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Soy Isabela Carolina de Montalve, Hija del Reconocido diseñador de modas Sebastian Javier de Montalve mayormente conocido en Milan, Italia por sus estupendo trabajo en las pasarelas de la ciudad y del mundo. Tengo 18 años, estudio Moda y Diseño en una reconocida Universidad Italiana llamada Bocconi. Mi vida era como cualquier otra, estudios, salida con amigos, discutir con papá y visitar a mi mejor amiga Un buen día como cualquier otro todo cambio, conocí a un hombre misterioso y reservado llamado Carlos Russo.... O mejor dicho ¡El me secuestro! Con la intensión de sacarle dinero a mi padre. Él sabía todo a lo que se enfrentaría si lo atrapaban. Pero a medida que los días pasaban ninguno de los dos... en serio, Ninguno.... Contábamos con que empezarían a fluir sensaciones intensas entre ambos y que poco a poco el amor nos atraparía y no nos volveríamos a soltar nunca más. Pero a otra nos buscan mi familia, la policía y hasta su familia. ¿Qué pasara con nosotros? ¿Huimos para siempre? Si nos entregamos ¿Enfrentara Carlos cargos legales? ¿Nuestro amor soportara tantos tropiezos? Empezare contando como ocurrió todo... esta es nuestra historia
Me llamo Isabela Carolina de Montalve, vivo en Milán desde hace mucho tiempo cuando mi madre a quien debo mi segundo nombre, carolina, conoció a mi Padre, Sebastián Javier de Montalve en un viaje de óseo. Pues en este dichoso viaje ellos se enamoraron a primera vista. No se comunicaban mucho al principio. Mi madre es Americana y no sabía hablar muy bien el italiano. Mi padre, por la admiración que mi madre le causaba aprendió a hablar inglés y mi madre aprendió el italiano.
Al poco tiempo se volvieron novios. Y una noche sin planificar nada se decidieron escapar juntos. A España por un tiempo para vivir su historia de amor. De esta aventura nací yo. Luego de eso esperaron un poco para casarse y formalizar la familia aquí en Milán. Mi infancia fue tranquila, mi mama es amante de la cocina y de la repostería, una de las cosas por la que se enamoró mi padre. En la casa nunca falto amor de parte de ambos mientras crecía, a pesar de que mi padre trabajaba mucho el trataba de conseguí tiempo para mí y eso me hacía feliz, debido a que él es diseñador de alta costura siempre viví rodeada de bocetos, telas, maniquíes, colores y lápices. Esto me encantaba siempre. Me gustaba verlo crear atuendos impresionantes, siempre delicados, elegantes y llamativos. No por nada es súper famoso.
A los 11 años empecé a notar que la dinámica familiar cambiaba. Había como una especie de distancia entre mama y papa. Incluso una noche empezaron a dormir en habitaciones distintas. Yo preguntaba que pasaba pero no me querían dar una explicación, supongo que porque era aún muy pequeña para entenderlo. Cuando cumplí los 13 años me explicaron lo que pasaba, mi madre se sentó conmigo en la sala y me conto todo lo que ocurría, ya estaba cansada de mi padre. Ya no sentía el mismo amor que antes y no aguantaba seguir viviendo ni un día más en la misma casa. Así que decidió irse de la casa sin avisarle a mi Padre. Y quería ir con mi madre pero ella no me dejo. Dijo que estaría mejor con mi padre porque él me ayudaría mejor económicamente, que él me cuidaría bien mientras ella se establecía bien en otro lugar y que después volvería por mí. Me convenció y acepte, aunque con algo de nerviosismo y tristeza. Arreglo sus cosas y sin decir más nada se marchó. Al llegar mi padre a la casa se enojó mucho, incluso mostro un poco de agresividad pero sin llegar a lo físico. Tuve que esconderme en mi habitación muchas horas mientras esperaba que se calmara. De verdad no creía que la ida de mi mama le afectara tanto a él. Después de muchas semanas seguía llorando su ausencia y decía que era mi culpa. Me culpaba de la ida de mi madre y la verdad, nunca supe porque él pensaba eso....
Ya han pasado 5 años de que mi madre se fue de nuestro hogar, ahora tengo 18 años y estudio moda y diseño en la Universidad de Bocconi. Así es, al igual que mi padre. Él se convirtió en uno de los mejores diseñadores de modas de toda Italia con mucho esfuerzo y poco a poco se olvidó de mama. Imagino se estarán preguntando qué ¿Qué paso con ella? Pues... yo tampoco lo sé. Nunca llamo o trato de comunicarse con alguno de nosotros. O sea, yo soy su hija, al menos debió de tratar de comunicarse conmigo pero nunca lo hizo. Intente buscarla miles de veces y saber cómo estaba pero jamás obtuve alguna respuesta. Solo espero que en verdad este bien y que no se haya olvidado de mi como lobhizo mi padre. El en verdad me odia, tiene mucho resentimiento hacia mí. Lo sé porque me lo ha dicho en la cara. Desde la partida de mi madre el cambio completamente, paso de ser un padre completamente amoroso a uno maltratador psicológicamente, gruñón y desagradable.
Sigo viviendo con él porque no tengo a donde más ir, pero sé que en cuanto me gradúe de la universidad, buscare trabajo lo más lejos que pueda de la casa y me iré para siempre y nunca más tener que verlo. A pesar de todo no lo odio, pero tampoco siento que lo quiera. No le tengo ni un poco de cariño, a pesar de que es mi padre. Ese título le quedo muy grande después de la partida de mi madre. Se podría decir que crecí sin una madre y un padre a mi lado quien me enseñara las cosas básicas de la vida. Todo lo aprendí por cuenta propia, que es lo bueno y cual es lo malo. Si yo no me preocupaba por mí misma nadie más lo haría.
Juro que cuando logre mudarme y establecerme con una casa propia y un buen trabajo le demostrare a papa que no necesito de su ayuda ni de la ayuda de nadie para salir a delante, es más, hasta se lo demostrare a la sociedad lo que soy capaz de hacer por mis propios méritos. Seré mejor que cualquiera.aquí. hacer por mis propios méritos. Seré mejor que cualquiera.
Hoy tengo que ir a la universidad, tengo clase de Geometría. Si, veo geometría. Pero me encanta. Otro día. Un día a la vez. Todo sea por mi grandioso próximo futuro. Levantarme, bañarme, alistarme, ser ignorada por papá, desayunar y salir de nuevo es mi rutina diaria de Lunes a Viernes. Los fines de semanas. No tengo una rutina establecida. Pero salgo, me divierto, voy al parque, corro. Soy libre. Libre de cualquier ataduras.
Hoy Miranda me buscar para ir a la universidad, tenemos mil cosas que hacer. Ella es mi mejor amiga. Es una persona espectacular, divertida, sincera y buena amiga. Ella y su mamá son mi escape para cuando ya la casa deja de verse tan agradable. Voy siempre que puedo, siempre me dan de comer, ellos se convirtieron en mi familia. Mi hogar. Siempre daré gracias por encontrarlas y tenerlas en mi vida. Las únicas que deberdad puedo decir, que se merecen todo mi amor y cariño.
Para vengarse de su traicionero prometido, Yvonne atrajo a Clayton a una relación que tendría ventajas para ambos. Sin embargo, cuando Yvonne vio a una mujer parecida a ella al lado de Clayton, reconoció que no era más que una sustituta. Al enterarse de la próxima boda de Clayton, se marchó con una generosa indemnización. "Clayton, este es realmente el final", declaró ella con decisión. Inesperadamente, el mismo día en que Yvonne iba a casarse con otra persona, Clayton apareció, con la desesperación reflejada en sus ojos, y se puso de rodillas: "Yvonne, por favor, no lo hagas. No te cases con él".
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.
Amar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único que Debbie quería era el divorcio. Llevaba tres años casada con Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera había visto la cara. Cuando por fin decidió poner fin a su irónico matrimonio e ir en busca de la felicidad verdadera, apareció su supuesto marido y le pidió que lo intentaran de nuevo. A partir de entonces, Carlos se sentía increíblemente atraído por el espíritu libre y salvaje de Debbie y se enamoró de ella. Él comenzaba a mimarla. Poco a poco, lo que había entre ellos se iba a convirtiéndose en una atracción irrefrenable. Esto es una extraordinaria historia de amor donde descubrirá que, a veces, el amor no está muy lejos de cada uno de nosotros.
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
"Durante su trabajo de medio tiempo en un bar clandestino, Wendy se emborrachó accidentalmente. Cuando se despertó, se dio cuenta de que la habían confundido con una prostituta y que había perdido su virginidad. Después de tener una aventura de una noche con Charlie, un hombre increíblemente guapo, Wendy tiró doscientos dólares para defender su dignidad. Sin embargo, el comportamiento arrogante de Wendy molestó a Charlie, quien, en venganza, volvió a llevarla a la cama. ""¿Qué quieres?"", dijo Wendy molesta. ""Asumir la responsabilidad de lo que te hice"", respondió Charlie sonriente. ""¿Pero cómo?"", Wendy continuó. ""Al seguir acostándome contigo""."