/0/845/coverbig.jpg?v=bdbd38b5322036039f8703ec4d02516e)
Isabella es princesa del país Murachi, una nación muy pequeña del continente europeo, descendiente de un padre latino y una madre italiana. Aunque les costó muchísimo tener un hijo, lograron que una de las criadas les diera en adopción a su hija, pero al no tener sangre real, la están obligando a casarse con el príncipe de Bélgica. Como buena hija y sabiendo su linaje poco aceptable en su familia, decide aceptar el matrimonio que dará frutos en ambos países. Solo le pide a su padre una última noche libre de los deberes reales. Al día siguiente ella enfrentaría su destino y conocería al dichoso príncipe. Sus padres acceden y le permite marcharse del palacio, igualmente ella no iría muy lejos. Pasaría sus últimas horas libres ahí, en su biblioteca, entre libros, bebidas dulces y miles de historias para leer. Lo que Isabella no sabía es que al tomar el libro favorito de su nana, la llevaría a conocer un mundo que jamás existió.
¿Hasta dónde es capaz de llevarte un libro mientras lo estás leyendo? Realmente jamás lo sabremos, pero algo muy claro nos debe quedar, leer te hace libre. Isabella es princesa del país Murachi, una nación muy pequeña del continente europeo, descendiente de un padre latino y una madre italiana.
Aunque les costó muchísimo tener un hijo, lograron que una de las criadas les diera en adopción a su hija, pero al no tener sangre real, la están obligando a casarse con el príncipe de Bélgica.
Como buena hija y sabiendo su linaje poco aceptable en su familia, decide aceptar el matrimonio que dará frutos en ambos países. Solo le pide a su padre una última noche libre de los deberes reales. Al día siguiente ella enfrentaría su destino y conocería al dichoso príncipe. Sus padres acceden y le permite marcharse del palacio, igualmente ella no iría muy lejos.
Isabella va a su refugio favorito.
Una biblioteca antigua que había sido su hogar en sus días difíciles como adolescente rebelde. Esa biblioteca estaba abandonada y solo su nana, Tibisay y ella, conocían.
Pasaría sus últimas horas libres, ahí, entre libros, bebidas dulces y miles de historias para leer. Lo que Isabella no sabía es que al tomar el libro favorito de su nana, la llevaría a conocer un mundo que jamás existió.
Isabella viajó a otro lugar.
Isabella viajó a otra nación.
Isabella viajó a Noruega, donde habitan seres sobrenaturales que jamás alguien creería de su existencia.
¿Exactamente a dónde fue a parar Isabella?
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.