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Sinopsis Una ciudad totalmente tranquila, sana y segura, donde convive una de las familias más poderosas e ricas. Antes de la llegada de mi familia, todo era pacificó, después todo se volvió un completo caos. Quienes eran en realidad?! Quienes conocen a la familia en verdad?! Que los destruyó hasta convertirlos tan frívolos y sin una pizca de sentimientos?! Cuales son sus debilidades?! Realmente eran lo que decían ser?! Cuatro hermanos totalmente diferentes el bien, el mal, pero todos con el mismo objetivo. Defender, cuidar y velar por la seguridad de su pequeña de cabello castaño con pequeños mechones grises, sin importar que tuvieran que dejar su vida por ella. Yo... para mis hermanos lo era todo.
El ruido y los susurros a mi alrededor hicieron que me moviera con pesadez sobre la cama. - Disculpe señorita, el joven Campbell ordenó que la despertemos. - Bien - Hable rápidamente, acurrucándome más en la cama. - No señorita -otra chica, quito las mantas de un tirón. - Pero... Todavía tenía sueño, pero sé que mi hermano se molestará si no bajo. - Y ustedes son?! - Puse mi mirada en aquellas chicas. - Somos miembros del servicio de la casa, señorita. - Comencé a reír, no me refiero a eso porque ya lo sé, quiero saber sus nombres.
No es común que las personas de alto nivel mostrara algún tipo de interés por personas de clase baja. Por lo qué las dos chicas se miraron extrañadas. - Mi nombre es Arlet y ella es Adhara - La castaña señaló a la rubia a su derecha. - Es un gusto, yo soy Ays - Sonreí. - Nos vemos chicas - Salí de la cama - Ire a buscar a mi hermano. Al salir de mi habitación, vi las escaleras al fondo del pasillo, suspiré, comencé a bajar una por una, estaba todavía adormilada no quería caerme. - No preguntaré porque te encuentras aún en pijama pequeña. - Andrés - Chille de emocion mientras intentaba treparme encima de mi fastidioso hermano. - Algo me dice que me extrañaste - Sonríe ampliamente mientras deja un pequeño beso en mi frente. - Nos sentamos en la mesa donde ya se encontraban Axel, Alan y Alex. - Necesito que se alisten iremos a inscribirlos a la Universidad. - Pero ya no es muy tarde hermano - Hable. - No, no lo es. Y no es una pregunta es una orden, pequeña, no me hagas enojar. Subo las escaleras de prisa, enredándome con los pies y cayendo al piso - Maldigo para mis adentros. Después de llegar a mi habitación, me doy un baño rápido. Ya estaba lista, me termine de poner las botas, traía un poco de rímel y lápiz labial rojo. Mirando mi reflejo me puse nerviosa. - Estás preciosa - Viéndonos en el espejo de cuerpo completo qué hay en mi habitación. - Estoy nerviosa Axel - Lo mire ansiosa. - Eres perfecta hermanita - Ahora vamos que los Campbell harán su entrada. - Pequeña - Sabia que significa y sólo asentí. Salimos de la mansión caminamos hasta el coche, Andrés se subió en el asiento del piloto, Axel en el copiloto, uno de mis guardaespaldas abrió la puerta en la parte trasera, Alex y Alan van en su propio coche, el auto arrancó y todas las camionetas más atrás. A pesar de que somos una de las familias más poderosas, codiciadas y envidiadas en todo el mundo, sigo sin acostumbrarme. Los hermanos Campbell, cabellos similares, cuentas bancarias desbordantes a muy temprana edad, a pesar de su belleza extravagante así mismo pueden ser despiadados sin piedad, cuando se trata de su pequeña hermana, ósea yo, ellos por mi harían cualquier cosa sin importar dejar sus vidas en ello. Aprecio el enorme portón negro a la distancia, sobresalen las iniciales U, H, B. Universidad Humboldt de Berlín una de las prestigiosas instituciones, donde acuden exclusivamente los hijos diplomáticos, mafiosos y empresarios, solo personas con poder. El auto se estacionó, Andrés bajo primero, Axel más atrás, el guardaespaldas abrió la puerta trasera para que saliera. Extremadamente elegante y cultural era el lugar adornada en cada pico en lo alto de los edificios. Los estudiantes se quedaron inmóviles en su sitio, al parecer nadie tenía idea de nuestra llegada a Humboldt, que la mansión quedara aislada es de gran ayuda. 4 autos se estacionaron al frente, no me había percatado hasta que algo llamo mi atención y mi mirada callo en el, esos ojos intensos grises que hipnotizan a cualquiera. Un firme agarre en mi cintura, hizo que alejara mis pensamientos, Axel se mostraba posesivo y eran muy pocas las veces que lo hacía, cuando iba a opinar algo al respecto. - Ays tenemos que entrar ya - Ordeno Axel. Yo solo asentí. Llegamos a lo que parecía el edificio principal, ver los pasillos tan solitarios era algo escalofriante. Había terminado la primera clase de la mañana y yo ya estaba sin rumbo, voy hacia el baño para lavarme un poco la cara, ya me encontraba estresada. Los gritos de dos personas hizo que me quedara intacta, después me di cuenta que se trataba de dos chicas discutiendo a lo lejos podía deslumbrar una chica rubia en el piso mientras que la otra pelirroja le gritaba todas las clases de maldiciones que se puede conocer. - Oye a ti que te pasa?! - Le grito a la pelirroja para que se percate de mi presencia. - A ti no te incumbe - la pelirroja me grita. - Si que me incumbe, porque no te metes con alguien de tu mismo rango. - No pienso discutir - la pelirroja se va, no sin antes advertirle a la otra chica - Esta vez te salvaste, pero ya nos veremos. - Estás bien?! - Pregunto. - Si estoy bien, gracias por salvarme - Dice tímida. - No tienes que agradecer, por cierto y ella quien era y porque te estaba gritando. - Se llama Britney Adkins, es la reina de la Universidad nadie se mete con ella. Mi nombre es Zoé Coleman, mucho gusto y el tuyo es?. - Ays Campbell, el gusto es mío, entonces la tal Britney, porque te amenazaba?! - Pregunte. - Es que la vi besando a otro chico que no era su novio y piensa que fui yo quien le dijo a su novio, ya que él se dio cuenta de que lo engañaba. - Oh interesante. - Eres nueva?! , porque nunca te había visto por aquí - Pregunto. - Si acabó de ingresar. - Genial seré tu guía por hoy - Salto entusiasmada. No entiendo cómo una persona que estaba llorando a mares ya puede estar feliz como si nada pasó. Definitivamente esta chica es rara. Zoé abre los ojos como platos mirando detrás de mi. Gire sobre mis talones, dándome cuenta que se trataba de mía tontos hermanos Alex, Alan y Axel. Dios mío pero mira cómo quedaron, nuestro primer día y ya andan metiéndose en pleitos. - Sabes donde queda la enfermería - Miro a Zoé, que solo se queda sorprendida, hasta que por fin me responde. Ruedo los ojos - en forma de fastidio.
Darlyng una hermosa joven de ojos azules y piel oscura sin padres quedó al cuidado de su abuela quien la obliga a cansarse con uno de los hijos de su deudor para pagar la deuda... Aun asi Darlyng debe lograr librarse del odio y despreció de su familia.
Durante siete años, Jillian estaba enamorada de Bryan con pasión inquebrantable, pero él permaneció distante, con sus emociones herméticamente selladas. Descorazonada, ella se marchó al extranjero tras graduarse de la universidad. Tres años después, Jillian, ahora una abogada de éxito, se sentó provocativamente en el regazo del hombre. Con una sonrisa juguetona, le espetó: "¿Qué te pasa, Bryan? ¿Eres impotente?". Bryan ya no podía contenerse. Con un rápido movimiento, la tomó en brazos y la arrojó sobre la cama. A la mañana siguiente, cuando él se despertó, Jillian esbozó una sonrisa traviesa. "Solo es una aventura, ¿de acuerdo?".
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
Yelena descubrió que no era la hija biológica de sus padres. Después de darse cuenta de que intentaban venderla por conseguir una inversión, la enviaron a su lugar de nacimiento. Allí descubrió que en realidad era la heredera de una familia opulenta. Su verdadera familia la colmó de amor y adoración. Ante la envidia de su supuesta hermana, Yelena superó todas las adversidades y se vengó, al tiempo que demostraba su talento. Pronto llamó la atención del soltero más codiciado de la ciudad. Él acorraló a Yelena y la inmovilizó contra la pared. "Es hora de revelar tu verdadera identidad, querida".