SIN SEGUNDA OPORTUNIDAD

AMELIA

Tomo mi celular y le envió un mensaje a Anm, un emoticón del corazón roto. En seguida me llama y nos perdemos en una conversación de varias horas donde retomamos el tema de cerrar círculos, de pasar la página y seguir adelante con lo que he trabajado tanto en estos años, me resisto un poco a verlo tan fácil y entonces ella es más tajante:

―Bueno entonces terminarás como la de la tusa

―Santas montañas, Anm.

―Entiendes mi punto ―afirma.

―Claro que sí, por los dioses, ya sé que hay cosas peores.

―Pues sí, ya que existen canciones como la tusa.

―Eso no es una canción ―zanjo en verdad ella sabe cómo me molestan ese tipo de canciones, la mayoría de ahora son pura basura, no hablan de nada en concreto y muy pocas valen la pena llamarlas música.

―Muchas hablan de despecho, tenemos el caso de Miley...

― ¡Oh!, no vayas allí, sabes que pienso de eso, esa mujer simplemente le está dando en la madre a ese hombre, si él no quiso ver lo bella que es y no pudo luchar con fuerzas contra todo por ella, entonces no la merece. Creo que lo hace con toda intención en contra de la familia del tonto que no supo apreciar a la gran chica que tenía.

―Siempre tan analítica, amiga, de verdad que a veces me das miedo con tus reflexiones y la certeza mucha veces en todo lo que dices...

―Bueno, bueno tampoco es que soy bruja o una gran filosofa, sólo digo que debemos analizar bien las cosas, recuerda todo lo que me llevo aprender ser más reflexiva.

―Bien, entonces si ya vamos a ser más reflexivas deja de pensar tanto en Patrick e inicia nuevamente, o mejor mantén el plan amiga; encontrar una pareja, uno que te apoye y llene tus días de alegrías y que este para los momentos de tristeza, que no le de miedo preparar una comida e incluso que pueda colocar la carga en la lavadora, pero sobre todo...

―Que sea un luchador y que nos haga mejor persona el estar juntos.

―Exacto, y como ya es más de media noche, descansa, mañana iré a pasar el día contigo, quiero disfrutar de ese fabuloso jacusi.

No puedo evitar gruñir ya que ella me hace retomar mis pensamientos hacia Patrick, quiero dejarlo pasar, hacerlo a un lado, superar la página; es mucho más difícil de los que pensé.

―Trae a ese gran esposo tuyo, para que lo disfruten ambos.

―Creo que él tenía una cita con un amigo que llego de afuera hace unos días.

―Tráiganlo, así hacemos una comida afuera, tomamos unos tragos.

―Qué llevamos entonces.

―Lo que quieran, yo pongo la comida.

―Eso me huele a unas deliciosas hamburguesas a la parrilla o a parrillita , llevaré para una ensalada y las bebidas.

―Trae helado de chocolate, porque acabaré con el que queda.

―ja, ja, ja, eres una loca, pero te adoro. Descansa, lo mereces.

―Feliz noche, amiga.

Doy vueltas en la cama y no puedo dejar de pensar en todo lo del día, además que me siento llena de sentimientos contradictorios.

Trato de apagar mis pensamientos hasta que logro ir agarrando el sueño.

***

Al día siguiente el amanecer me sorprende con el canto de los pájaros en mi ventana, no me di cuenta y la he dejado abierta por lo que están entre adentro y fuera en el árbol cercano a esta. Los veo revolotear y cantar alegres dando saltitos, esto me encanta tanto la paz y el bello día que se ve será hoy.

Me levanto de la cama pausadamente y las avecitas, revolotean más y su canto es más intenso mientras van de un lado a otro, me rio mientras entro a darme una ducha.

Coloco una falda corta negra y una camiseta del mismo color, es mi favorito. Mucha gente lo ve como un color triste, pero yo lo veo como una que puedes colocar cualquier otro y llenarlo de vida.

Bajo a la cocina y tomo un trozo de pan y una tasa ancha llena de agua y subo nuevamente a mi habitación, muy despacio dejo en el marco de la ventana los pajarillos se acercan de poco y picotean entre el agua y las migajas de pan.

Dejando la escena, bajo y veo que son pasadas las diez de la mañana, entonces comienzo a preparar la comida coloco la carne, chorizo y morcillas en un bol grande y a marinar.

Como tengo todavía tiempo coloco los ingredientes a mano para hacer pan, mientras enciendo la parrillera.

Vuelvo a la cocina y preparo la masa, mientras canto Different moviendo mi cuerpo mientras mis manos unen la masa sigo la letra con el fondo de la canción, amaso con fervor y expando un poco de harina en el mesón para aplanar la masa y hacer los bollos de pan.

Sigo cantando y escucho a Anm gritar desde la entrada:

―Hola, llegamos, Gonzalo nos abrió ― sonrío mientras estiro la porción de la masa y continúo con más efusividad mi canto, la parte que más me gusta de esta canción.

Y cuando la canción termina, escucho ese tono de voz ronco, bajo.

―Entonces es cierto, sí existes ―levanto la mirada y la fijo en él, frunzo el ceño pues no lo conozco ― Eres el ángel de mi vida, quien será la madre de mis hijos, mi mujer, compañera, amiga, amante y todo mi jodido universo.

―Y el Shakespeare, resucitado de dónde lo sacaron ―cuestiono a mis amigos mientras veo al atractivo hombre mirarme fijamente, cabello bajo con canas y barba bien recortada, mierda las barbas me persiguen, cuerpo esbelto mas no excesivo, podría jurar que todos los músculos están en su lugar y una mirada, ese color de ojos casi que amarillos, son muy singulares, lo veo sonreír al darse cuenta de mi escrutinio y unos hoyuelos se le forman muy tiernos , lo que le da un aire de adorable, pero con esa altura y ropa sexy es todo un ser de tentación.

Mis amigos ríen bajo y Anm advierte que es el invitado de su esposo Nelson, pero luego de que me saludan el amigo que aún no se presenta sigue en el mismo sitio mirándome intensamente.

―Entonces... vas a presentarte o sólo recitaras un guion y jugarás a la estatua.

―Hay algo que debes saber desde este mismo instante ―anuncia con voz firme, pero no menos sensual ―No soy un hombre de juegos; lo que dije al llegar es realmente lo que pienso.

―Muy directo, pero no creo que a la primera de verme puedas sentir todo eso. Ni siquiera me conoces, no nos hemos presentados y ahora dices que seré el amor de tu vida.

―No, el amor de mi vida, no ―zanja y me quedo impresionada, que en dos zancadas esta justo frente a mí con el mesón en medio ―dije que eres el ángel de mi jodido universo.

Sólo lo miro a sus hipnotizantes ojos y sin mentirme, un pequeño escalofrío me recorre entera al escucharlo afirmar con tal convicción, en el fondo quiero ver hasta dónde lo va a llevar está locura que dice, así que arqueo mi ceja cuestionando sus declaraciones.

―Muy profundo, señor...

―Si te gusta de esa manera, no tengo ningún inconveniente ―caigo enseguida en su juego de palabras y la imagen muy clara de este hombre viéndome a los ojos mientras el deseo nos invade me hace estremecer, da dos pasos más y quedando a mi lado se recuesta del mesón de frente a mí para terminar en voz baja ― te diré mi nombre ángel para que no se te olvide a partir de hoy quién es el compañero del resto de tu vida.

―Mi nombre es Renan Yakovlev, el hombre de tu vida.

Y me quedo sin poder mover un musculo cuando sus labios casi rosan los míos mientras nuestras miradas se prenden una de la otra.