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Pensé esta historia como una posible continuación de la trilogía 50 sombras de Grey. A partir de febrero la comenzare a subir, los animo a leerla, si les gusta dejen sus comentarios para saber su opinión, también pueden dejar su voto. Agradezco a mi amiga Jimena Escudero por la portada del libro.
Anastasia
Han pasado más de dos años donde pudimos superar todas las cosas malas que nos pasaron para vivir felices como familia junto a nuestro pequeño Teddy y pronto dejaremos de ser tres para llegar a cuatro cuando nazca nuestra hija Phoebe. Íntimamente siento que estoy viviendo la vida que siempre soñé, no sé si la merezco, pero cada vez la disfruto más. No solo tengo una hermosa familia si no que tengo el trabajo que más me gusta y la editorial crece día a día. Christian está a mi lado acariciando mi mano mientras esperamos que nos atienda la doctora Green.
-Señor y señora Grey pueden pasar que la doctora los está esperando.
Pasamos al consultorio donde nos recibe a doctora.
-Hola Ana, Christian. Tomen asiento. ¿Cómo se siente la futura mamá?
-Hola doctora. Bien, contando los días para conocer a nuestra hija. Por momentos se mueve y no me deja dormir bien.
-Una consulta doctora, es normal que Ana tenga mucho sueño y se sienta cansada. Se lo pregunto porque con Teddy no paso lo mismo.
-Primero que nada, no todos los embarazos son iguales Christian. Son síntomas normales del último trimestre más cuando falta tan poco para el nacimiento.
-Christian te das cuenta de que la doctora te dijo lo mismo que te explique estos últimos días.
-Solo quería saber la opinión de la doctora.
-Para que se queden tranquilos mejor te reviso y vemos cómo va todo.
Christian
Ana se recuesta en la camilla, primero le controla la presión y le hace una revisión completa. Con el ecógrafo mira cómo está él bebe y nos muestra a nosotros. Todavía me sigue maravillando poder ver a mi bebe antes de nacer. Cuando termina volvemos al escritorio.
-Todo está muy bien, el desarrollo del bebe está dentro de los parámetros del tiempo de gestación.
-Puedo hacerle una pregunta doctora.
-Claro Ana.
-Después de haber tenido a Teddy por cesárea ahora podría tener un parto natural.
Anastasia
Noto que Christian se tensa al escuchar mi pregunta, sé que él no quiere saber nada con este tema.
-Por el tiempo que transcurrió desde la cesárea podría tener un parto natural. Ana en su caso recomiendo que el nacimiento sea por cesárea por su salud y la de su hija.
Christian
No sé por qué lo pregunta cuando había dicho que iba a cesárea. Por suerte la doctora me da la razón porque piensa igual a mí.
-Eso le pedí también a Ana para que no pasará lo mismo que sucedió con Teddy. Me reconforta ver que usted piensa lo mismo.
-Bueno solo quería saber si existía alguna posibilidad Christian. Tampoco quiero pasar tantas horas de trabajo de parto, así que voy a hacer lo mejor para nuestra hija que es la cesárea.
Anastasia
Christian me dedica esa media sonrisa tan suya que solo tiene para mí, lo veo tranquilizarse. En el fondo tenía la esperanza de poder experimentar un parto natural, pero por ahora no podrá ser.
-Entonces programamos la cesárea para el quince de agosto a las ocho de la mañana. Les doy las indicaciones para los prequirúrgicos y nos vemos ese día una hora antes para que puedan completar bien el ingreso al hospital.
Nos despedimos de la doctora, caminamos de la mano por los pasillos del hospital buscando la salida. Taylor nos espera y cuando nos ve baja para abrirnos la puerta de la SUV. Una vez en nuestros lugares Christian toma mi mano y acaricia mis nudillos.
-Gracias amor por aceptar la cesárea, sé que tienes muchas ganas de tener un parto natural, pero no quiero verte sufrir tanto como la primera vez.
-Lo se amor y sé que quieres lo mejor para nosotras dos. No te voy a negar que el pequeño Teddy me dio mucho trabajo para venir a este mundo y hubo momentos en los que tuve mucho miedo de no...
Christian
Deja la oración sin terminar para quedarse en silencio, noto como su mirada se vuelve cristalina como si estuviera a punto de llorar al recordar lo que sucedió cuando nació nuestro pequeño hijo. Me acerco a ella para que apoye su cabeza en mi hombro mientras la acaricio.
-Tranquila amor, no pienses en cosas malas que no pasaron y no van a pasar. En pocos días nuestra hija estará con nosotros y todo va a salir muy bien.
Levanta la cabeza para mirarme, seco una pequeña lágrima que rueda por su mejilla mientras trata de esbozar una tímida sonrisa.
-El recuerdo de ese día me hizo dar cuenta que tenía que dejar a un lado mi deseo y pensar más en el bienestar de nuestra hija. Por eso acepte llevar a cabo la cesárea.
-Ana voy a estar todo el tiempo acompañándote, porque nada ni nadie me impedirá estar a tu lado para cuidar de vos y nuestra pequeña.
Anastasia
Sus palabras me muestran cuanto me ama y no puedo más que tomar su rostro para besarlo.
-Christian si estas a mi lado puedo lograr vencer todos los obstáculos que se interpongan. Te amo Christian.
-Te amo Ana.
Nos quedamos abrazados hasta llegar a la casa de los padres de Christian. Dejamos a nuestro pequeño Teddy con sus abuelos porque no me gusta llevarlo al hospital si no es necesario. Además, el adora mucho jugar con sus tíos que lo consienten todo el tiempo.
Encontramos a nuestra hermosa pareja viviendo felices en su nuevo hogar junto a su hija, que está a punto de cumplir su primer año de vida. Seguiremos recorriendo juntos el camino de sus vidas, para ver todo lo que el destino les depara. Compartiremos sus alegrías y tristezas, seremos parte de su historia. Espero que la disfruten como lo hicieron con la primer parte. Está historia ya esta completa, próximamente habrá nuevas historias que podrán disfrutar.
Esta es la historia de dos personas muy distintas, pero unidas por un gran amor que ni ellos hubiesen creído que existiera. Una maestra de primaria y un profesor de educación física que en un comienzo no se soportan y aunque les costó admitirlo el amor los unió. Espero que los acompañen en este camino del desamor al amor eterno. La historia esta completa y pueden seguir sus vidas en Un amor inesperado. Segunda temporada.
Alexia y Christian son dos personas que a priori nunca estarían juntas, pero que sin saberlo comparten la perdida de sus padres en sendos accidentes. Alexia es una joven de 21 años que al perder a sus padres fue a vivir con una tía que no la quería. Tuvo la mala suerte de ser secuestrada por un hombre que la torturo y la tuvo cuativa por dos años. Christian es un hombre de 27 años que fue adoptado al morir sus padres. forjo su empresa desde la nada y hoy es un hombre con mucho poder. Sus destinos se cruzaron el día que Alexia pudo escapar de su encierro y ya no tenía esperanzas. Christian se convirtió en el ángel que la salvo en el momento que más lo necesitaba ella. Christian lograra borrar las sombras que cubren a Alexia y juntos vivir un gran amor para compartir el resto de sus vidas.
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
Yo solía ser una campesina que residía en una vieja cabaña en Bristol, antes de que aquel hombre me llevara consigo para convertirme en su esposa. No entendía por qué me había elegido, una simple campesina sin conocimientos de lectura o escritura, pero me sentía afortunada, aunque mi mayor error fue confiar en él debido a mi ignorancia, incluso llegué a enamorarme de Benjamín Worsley, lo cual resultó ser mi sentencia de muerte, literalmente. Lo más extraño de todo fue que después de la boda, ese cariño que él me demostraba desapareció. El verdadero Benjamín mostró su lado más frío, ni siquiera me tocó en nuestra primera noche juntos, ni en las siguientes. Poco después, comenzó mi verdadero tormento. Benjamín trajo a una mujer al castillo Worsley, y supe por las sirvientas, que me odiaban, que era su ex prometida. Para empeorar las cosas, ella afirmaba estar embarazada de él, y Benjamín no lo negó. Viví bajo el mismo techo que su amante, pero a diferencia de ella, yo no tenía libertad. El castillo era como una prisión, y casarme con ese monstruo resultó ser un infierno. Cosas extrañas empezaron a suceder; mi esposo y su familia eran personas extrañas, y nunca debí haber descubierto el secreto que guardaba esa familia, ni por qué se casó conmigo en primer lugar. El propósito era espeluznante, al igual que él. Sobre todo: NUNCA DEBÍ CASARME CON EL MONSTRUO.
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
La vida de Leanna estuvo llena de dificultades hasta que su tío Nate, que no estaba relacionado con ella por sangre, le ofreció un hogar. Se enamoró profundamente de Nate, pero este la envió al extranjero porque se iba a casar con otra mujer. Entonces decidió dedicarse a la andrología. A su regreso, se dio a conocer por solucionar problemas de impotencia, eyaculación precoz e infertilidad. Un día, Nate la arrinconó. "Ves a muchos hombres todos los días, ¿verdad? ¿Por qué no me revisas para ver si hay algún problema conmigo?". Ella se rio con picardía y rápidamente le desabrochó el cinturón. "¿Es por eso que estás comprometido pero no casado? ¿Eres impotente?". "¿Quieres probarme?". "No, no me interesas".