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Si te obligan a casarte con alguien a quien no conoces, no amas, no imaginas y mucho menos has visto. ¿Qué harías? -Yo escape con alguien que para mí era el amor de mi vida en ese momento. Gran error, pero no hay nada de que arrepentirse o alarmarse, siempre escogería la misma opción, escaparme y vivir. Nunca vi nada fuera de mi casa, nunca supe que era pasar hambre o trabajar, pero ahora sí. Se que metí en aprietos a mi familia, pero espero jamás encontrarme con el hombre a quien deje plantado en esa iglesia. Me quedo sentada en el parque de la universidad mientras pienso en que es lo que haré en la noche, trabajar nuevamente y es inicio de mes así que debo de obtener las mejores marcas hoy y así asegurar un mes relajado. Se que si mi familia se entera donde trabajo estarían muy avergonzados de mi, pero no me importaría si eso me da independencia, además yo no hago nada malo. "Bailarle a millonarios no es malo, si claro" - dice mi conciencia. -Cardy B lo hacía y mírala ahora - le respondo. -Ella tenía talento, algo que tú no tienes o bueno no sabes cantar... Pongo mis ojos en blanco y cuando estoy por dar un paso hacia adelante alguien cubre la luz del sol. Lo miro a los ojos y el a los míos. Mierda mi Jefe!
La vida se encarga de reunirnos con las personas que menos esperamos pero que necesitamos en ella. Cada persona no llega a nuestra vida por qué sí, siempre hay un motivos - esa frase siempre repetía mi abuela quién conoció al amor de su vida y con quien compartió muchos años juntos.
Era noviembre cuando se dirigía a su trabajo, para ser exactos a su segundo trabajo nocturno, con sus tacos altos, su vestido rojo pequeño y sus uñas pintadas, el cabello suelto largo, caminaba robando las miradas de hombres y mujeres, caminaba con seguridad y con la mirada sobre los hombros de los demás, con cierta arrogancia en su sonrisa, los ojos con un delineado perfecto, sus pestañas postizas largas, sus labios del mismo tono que su vestido.
Los hombres querían acercarse pero con una sola mirada de ella el miedo los detenía, miedo porbsu forma de caminar hacia que todo hombre la vea peligrosa y muy segura, algo que a los hombres realmente no les agrada mucho.
Ella caminaba mirando la larga fila del Club, los hombres la miraban apreciando su belleza, esos ojos ojos azules intensos los miraban a todos con desdén. Él de vigilancia le alzó las mano y ella también le alzó la mano, relajo su rostro y sonrió. Algunos sucumbieron a sus fantasias más extremas y ella lo podía ver, esos ojos de deseo en sus rostros.
Pero este era su trabajo, está era la manera en la que se ganaba la vida y ellos eran sus fuentes de ingreso.
Tocó la puerta de la parte de atrás del Club.
-El código...
-Jodete, mirame a los ojos - ordenó.
El vigilante la miro.
-Eres uno nuevo, Bien dale gato negro de color celeste.
La puerta se abrió. Agarró de las mejillas al nuevo vigilante.
-Eres lindo -dijo con una sonrisa al costado.
El vigilante queda hechizado por sus labios carnosos y esos ojos celestes, su cabello perfectamente planchado y cuidado.
-Eres mudo, a mi me encanta los que hablan - dice ella muy coqueta, arregla su camisa y quita las pequeñas manchas de polvo de su saco.
Camina como si estuviera en un pasarela. En los vestidores la miran y sonríen.
-Gata llegas cinco minutos tarde.
-Llegue para la función.
-Veo que estás lista.
-Siempre mi amor - dice ella.
Camina hacia su lugar, todas tienes sus propios tocadores, donde ponen sus cosas, maquillaje ropa, accesorios, lo que ellas quieran. Ella tiene su tocador de color blanco con luces blancas, se mira al espejo y solo se limita a sonreír, pero detrás de esa encantadora sonrisa se esconde un mundo de emociones.
-Gata - grita el animador.
-Tu turno gata déjalos secos - dice su amiga, quién la toma por los hombros dándole ánimos.
Ella se levanta de su lugar y camina. Se pone su máscara. Sus tacos son sencillos, a mismo elegante.
Ella camina hacia un tubo metálico, mira a todos por encima de los hombros y comienzan a mover sus caderas de un lado al otro, sube y baja ese tubo, sus caderas se mueven lento, agarra el tubo y comienza a dar vueltas.
Ella ve a los hombres mirarlas y se siente poderosa, siente que puede obtener lo que quisiera con solo chasquear los dedos.
Se quita el vestido para quedar en un lencería sexy y ve a los hombres gritar.
Ella mira a sus amigas y con la mirada ordena que avancen, las tres comienzan a caminar por la pasarela y los hombres le van tirando dinero, mientras sus amigas toman el dinero ella no lo hace, sabe que al final de la noche a ella siempre le pagan más.
Camina en dirección hacia adelante, deleitando a todos con su caminar, parece una modelo.
-Quitate la máscara - gritan.
Pero una regla básica de ella cuando ingreso a trabajar fue no hacerlo y se lo respetaron, aún nadie comprende porque los jefes aceptaron el trato, pero sin duda ella tiene demasiados privilegios.
Espera a que sus amigas se le unan al final de la fila, para bajar. Ella como una digna dama que finge ser, alza su manos y los hombres se mueren por tomar su mano, ella busca con la mirada a alguien y lo ve ahí sentado sin el más mínimo interés en alguna mujer, se toma la molestia de bajar y pasar por su mesa, pero él no le hace caso.
Su sonrisa aparece, es vacilante pero decide dejarlo por esta noche. Los hombres sabe cuál es su modalidad de pago, cuando ella pasa por sus mesas y se deja tocar y ella les toca el cuello y les muerde la oreja hace que todos manden sumas de dinero grande.
Sus amigas no comprenden que tiene ella de especial para que sus pagas sean superiores pero ella al ser una estudiante de marketing y publicidad sabe como jugar con las mentes de estos hombres.
Ha dado 45 minutos de show, de caminar por tantas mesas y acariciar, hablar, susurrar decide irse.
- Cat Black - le dice alguien quién la invita a sentarse.
-Querido - dice ella, extiende su mano y él la toma, le da un ligero beso en su mano, ella se sienta.
Todo en ese club son clientes recurrentes, ya conocen su genio, sabe que es capaz de hacer y cómo es que le toleran tales actos.
- Espero que está vez me aceptes cenar conmigo - dice mirando al joven. Ella mira de arriba a abajo su rostro y sonríe hacia un costado.
Se puede notar el nerviosismo de el muchacho, ella inclina la cabeza hacia un costado.
-Pide que me traigan mi vestidos y habla con el jefe y te acompaño - susurra en su oído.
El joven sonríe y no puede con tanta emoción, asiente con la cabeza. Se pone de pie y con él el resto de chicas.
Amar a alguien es tan complicado, darte cuenta que lo amas demasiado tarde es un suplicio. La suerte de coincidir y magia de conectar. Estabamos destinados a encontrarnos, quiz nunca estuvimos destinados a estar juntos. – ¿Crees en el amor? – le pregunto. Ella me mira a los ojos y sonrie, y asiente con la cabeza. Mi corazon palpita a mil por hora y estoy listo para demostrarle todo lo que siento por ella. Pero antes de que pueda hablar, ella comienza a reirse. –Creo en el amor, creo que es sacrificio. Algo que no estoy dispuesta a asumir, no por ahora. Estoy bien sola. Me pongo de pie y le extiendo mi mano. Solo le ha tomado unos segundos decir esa frase, para que inmediatamente ella termine de aprertar mi pecho y desangrarlo. –Bianca – susurro su nombre, intentando comportarme lo mas serio posible. Ella me mira y toma mi mano. —Cedrick - dice ella con ciertas voz. Se pone delante mio y me sonrie. —¿Qué? –Una chica en la fiesta queria tu número y es de la clase de chicas que te gustan, entonces no lo dude y le di tu número. Quien sabe y es el amor del que tanto hablas. Ella suelta mi mano y comienza a caminar. Volteo para verla y veo como Ricardo le alza la mano y ella también lo alza. Mi teléfono vibra y es un mensaje de un número desconocido. No habro el chat e ingreso nuevamente a la fiesta para cuidarla.
Nunca tuvimos elección desde que un Belikow nace hasta qué un Belikow muere siempre sirve a su nación, a su Rey. Por eso desde nuestra niñez somos entrenados para tomar lugares estratégicos en la defensa de nuestra casa. Sin ninguna opción a rehusarnos nos volvemos los soldados. Los Belikow son retratados como los vigilantes, los guardianes en todo el reino y asumiendo que este reinado ha decidido que ya no solo sean soldados, ahora serán familia. Están a un peldaño de volverse lo que muchos consejeros temen. Pero como siempre dicen las traiciones siempre espera la traición de un familiar. Autora: Hola a todos los que vallan a leer esta novela, muchas gracias a todos. Espero que les guste y comenten cualquier tema me lo consultan responderé todos sus comentarios.
Fiorella es una niña que ha crecido rodeada de lujos, su madre una hermosa mujer murió cuando ella tenía trece años de edad, su padre murió cuando ella era tan solo una bebé. El misterio la rodea a donde ella quiera que va, por el hecho de ser huérfana, pero ella es muy relajada en ese aspecto de su vida, prefiere no hablar con nadie. —Mi vida de misterio no tiene nada —dice ella mirando a una compañera de clase, la primera en mucho años a la que le dirige la palabra. —¿Estás segura? —Le pregunta. —Claro que si —dice ella muy segura. Se encoje de hombros y siguen caminado por los pasillos. —Por cierto, ¿Quién es tu tutor legal? —le pregunta ella con curiosidad. Fiorella la observa unos segundos, en la casa no hay fotos suyas, hay varias fotos antiguas, pero nada realmente nuevo, se refieren a él como señor, nunca lo han escuchado llamarlo por su nombre. —¿Qué pasa? —Le pregunta su amiga. —Sabes si hay algo de misterio en mi vida —dice sonriente
El lo observa todo, pero no está dispuesto ha hablar, su silencio la ayudara piensa y no se equivoca. Aquel día en el parque a las afueras de una de las zonas más exclusivas de la cuidad una mujer corre por su vida intentado con todas sus fuerzas escapar. Kay Franklin se encontraba corriendo con altos niveles de sustancias tóxicas en el cuerpo, después de de todo era lo único para que se se sentía bueno. Correr. En el desespero de la mujer por aún salvar su vida corrió hacia el lago. La vida es un chiste, pues si no hubiera sido por esa piedra ella no estaría vivía. ¿Qué peligro representa aquella mujer? ¿Por qué asesinarla? Se hacen tantas preguntas, pero ningunas tienes respuesta. -Amelia, ese es mi nombre Amelia... -la sostiene en brazos. -Carajo, Amelia abre los ojos -grita. Se arrastra hacia la orilla del lago y toma su teléfono. -Papá ayudame.
Era un secreto a voces mi alejamiento de la familia, pero nadie podía decir nada, nosotros dos en público éramos normales, no hablábamos mucho, apenas y cruzábamos miradas, pero en el fondo sabíamos que esto era indebido, que no podíamos mirarnos de la manera en que nos mirábamos y mucho menos pensarnos de la manera en la que lo hacíamos. —Escapamos juntos —decía ella mientras acariciaba mi rostro y este descansaba en mi pecho —Vamos a casarnos y olvidarlo todo, quizá podamos comenzar en otro país. Sus ideas locas no deban de hacer eco en mi cabeza cada vez que me encontraba solo, así fue creciendo este sentimiento hasta ese trágico día.
¿Creen en el amor a primera vista? Yo era realmente no creo en el amor a primera vista, hasta que la vi ingresar con ese aire de superioridad. La vi ingresar dispuesta a salvarme de una injusticia, pero cuando la vi todo a mi alrededor se esfumó, sentí que mi pasado, mi presente y futuro estuviera ahí parado. Pero enamorarse de ella tiene un precio. Nota de autor: Hola soy Sieteletras, gracias por leerme para dudas o consultas y recomendaciones me pueden escribir por mi instagram ( Sieteletras). Gracias ❤️
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
Eden McBride pasó toda su vida siguiendo las pautas de la sociedad. Pero cuando su prometido la dejó un mes antes de su boda, Eden deja de seguir las reglas. Una furia insaciable es justo lo que recomienda el médico para su corazón roto. No, en realidad no era así. Sin embargo, era lo que necesitaba Eden. Liam Anderson, el heredero de la empresa de logística más grande de Rock Union, era el tipo perfecto. Apodado el Príncipe de los Tres Meses porque nunca estaba con la misma chica por más de tres meses, Liam había tenido una buena cantidad de aventuras de una noche y no espera que Eden sea nada más que eso. Cuando se despertó y la encontró con su camisa de mezclilla favorita, Liam comenzó a estar irritado, pero extrañamente intrigado. Ninguna mujer había abandonado su cama voluntariamente ni le había robado. Eden había hecho ambas cosas. Necesitaba encontrarla y arreglar las cuentas. Pero en una ciudad de más de cinco millones de habitantes, encontrar a una persona era como buscar una aguja en un paja. No se vieron hasta que el destino los volvió a reunir dos años después. Eden ya no era la chica ingenua que era cuando saltó a la cama de Liam; en ese momento tenía un secreto que proteger a toda costa. Liam estaba decidido a conseguir todo lo que Eden le robó, y no fue solo su camisa.
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Charlee fue abandonada en la boda y se convirtió en el hazmerreír de todos. Intentó mantener la cabeza alta, pero acabó humillada cuando recibió un vídeo sexual de su prometido y su hermanastra. Devastada, pasó una noche salvaje con un atractivo desconocido. Se suponía que iba a ser cosa de una sola vez, pero él siguió apareciendo, ayudándola con proyectos y venganzas, todo mientras coqueteaba con ella constantemente. Charlee pronto se dio cuenta de que era agradable tenerlo cerca, hasta que su ex apareció de repente en su puerta, rogándole otra oportunidad. Su amante magnate le preguntó: "¿A quién vas a elegir? Piensa bien antes de contestar".
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved