/0/6907/coverbig.jpg?v=4a9e01effb6be302c039598d9927a952)
Hela y Owen nunca han sido amigos. Desde que eran niños se han odiado. Ahora ya son adolescente y al parecer las cosas no han cambiado mucho, ya que siguen odiándose y viven en una guerra constante, lo que traerá como consecuencia que se metan en muchos líos, pero también que se diviertan con cada acto que hacen uno en contra del otro. ¿A dónde irán a parar estos dos?, ¿dejarán de declararse la guerra a cada segundo?.
Comienzo el día con alegría, siento que hoy todo va fluir positivamente. Salgo del baño envuelta en mi toalla color naranja, con el cabello mojado y cuándo paso por delante del espejo me tiro un beso. Sí, lo sé, es muy egocéntrico de mi parte. Peino mi cabello corto y decido ponerme un top blanco, chaqueta negra, jeans negros y unos convers del mismo color. Siempre me ha gustado el color negro, aparte de que me queda genial, hace resaltar mis ojos verdes.
Salgo de ma habitación, camino hasta la sala, tiro la mochila en el sofá y voy directo hacia el comedor para sentarme a desayunar con mis padres.
-Buenos días mamá y papá.- digo dándoles un beso en la frente a cada uno.
-Buenos días princesa- contestan al mismo tiempo.
-¿Cómo durmieron las personitas que más amo aparte de mí?
-Bien cielito- responde mamá.- ¿Algún día dejarás de ser tan egocéntrica?
Me llevo un pedazo de pan a la boca y río antes de soltar un comentario que sé que va a hacer enrojecer a mamá.
-Sí, ya lo creo. Los escuché anoche dale que te pego.- río a carcajadas mientras ella me lanza una tostada y papá me pega con el períodico.
-Vale, vale sin violencia y mami, nunca dejaré de ser egocéntrica, viene en la sangre.- le guiño un ojo y miro el reloj de la pared para darme cuenta de que me queda poco tiempo- No quiero un hermanito, ¿si?, usen preservativos, los quiero.
Me despido entre risas de ellos y salgo en busca de mi moto para dirigirme a la escuela.
~•~•~•~•~•~•
No tengo amigos en la escuela, solo conocidos por lo que siempre estoy sola y no es nada incómodo, al contrario la soledad es una compañía buenísima, creo que todos deberíamos de amar la soledad y aprender a convivir con ella, al final del día, cuando cae la noche, cuando ves tu propia oscuridad, solo te tienes a ti mismo.
Camino por los pasillos jugando con las llaves de mi moto y no me doy cuenta de que tropiezo con alguien y caigo encima d él.
Cuando levanto la cabeza veo al imbécil de mi vecino. Oh no!, ¿justo hoy tengo que topármelo?. Juro que lo odio tanto como él me odia a mí, nunca nos hemos llevado bien, creo que desde que ambos estábamos en la barriga de nuestros padres nos odiamos.
-Piensas quedarte encima de mí, quieres una foto o tengo que empujarte para que te quites?- dice con esa voz arrogante y ronca que tanto detesto.
¿Quién mierda se cree qué es?
Un imbécil con complejos de superioridad.
Me levanto con rapidez y antes de que pueda decir algo doy la espalda y me pierdo entre los pasillos.
En vez de ir para el aula decidí ir a sentarme en las gradas y de paso comerme unos chocolates que traigo en la mochila desde ayer.
¿Desde ayer Hela?
Sí, no le veo problema.
En cuanto me siento reproduzco "One kiss" de Dua Lipa, y me recuesto un poco mientras saboreo el chocolate y me dejo llevar por la suave brisa. Cierro los ojos para relajarme un poco y disfrutar de la voz de una de mis cantantes favoritas.
Sí, definitivamente el día va a ser maravillo...
De repente siento agua fría en mi rostro y abro los ojos abruptamente y me encuentro con el espécimen de ojos verdes con el que me tropecé esta mañana con un pomo en su mano y riendo a carcajadas.
Me levanto enfadada y él no me toma en cuenta.
-¿Crees que es gracioso espécimen?- grito frustrada.
-Sí, la verdad es que sí- ríe con más fuerza y empiezan a salirle lágrimas de tanto reírse.- Tenías que ver tu cara Hela.
Ah qué es gracioso verdad?, te vas a cagar. Veremos si esto te da risa.
Le solté una cacheta que resonó en todo el campo y él paró de reír de inmediato.
-Eres un imbécil Owen, ¿ cómo mierda me tiras agua así por así?. Seguro que me extrañabas demasiado. ¿Quieres que te vuelva a hacer tragar bichitos de la luz?
-Vamos Hela María, no me digas que no te gustó mi pequeña muestra de cariño.
-Te odio Owen, no sabes cuánto.
-Tranquila Helita, el odio es mutuo.
-¿Recuerdas cuando te hice lamerme el zapato?- no responde por lo que le doy una sonrisa macabra y sigo hablando- Ahora estamos más grandes, por lo que no te voy a hacer esa simple cosita, ni te voy a hacerte tragar bichitos de la luz, pero créeme que te vas a arrepentir de lo que acabas de hacer espécimen maldito.
-Te recuerdo que no eres la única que sabe jugar rudo Hela María.- dice mirándome a los ojos con una cara de arrogancia increíble.
Me está empezando a poner de los nervios el niñito de los cojones y le voy a soltar un puñetazo, lo juro
-Te recuerdo que siempre salgo victoriosa.- dije con aires de superioridad.
Esoo, tú lúcete pa' no ignorarte.
-¿Me permites reírme?
-Sí, seguro que lo quieres hacer para no llorar. Tranquilo bebé, no le diré a nadie que estuviste a punto de llorar por una simple advertencia. Espera, ¿por qué coño estoy hablando contigo?, no sé que hago hablando contigo. Lárgate o me pego un puñetazo y le digo a tus padres que me pegaste.
-No serías capaz Hela.- me miró fijamente.
-Sabes que soy capaz de muchas cosas, desde que éramos niños te lo he demostrado Owensito.
-No me llames así María, no me gusta.
-¿Cómo?,¿ Owensito?- reí fuertemente y antes de dar la espalda lo miré a los ojos y le dije:
-Acabas de desatar una guerra imbécil.
Di media vuelta y me marché. Este no sabe en que lío se ha metido. Hacía mucho que no me metía en su camino, no lo miraba, no le hacía maldades, pero ahora me voy dando cuenta de que lo bueno dura poco y al parecer mi paz terminó, aunque si la mía terminó imagínense la de él.
Sascha sufrió mucho en el pasado y por ello cree que la vida la va compensar con cosas buenas, aunque no está muy convencida del todo. ¿Ocurrirán sucesos que la harán feliz o la harán hundirse más?, ¿será capaz de resistir?, ¿llegará a encontrar a alguien que la ame de verdad?, podrá contarle eso que le sucedió a alguien más?
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Para pagar la deuda, desesperada y sin opciones, ella sustituyó a la novia y se casó con el hombre quien era conocido como un diablo al que todos temían y respetaban. Él le dio un mordisco a su dulzura y gradualmente se sometió a la lujuria adictiva. Antes de que se diera cuenta, ya era incapaz de liberarse de ella. El deseo desencadenó su historia, pero ¿cómo continuaría este amor condicional?
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".