/0/8831/coverbig.jpg?v=20230106093600)
Esta historia relata los acontecimientos y situaciones de un individuo principalmente, en la cual, se desarrollan eventos afortunados, al igual que otros no muy positivos, tales como, pérdidas, asesinatos, crímenes, sentimientos encontrados, traiciones y malas decisiones; sucederá desde lo más predecible hasta lo menos esperado para cada uno de los personajes. La vida se define como la capacidad de nacer, respirar, desarrollarse, procrear, evolucionar y morir. Pero, para considerar que haya expresión desde cierto punto de vista, se debe experimentar cada una de sus facetas, por tanto, deberán tener en cuenta que no todo es completamente perfecto. Franco Dubois, continúa afligido por el fallecimiento de su querida esposa, fue un increíble golpe bajo para su día a día. Sin embargo, esto no será para siempre, ya que encontrará nuevamente a una persona, con la que intentará conectar nuevamente. Ellos intentarán hallar alguna forma de solventar sus inconvenientes juntos, para así progresar cada vez más, buscando así, un romance duradero.
Un día, Franco, en un atardecer Parisino, se dirigía hacia el centro comercial a comprar algunos presentes y detalles para su familia, ya que, con gran frecuencia, celebraban alguna fecha, evento, cumpleaños o una sencilla reunión en la que disfrutaban ver los juegos de su equipo favorito los fines de semana. Dubois es un hombre de 34 años, fornido, de piel oscura, bastante tersa, posee ciertos rasgos masculinos prominentes que captaban la atención de mucha gente, una barba sencillamente sutil y ojos intensamente profundos.
Era increíblemente tranquilo, con una mente bastante abierta, sin embargo, eso no quitaba que fuese demasiado reservado; solo conversaba acerca de sus temas personales con él mismo, en pocas ocasiones ha revelado sus inconvenientes, y aun así, esas ocasiones ocurren únicamente con personas de suma confianza.
Al pasar por la calle Versalles, la cual se encontraba previa a la entrada del estacionamiento del Centro comercial, alzó la mirada para cruzar. Fue entonces cuando, frente a sus ojos se encontraba la mujer más hermosa del universo, abrigada con un suéter rojo con detalles verdosos, una cartera que resplandecía y le daba un toque excelente, junto con unas sandalias fenomenales que la hacían lucir extraordinaria, todo su look hacía juego con su delgada, pero hermosa figura. Y en ese pequeño instante, sintió que deseaba pasar el resto de su vida junto a ella, algo se lo decía.
Se acercó un poco tímido, no sabía cómo llamarle para capturar su atención, ella se encontraba sumergida en su mundo, viendo su móvil, excesivamente concentrada, «se veía tan bien así» decía Franco en su propia cabeza; la pelicastaña no se alcanzó a fijar en como él estaba observándola, completamente flechado. En un abrir y cerrar de ojos, un vendedor intentaba mostrarle unos Macarrons, dulce típico del país.
-No, ¡gracias! no cargo suficiente efectivo, lo siento. -exclamó la simpática chica, disculpándose.
Franco, al percatarse, se da cuenta que es el momento de actuar y acercarse a ella, con la excusa de conocerla.
Él, se aproxima hacía ellos tocándose el bolsillo, preparándose para finalmente dar el primer paso.
-¡Tranquila! yo lo pago, escoge el de tu preferencia, por lo que se ve, hoy es tu día de suerte- dijo Franco con nerviosismo, a la vez que esbozaba una sonrisa enorme y sincera.
En ese mismo momento, saca unos pocos billetes, pagándole al señor. -Gracias, muchacho, es un muy lindo gesto de tu parte para la jovencita. -comentó el vendedor.
Ella con una expresión de alegría y emoción le responde:
-Muchas gracias... -Haciendo una pausa breve para que él le dijera su nombre. -Un gusto, me llamo Matilde Fournier, ¿y tú?
-Soy Franco, es un gran placer para mí conocerla, señorita-dijo él con una voz más dulce y amable de lo que frecuentaba para referirse a las demás personas.
-Te agradezco nuevamente, Franco- musitó Matilde, dirigiendo su mirada fijamente hacia el moreno, mientras masticaba uno de los Macarrons que este le había obsequiado.
Franco se sintió aún más atraído por ella, al observar aquellos hechizantes ojos color ámbar que Fournier tenía, por esto, quedó prácticamente hipnotizado en el trance de su mirada, estaba más que claro, el hecho de era destacar alrededor de cualquier otra mujer.
-No hay de qué...- dijo él con una sonrisa que desprendía seguridad, aunque, en el fondo no encontraba cómo seguir hablando con esa chica- ¿te parece si paseamos un rato por esta misma zona, e intentamos conocernos un poco más? si no te molesta, claro.
Matilde estaba culminando su último bocado de Macarrons, por tanto, solamente asintió continuas veces para que se diera cuenta del hecho de no poder expresar palabra alguna, por tener la boca llena, gesto que le pareció tierno a Franco, se ve tan auténtica, natural y dulce, es probable que una de esas características, hayan cautivado su atención, no lo sabe con certeza No obstante, está consciente de la enorme atracción que sintió hacia ella desde el primer segundo, fue como una jugada del destino, o un "flechazo", tal como lo llamaban en uno de los programas de televisión que gozaba ver.
Pasaron las horas sin ellos percatarse, se entretuvieron tanto platicando que no estaban al pendiente del reloj. Ambos conectaron bastante en un santiamén, se sentían cómodos el uno con el otro y sinceramente complementados. Finalmente, intercambiaron números telefónicos para continuar su conversación por chat, y capaz, volver a encontrarse, quizás en un café, ya que ella le había comentado con anterioridad lo mucho que le gustaba.
-Hasta pronto, Mati, seguiremos chateando- se despidió Franco con interés de explorar más en su mundo, quería saber muchas cosas de ella, comprenderla y establecer un vínculo agradable.
-Adiós, Franco, buenas noches, ¡no olvides escribirme! -manifestó ella con una sonrisa, dándose vuelta para dirigirse hacia su hogar, usualmente contenta.
Matilde Fournier es una mujer de 29 años, de contextura delgada, ojos impactantes los cuales podrían enamorar a cualquiera con un solo vistazo, pestañas naturalmente rizadas, diminutas pecas alrededor de sus mejillas y nariz, mejillas sonrojadas y labios carnosos, del mismo color. Sus uñas estaban detalladamente arregladas, con una manicura reciente y pequeños diseños decorativos; además de su largo cabello castaño y llamativo, siempre cargaba una cadena muy minimalista en su cuello, esta tenía la letra "M" en plateado, con incrustaciones adiamantadas a su alrededor, combinaba a la perfección con su pálida y suave piel.
Cuando Franco regresa a su casa, saluda a su familia rápidamente para irse a bañar, relajar un poco su cuerpo. Al estar apunto de entrar a la ducha, recibe un mensaje y decide leerlo desde la barra de notificaciones, su expresión cambió totalmente al ver que era Matilde, se contentó bastante al darse cuenta que ella había tomado la iniciativa para hablarle nuevamente, por alguna razón, le llamaba la atención el hecho de no ser él el que realiza todo, es realmente cautivante.
Decide contestarle con un: "Holaa, iré a bañarme, seguimos hablando cuando termine. No tardaré, ¿está bien?"
Inmediatamente recibe respuesta por parte de ella, diciéndole que no se preocupara y no había ningún problema, lo esperaría. Él con una sonrisa ladeada, se mete a la regadera y con la misma rapidez que entró, salió, cosa que él nunca haría, por lo general, tardas horas bañándose, incluso si va tarde a algún sitio, se da su tiempo, se demora todo lo que considera necesario, sin embargo, hoy fue la excepción, y la razón tiene nombre y apellido.
"Hola, acabé de bañarme, ¡ya podemos hablar con tranquilidad!" -dijo Franco a través de una nota de voz, con cierto entusiasmo en su voz.
De ahí, continuaron chateando por el resto de la madrugada, intercambiando gustos, música, temas profundos, existenciales, modas actuales, talentos, y muchas cosas más, para su sorpresa, compartían múltiples opiniones, y se sentían como ese tipo de personas que encajan a la perfección mutuamente, al instante comenzaron a relatar anécdotas del pasado, desde cuando estaban en el kínder, hasta otras más recientes.
Matilde, mientras hablaba acerca de trucos de cocina con Franco, se tomó un break para escribirle a su mejor amiga, Charlotte Collins, una pelirroja de ojos verdes, que a diferencia de Mati, es muy alocada y siempre inventa los planes más bobos y extraños posibles, aún así, la pasan muy bien juntas, siempre están una en casa de la otra arreglándose, viendo películas de los 2000's mientras utilizan mascarillas, o preparando cualquier receta que alguna de las dos haya visto con anterioridad. Son el dúo perfecto.
Justo cuando iba a enviar el mensaje, casualmente entra una llamada de su amiga, y sin esperar, contestó.
-¡Hola, Char! Casualmente estaba a punto de escribirte, quiero comentarte algo, amiga -dijo Matilde mordiéndose el labio inferior, con el celular pegado a la oreja.
-Nena, ¿qué esperas? ¡suéltalo! - expresó Collins con impaciencia, mientras jugaba con un mechón de su desordenado cabello.
-Pues, conocí a un chico, es muy lindo, me brindó unos Macarrons hoy. Hablamos un rato para finalmente intercambiar números, me agrada bastante, hasta ahora continuamos hablando.
-¡Mati! Ya era hora, por fin no te aburres después de 5 minutos de conocerse, ¿será aquel desconocido tu ser amado? -preguntó Charlotte en tono de burla, consiguiendo que su amiga se enojara por su actitud tan inmadura y su falta de seriedad.
-Charlotte, ¿puedes ser seria en algún momento de tu vida? Déjame terminar de hablarte, boba.
-Está bien, doña madura y amargada, cuéntame- resopló su amiga.
-Bueno, básicamente, mañana nos encontraremos de nuevo, me ha invitado al cine a ver una película de terror, ya que le dije lo mucho que me encantaban y entretenían- Matilde hizo una pausa, respiró al escuchar nuevamente la risa de su amiga para finalmente decirle- Charlotte, seriamente, este chico tiene algo, debe tenerlo como para sentirme interesada y disfrutar tanto de su presencia, al igual que en chat.
-Amiga, ya dejando las bromas de lado, también me sorprendió el hecho de haberte oído comentándome sobre un chico que te atraiga, tenías tiempo sin haberlo hecho, y, la verdad me contenta mucho que tengan tantas cosas en común, Mati.
-Sí, también es algo loco, por así decirlo. En fin, voy a descansar, amiga, mañana te cuento cómo me fue ¿te parece? - comentó Matilde entre bostezos.
-Claro amiga, ve a descansar, te quiero mucho, ¡suerte!
-Adiós -Dijo Matilde, para seguidamente colgar la llamada y dejar su teléfono en la mesita de noche, y caer profundamente dormida, mañana le esperaba un largo día.
La alarma de Franco lo hizo despertarse de manera muy brusca, había dormido únicamente 3 horas, ya que estuvo prácticamente toda la madrugada chateando con Matilde, el sueño le ganó y se quedó dormido antes de poder despedirse de ella, así que apenas se levantó de la cama para apagar su estresante despertador, le escribió:
"Buenos días, Mati, me vencieron las ganas de dormir, tuve un día bastante cansado ayer, lo siento ☹" texteó Franco, al momento de soltar el celular en su escritorio, fue directo al baño para darse una ducha rápida, ya que se le estaba haciendo tarde para trabajar.
Dubois, era un conductor de Uber relativamente reconocido, le iba bien trasladando gente a su destino, a pesar de no ser un trabajo muy apreciado, a él le gustaba y lo disfrutaba por completo.
Cuando salió de bañarse, inmediatamente buscó su perfume y loción, sus mejores aliados a la hora de un momento especial o de gran importancia, por esta razón no los utilizaba a diario. Hoy verá a Matilde nuevamente, aunque se hayan encontrado hace menos de 24 horas, él lo siente como una eternidad, el tiempo que pasaron juntos ayer, no le fue suficiente, anhela estar la mayor parte de su tiempo con ella, y, por primera vez en mucho tiempo, deseaba que su día pasara rápido mientras laboraba, hasta hacerse las 7:00 de la noche, el instante en el que por fin se encontrarían, con el motivo de ver una película, específicamente de terror, las favoritas de la hermosa chica de pelo castaño en la que tanto piensa desde aquella tarde.
Culminó de vestirse y acicalarse, tomó una taza de café junto a una rebanada de pan integral, se le hacía tarde, entonces con agilidad agarró sus llaves del mesón de grano fino en la cocina, para salir con euforia de su casa. Yendo hacia su auto se encontró con su vecino, Ernesto. Él es un tipo bastante curioso y extraño, sus actitudes y comportamientos dan mucho para dudar acerca de su salud mental, tal como lo que estaba ocurriendo en ese instante. El raro residente de la casa de al lado, estaba lavando el garaje de Franco, sin él pedírselo, en general, ellos no entablaban conversación alguna ya que era increíblemente incómodo.
Franco, con urgencia se le acercó para preguntarle el motivo por el cual estaba haciendo eso, y más sin su consentimiento.
Katy pensaba que Lord Esteban estaba demente una vez que le planteó un compromiso falso, este no era lo más positivo o conveniente para ella, más que todo, por malas experiencias del pasado, junto con las habladurías que podía ocasionar. Sus motivos eran loables aunque su lógica no tanto, no obstante, su curiosidad por la irreverencia y audacia del Lord, le transforman en una tentación demasiado llamativa, un riesgo que Katy no sabe si estaría dispuesta a admitir. Lord Esteban ha vuelto a Londres luego de 10 años de ausencia con la exclusiva finalidad de consumar el quiero de su abuelo. Katy, su elección final, será una dama que le sorprenderá hasta hacerle romper cada una de las normas. Marshalls, el mejor amigo de Katy, es esperado por cada una de las féminas por su llamativo y belleza, aquellos que no le conocen le definen como mujeriego, superficial, ordinario y engreído. Una vez que Baltur surge en la vida de Katy, Marshalls velará por ella de la exclusiva forma que sabe, inclusive, cuando en su camino se cruce un impulsivo, inteligente y mordaz irlandés que le odiará a muerte.
Cassandra y Jonathan son dos personas comunes y corrientes, las cuales tienen un pasado no muy agradable del todo, en especial por las situaciones por las que ha tenido que luchar y atravesar la protagonista, Cassandra Fox. Por cuestiones de trabajo, esta se encontrará con Jonathan, quien, sin siquiera saberlo, hará que su vida de un vuelco, tal como le sucederá a él a causa de ella. A lo largo de los días, comienzan a tener ciertos encuentros, aquellos que desatarán sentimientos difíciles para revelar entre ambos por todas las desventajas e inconveniencias que esto podría conllevar. Ambos, a su manera, darán todo por unirse sin importar las circunstancias. Una interesante y ardiente historia les espera.
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".