serán los conflictos románticos en la trilogía, en el primer libro sobretodo éste último; Sasha.

Capítulo 1 El comienzo

''Queridos padres, ustedes no tienen la culpa de lo que suceda en mi mente y en mi cuerpo, yo solo ya no aguanto vivir con el vacío en el que vivo y cada vez siento que la oscuridad de este vacío me consume más y más, no quiero ser un fantasma ni un espectador de mi propia vida, lo siento, ustedes fueron los mejores padre que he tenido''

La pequeña Elize escribió aquella carta y la dejó reposar sobre la mesa, seguidamente de tomarse todos los somníferos posibles, todos lo que necesitaba. Lo de la carta era cierto. Había sido hija única y mis padres solo me han dado lo posible y más, pero algo en mi cerebro estaba mal, lo supimos cuando comencé a tener ataques de ansiedad y pánico en el instituto, luego, fueros al médico que les derivó con un psiquiatra y explicó que el cableado de su cerebro necesitaba de píldoras, que necesitaba ansiolíticos, antidepresivos y mucha mierda más. Era muy joven cuando comenzó, luego se hartó, ya no quería estar tomando una farmacia para sentirse bien. Estaba harta. Así que esa era su realidad, la de Elize. Ahora tenía 16 años y estaba por terminar el instituto, pero no tenía ni la más mínima idea de lo que estudiaría, y no quería pensar en eso.

Tomó 180 píldoras, sus padres trabajarían toda esa mañana, así que todo indicaba que estaría bien, dijo que no tenía clases, aunque les mintió. Sí tenía, solo que quería estar sola en casa. Así que todo comienza a darle sueño, las cosas comienzan a verse granuladas, empieza a sentirse torpe moviéndome por la habitación y esboza una sonrisa, éste era su sueño, irse sintiendo esto. Quería bailar, pero no podía, estaba muy drogada para hacerlo y todo significaba un esfuerzo, de golpe todos los muebles eran enormes, un obstáculo y la habitación era mucho más pequeña de lo que recordaba, así que dejó de intentar moverse y comenzó a relajarse, se recostó sobre la cama y echó un suspiro de alivio. Mañana ya no estaría. No enfrentaría nada más. Honestamente, ya no le importaba si había un cielo o un infierno, de existirlo, creía que iría al infierno, así que no la depararía algo muy bonito así que mejor era no pensar en ello. Y luego, comenzó a bostezar. Esto indicaba el final, dormiría y no volvería a despertar. La etapa final.

No sabía si había sido un sueño o estaba muy drogada, pero antes de cerrar los ojos por completo, vio la silueta de alguien allí. Un chico, con el cabello naranja, había leído que las personas que tenían el cabello de ese color significaban mala suerte, o al menos les hacían bullying por eso. Así que su mente interceptó que eso significaba el adiós.

Pero no lo hizo.

Se despertó. En una maldita cama de hospital.

-¿Porqué? -intentó balbucear.

La realidad es que no lo dijo de esa manera, o al menos no sonó así. No sé si escucharon hablar a una persona que tuvo una sobredosis intentando modular después, nunca dicen nada coherente.

La enfermera que se encontraba cercana se dirigió a ella con la mirada.

-Así que despertaste, que bueno. Bienvenida a la vida nuevamente.

Ve a lo lejos a sus padres hablar con un doctor, y sus padres la ven a lo lejos alegrados de verla viva. Estaba entubada hasta el estómago, así que supuso que le habrán hecho un lavado de estómago, sentía la boca adormecida del lado del tubo y tenía muchísima sed. Pero estas cosas suceden cuando te quieres morir y las cosas no salen como las planeas, ¿verdad? Así que se preguntó mirando el techo del hospital si luego de esto quizás no podría hablar, si quedaría medio imbécil o ya lo estaba y no se había dado cuenta, sabía que una sobredosis además de provocarte la muerte también podía provocarte otras cosas. El problema es que justamente había hecho todo lo necesario para que me muriera y no tuviera que pasar por esto.

Resumiendo esta parte porque no es entretenida, varios días en el hospital cuando eres una estúpida que no puedes llevar a cabo la muerte. Leí en algún lugar que el porcentaje de personas que llevaban con éxito el exterminio de su vida con pastillas, era muy ínfimo. Normalmente hay alguien que te salva, no te tomas las suficientes pastillas o quedas idiota. En el caso de Elize, no sabía cual fue, pero tuvo suerte de no quedar idiota, según lo que le dijeron a sus padres, había vomitado una enorme cantidad de pastillas y eso hizo que su cuerpo no recibiera tanto daño más que las primeras que sí se derritieron con el ácido estomacal. Sus padres lo llamaron milagro, porque ninguno de ellos estaba allí y ella no se había metido los dedos para vomitar, recuerda haber cerrado los ojos. Pero supuso que su cuerpo de todos modos expulsó por sí mismo y que no lo recuerdaba porque estaba drogada. De todos modos, daba igual, estaría tres meses intentando volver a ser como antes, así que escapó una tarde.

Recuerda haber corrido tan rápido de su casa y de haberse metido en lugares que nunca se imaginarían que iría, así no la encontrarían rápido. Pero la verdad es que aún no estaba bien, pero encuentra la costa del río que estaba cerca de su casa y del vecindario y en la sola baranda tambalea y cae en el agua. Sonreía para sus adentros, genial, nuevamente se iría. Apenas pudo moverse por sí misma, ni siquiera tendría instintos de salvarse, pensó, porque de quererlo no podría porque ni siquiera sabía nadar. Aunque, algo la sujeta el cuerpo y la eleva. Tenía los ojos empadados y balbuceaba.

Su cerebro funcionaba al menos para darse cuenta que esto era obra de una persona, porque estaba siendo llevada en los brazos de alguien que la deja en el suelo intentando hacerle primeros auxilios.

¿Quien rayos es? Y ahí mientras le escupe agua, ve finalmente el joven. Matyas, el chico más popular del instituto. Elize quiso le tragara la tierra misma y no la vuelva a escupir. Ahora ha quedado oficialmente como una suicida para todo el instituto.

-Que suerte que te vi, ¿perdiste el conocimiento?

Intentó balbucear algo y afirmó con la cabeza, no sabía realmente que balbuceaba pero temía que no fuera algo coherente.

-¡Allí estabas! -comentó un joven pelirrojo.

No sabía si había tragado mucha agua, pero el joven era el mismo de sus sueños, le resultaba muy familiar y mucha coincidencia.

-¿La conoces? -inquirió Matyas.

-Soy nuevo en su vecindario, ella no se sentía muy bien y por eso vinimos a pasear para que tome un poco de aire, pero por lo que veo, la has salvado...

-Sí, así que no fuiste de mucha ayuda-espetó Matyas.

-Me disculpo, ya puedes seguir haciendo lo que estabas haciendo, y te agradezco por haberla ayudado. La puedo llevar a su casa, estaré al pendiente de ella -sigue el pelirrojo.

Matyas mira sospechosamente a Elize y busca respuesta en su mirada, pero ella solo pudo abrirle los ojos con vehemencia pero no podía atreverse a decirle algo, porque se daría cuenta que no estaba bien. No sabía quien era este sujeto y tampoco que buscaba, así que no podía demostrar que estaba débil.

-¿Y cómo sé que lo que dices es verdad? Puedes ser un desconocido. Yo al menos voy a su instituto -insistió Matyas.

-Si vas a su instituto has notado que no ha ido en tres meses, ¿verdad? -agrega el pelirrojo.

Matyas queda con gesto dubitativo.Yo también, ¿como un extraño puede saber cuanto tiempo he faltado a clases?

-No lo sé hermano, no nos conocemos tanto, pero sí no la he visto por estos días.

-Quizás deberías prestar más atención entonces. Yo sé donde vive, yo la puedo cuidar, la llevaré a su casa. Ella está estuvo hospitalizada y por eso no ha ido al instituto. Cuando comience el semestre, nos verás a ambos, confía en mí -espetó el pelirrojo.

Matyas vuelve a mirar a Elize y parece hasta olvidarse de su presencia mientras seguía conversando con el sujeto, éste, derrochaba simpatía y calidez, el pelirrojo comienza a sacarse el abrigo y a tapar con él a Elize.

-¿Porque estuvo hospitalizada?

-Nada grave, se operó los senos. Así que necesitó reposo.

Matyas queda enrojecido e intenta no mirarle los senos, Elize impávida, intentaba decirle que no con los ojos, pero cuando menos se estaba dando cuenta, el sujeto extraño me cargaba en sus brazos.

-¿Te puedo dar mi número y me avisas cuando ella esté en su casa?

-Claro-le contesta el pelirrojo -.Pero ya ves que tengo los brazos ocupados, anota mi número, es 954-2244957.

-Genial. Gracias hermano.

Y Matyas se marcha, así que comienza a rezar para sus adentros para que sus órganos no terminen en Corea. Es decir, lo que dijo de que quería morir, quizás no era tan enserio, no quería sufrir, estaba claro o que la vayan a desmembrar. Pero curiosamente, el pelirrojo se dirige realmente a su casa.

-Deja de hacer estupideces. Ahora no te dejarán salir de tu casa hasta que demuestres que realmente no te vas a quitar la vida.

-No haré nada más-intentó decir. Aunque no sabía si eso realmente sonó como quería.

Él toca el timbre de su casa y lo recibe su padre sorprendido de verla empapada.

-Por dios, ¿que sucedió? La estábamos buscando, Elize, hija ¿dónde estabas?

-Solo se escapó porque había una fiesta en la costa. Ya sabe, los jóvenes y el verano.

-Ni siquiera es verano -espetó su padre -¿Y tú quien eres?

-Soy un compañero de la escuela. Me llamo Sasha, de todas maneras, solo venía a acompañarla. Lo siento señor.

-Está bien...supongo-dijo su padre tomando a Elize en sus brazos -¿Vives por aquí?

-Oh, sí, vivo en el edificio nuevo que está a una cuadra de aquí. Me he mudado recientemente.

-Sí, están construyendo muchos edificios por aquí-respondió su padre pensativo.

-Exacto. Es una linda zona. Bueno, me iré, ya sabe donde buscarme si me necesita.

-Espera, ¿tú sabes la situación de Elize? -inquirió él.

-Oh, no se nada señor. Solo sé que Elize estaba algo perdida en la fiesta, ni siquiera hablamos mucho. Por eso supuse que quizás debía traerla a su casa.

-Está bien, gracias -dijo mi padre por último y cerró la puerta.

Lo siguiente a eso, fue no volver a salir de la habitación sin estar vigilada. Su madre dormía con ella y su padre en ocasiones cerraba mi puerta con cerrojo. Sabía que había hecho mal las cosas, así que esto era normal. Y también sabía que los había preocupado, pero no había terminado aún. Saldría de esto, se recuperaría, y volvería a intentarlo.

Pero además de planear sus movimientos cuando todos dejaran de vigilarla y pareciera del todo recuperada, no podía dejar de pensar en el joven pelirrojo. ¿No era acaso el que había visto antes de cerrar los ojos cuando tomé las pastillas? ¿Podría ser él quien me causó el vómito? No, solo era una coincidencia. Pero de todos modos, ¿de dónde venía? ¿Y porque se molestó en ocultar su secreto con Matyas o con su padre? ¿Realmente vivía en el vecindario? Y, ¿cuales eran sus intenciones con ella?

Lo que siguió fue recuperación, una inmensa y larga recuperación. Con el tiempo, dejé de pensar en el sujeto que había venido y solo pensaba en una cosa; reponerse. Las personas como ella no serían comprendidas en este mundo, ni siquiera podría explicar a nadie que no existe nada que te obligue a vivir una vida si no la quieres. Ella siempre supe que no quería hacerlo, pero sabía lo que estas cosas le hacen a las familias, sabía que era hija única, sabía que tenía un montón de cosas que complicarían su partida de este mundo, pero al final, debía ser solo su decisión. Aunque es un poco contradictorio querer morirse a los dieciséis, pero pensaba en que era la edad ideal. Sabía que el mundo afuera estaba lleno de oscuridad, que me llevaría en su estómago, que me masticaría, no quería nada de lo que todo el mundo soñaba, anhelaba un cielo de algodón y terciopelo, no quería en absoluto una vida de miseria.

Es indiscutible que mi vida para nada era una miseria, de hecho, no me violaron, no me golpearon cuando era niña, ni tampoco viví un trauma. Pero la cosa es esta, estaba cansada de vivir con su cabeza. Sabía que muchos no lo entenderían, de poder cambiar, lo hubiera hecho, pero no por ella, sino por ellos.

Pero todo intento culminó cuando estuvo mejor y nuevamente escapó de casa. El sujeto pelirrojo le había dicho una gran verdad a su padre y es que se habían construido demasiados edificios en mi vecindario. La mayoría tenía un seguridad, pero tenía una técnica, esperar que alguien saliera para poder entrar. Así que de este modo burlaba el sistema de seguridad de los edificios, y al final, no era la gran cosa. Mientras subía por el elevador solo podía pensar en una cosa, ¿cómo alguien con su edad puede tener deseos tan fuertes de irse de este mundo como para querer aventarse por un edificio? Realmente, es una muerte horrible si lo piensas, debes subir demasiado alto para asegurarte de que no te molestará la caída, pero no quería arrojarse en la carretera, lo había pensado demasiado, y las probabilidades de morir eran escasas, en cambio las probabilidades de quedar paralizada de por vida eran incluso más altas y haber pasado tres meses de recuperación por una sobredosis ya había sido suficiente.

Así que el elevador estaba siendo eterno, las personas mientras tanto subían y bajaban unos pisos más arriba y se decía para sus adentros que estas eran las últimas personas que vería, es decir, las últimas personas que me verían. Seguramente les habría luego de causar un problema, la encontrarían por las cámaras de seguridad e interrogarían a toda esta gente y probablemente todos la habían sonreído en el trajinar, pero nadie realmente sabía lo que estaba por hacer.

Y llegó, al último piso, a la terraza. Estaba vacía así que supuso que alguien sabría que estaba allí o que tendría poco tiempo para estar sola allí, que debía hacerlo rápido. La terraza era como todas las terrazas de edificios recién hechos, con barrotes y medidas de seguridad que tuvo que saltar para poder estar al borde. Y mientras más lo veía, pensaba en que ésta era la decisión final, que probablemente se arrepentiría pero no sería sino hasta lo último y sería demasiado tarde, así que suspiró y me arrojó, no eran cosas que debían pensárselas demasiado.

Pudo sentir el viento golpeándole fuerte el rostro y peinando su cabello hacia atrás, y pensó que luego lo último que sentiría sería el golpe final, pero, en cambio, sintió unos brazos rodearla y dejándola en el suelo. Cuando abre los ojos, lo ve, nuevamente, a él, al sujeto pelirrojo.

-¡¿Otra vez tú?!

-Ibas a cometer una locura. Y no puedo permitírtelo-respondió él.

-¿Y quien eres tú para decidir que es una locura y que no? -espetó enojada en el suelo.

-Nadie-admitió-.Mira, entiendo que nadie debería obligarte a vivir si no quieres, pero créeme que es un error si mueres.

-Bien-dijo intentando entrar en su lógica-.A ver, dime tú porque es un error que muera yo, pero no antes de decirme como hiciste para salvarme, que diablos eres.

-Soy un ángel, en realidad vengo del futuro. Vine para asegurarme que no hagas esto.

Bueno, eso explicaría lo de volar...

-Mira, así vengas del pasado o del futuro, de todas maneras me conozco y sé que no iba a hacer mucho por la humanidad así que podrías dejarme en paz si entiendes lo que digo...

-Verás, en el futuro serás médica, y conseguirás la cura para el cáncer-espeta él.

-¿Cura para el cáncer? -replicó -.Ni siquiera quiero estudiar medicina.

-No debería darte información sobre el futuro, solo estoy aquí para evitar que hagas lo que intentabas hacer porque eres importante, Elize.

-Bien, esto se pone más raro, sabes mi maldito nombre.

-De todas maneras, sé que no has sufrido nada, nada en comparación con personas alrededor del mundo, deberías dejar esa actitud tan egoísta cuando estoy diciéndote que podrías hacer una diferencia en el mundo.

-¿Y porque debo ser yo la diferencia? ¿No puede hacerlo alguien más?

-No-dice con gesto rígido.

-¿Y cuando dices que sucede ese descubrimiento que haré? -pregunto incesante.

-Cuando estés lista lo sabrás.

-¿Y ahora no lo estoy?

-Acabas de escaparte otra vez de tu casa y querías dejar con un inmenso dolor a tu familia, por supuesto que no estás lista, no puedes dejar de pensar en ti. Lo entenderás cuando dejes de ver por ti misma.

-Oye, imbécil. No creas que no sé las consecuencias de lo que iba a suceder, pero ellos saldrán adelante. De todos modos, es mi familia y no la tuya. Los conozco.

-Ningún padre debe ver a sus hijos morir. La naturaleza no está preparada para eso.

-Entonces, si vienes del futuro, ¿que hubiera pasado si me hubiera suicidado? Es decir, mi futuro como dices es ser médica y todo ese royo. Pero es un futuro construido a base de tu intervención, básicamente, mi futuro por libre albedrío terminaba aquí en el suelo.

-Levántate, te acompañaré a tu casa-dijo haciendo un cambio rápido del tema.

-No hasta que me respondas.

Él la toma del brazo y la levanta con una fuerza leve, seguidamente pone la mano en gesto de otorgarle el paso.

-Responderé todas tus dudas en el camino.

Elize mira con sospecha, pero sigue el andar. De todas maneras, ya no podría intentarlo hoy otra vez.

-Mira, el destino es solo uno. Es como una línea y no existen otras dimensiones posibles como alternativas de lo que hubiera sucedido. Pero en el futuro del que hablo, también vi a tus padres.

-Supongo que habrán estado orgullosos de que descubra algo como eso. ¿La cura contra el cáncer? Ni siquiera lo puedo creer.

-No, estaban orgullosos porque habías seguido adelante. Al parecer le habías dado muchos sustos y siempre habían estado preocupados porque encuentres tu vocación y evidentemente lo hiciste.

Caminaba pensativa, eso podría ser lo único creíble del relato. Efectivamente les ha causado un gran miedo a sus padres, y seguramente también dolor. No quería causarles dolor, no al menos a ellos.

-¿Sabes si sigo viva luego de ese descubrimiento? -preguntó al ver que estamos llegando a mi casa.

-Te lo diré otro día. Nos veremos en el instituto, cuando mejores-espetó él.

-¿Vas a seguirme por el resto de mi vida? ¿Eres como mi ángel guardián y de los niños con cáncer o algo así?

-Algo como tu ángel guardián sí -concluyó frente a la entrada de la casa -.Debo irme, me llamo Sasha.

Antes que Elize pueda preguntar algo más se marchó. Así que solo entró, les comentó que había ido a visitar al amigo pelirrojo que vivía en un edificio y recibió un sermón porque los había preocupado, lo que le hizo pensar profundamente esa noche en el daño que les habría de causar si esa noche hubiera concluido con sus planes.

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Recién lanzado: Capítulo 125 Final   01-15 16:14
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